Cancún— Una protesta pacífica de vecinos en contra de la apropiación de un parque público destinado a equipamiento urbano por parte de la Prelatura Cancún para edificar una iglesia en la Supermanzana 30 de esta ciudad, fue reprimida por elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de Cancún quienes, incluso, amagaron a los ciudadanos con detenerlos.
En plena homilía dominical, el párroco, Gonzalo Aguilar, llamó a los
feligreses a rezar por los “corazones endemoniados”, en franca alusión
al grupo de colonos, quienes la mañana de ayer colocaron a los extremos
del parque pancartas y letreros en contra de los trabajos de ampliación
de lo que fue la capilla denominada La Sagrada Familia y hoy es una
iglesia.
El argumento de los vecinos es que la Prelatura obtuvo irregularmente la licencia de construcción de las obras, basado en una orden de ocupación expedida indebidamente por anteriores administraciones de gobierno y cancelada durante el gobierno del entonces alcalde, Francisco Alor (2005-2008) y del ex alcalde, Gregorio Sánchez (2008-2010)
Los pasajes usados durante el sermón del sacerdote -quien entrevistado por separado negó utilizar el púlpito para promover actos de intolerancia y confrontación entre vecinos, sirvieron para que un grupo de mujeres se volcara en contra de los otros colonos, a quienes llamaron “demonios”.
Elementos de la policía municipal quitaron las pancartas, los letreros e informaron a los vecinos que serían detenidos, pese a que la protesta se desarrollaba en un lugar público y de forma pacífica.
En algunas de las mantas se leía: “¿Sabías que es un delito invadir parques? No lo aplaudas. No lo permitas. No seas cómplice. Reubiquen la iglesia”.
En entrevista, el padre invocó también la máxima de Benito Juárez “el respeto al derecho ajeno es la paz” y declaró que quizá alguno de los vecinos pudo haber sido quien llamó a la Policía para que se liberasen los accesos a la calle, presuntamente bloqueados por los otros colonos.
Cuestionado sobre su sermón y su mención a “orar por los corazones endemoniados”, rechazó alentar, desde el púlpito, a la condena de vecinos, contra vecinos.
El argumento de los vecinos es que la Prelatura obtuvo irregularmente la licencia de construcción de las obras, basado en una orden de ocupación expedida indebidamente por anteriores administraciones de gobierno y cancelada durante el gobierno del entonces alcalde, Francisco Alor (2005-2008) y del ex alcalde, Gregorio Sánchez (2008-2010)
Los pasajes usados durante el sermón del sacerdote -quien entrevistado por separado negó utilizar el púlpito para promover actos de intolerancia y confrontación entre vecinos, sirvieron para que un grupo de mujeres se volcara en contra de los otros colonos, a quienes llamaron “demonios”.
Elementos de la policía municipal quitaron las pancartas, los letreros e informaron a los vecinos que serían detenidos, pese a que la protesta se desarrollaba en un lugar público y de forma pacífica.
En algunas de las mantas se leía: “¿Sabías que es un delito invadir parques? No lo aplaudas. No lo permitas. No seas cómplice. Reubiquen la iglesia”.
En entrevista, el padre invocó también la máxima de Benito Juárez “el respeto al derecho ajeno es la paz” y declaró que quizá alguno de los vecinos pudo haber sido quien llamó a la Policía para que se liberasen los accesos a la calle, presuntamente bloqueados por los otros colonos.
Cuestionado sobre su sermón y su mención a “orar por los corazones endemoniados”, rechazó alentar, desde el púlpito, a la condena de vecinos, contra vecinos.
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