martes, 2 de abril de 2013

ALFREDO JIMÉNEZ MOTA, CUMPLE HOY OCHO AÑOS DE SU DESAPARICIÓN.



Noroeste.com
Luego de la desaparición del reportero de El Imparcial, en México se vino una escalada de violencia contra periodistas y medios de comunicación que lo han convertido en uno de los países más peligrosos para ejercer la libertad de información y expresión

La violencia, el narcotráfico y la impunidad han convertido a México en uno de los países más peligrosos del mundo para ejercer el periodismo.

Además, la falta de justicia evidencia la ineficacia, el fracaso y la inoperancia de las procuradurías estatales, las fiscalías especiales y la PGR para resolver los asesinatos y los ataques de grupos armados contra los medios de comunicación.

En México como en Sinaloa, reina la impunidad, lo que alienta a los delincuentes a seguir cometiendo crímenes que atentan contra la libertad de expresión.

Esta situación ha hecho que esta nación se convierta en el cuarto país en el mundo más peligroso para ejercer el periodismo y donde se dan las peores condiciones para ejercer la información en libertad.

El informe 2012 de Reporteros Sin Fronteras señala que las bandas de narcotraficantes asesinan y amenazan con impunidad y la corrupción de políticos e instituciones ponen cerco constante a la libertad de prensa.

"Comisiones legislativas se crean, al igual que fiscalías especiales, firmas de convenios, que sólo sirven al Estado para justificar ante la comunidad internacional, que ve malarmada cómo el País está entre los más peligrosos para ejercer el periodismo, que sí le preocupan las agresiones contra los comunicadores y medios", señala la Asociación de Periodistas y Comunicadores 7 de Junio.

Califica como simulación y retórica del Estado la protección de los derechos humanos de los periodistas y la libertad de expresión.

IMPUNIDAD TOTAL

En la última década en Sinaloa se ha agudizado la violencia contra comunicadores y sus medios de información, lo que ha afectado el ejercicio del derecho a la libertad de expresión.

Pero lo peor es que en todos los casos no ha habido respuesta contundente de las autoridades federales y estatales, pues las fiscalías especiales y las supuestas investigaciones para estos casos se han vuelto pura simulación.

De 2004 a la fecha han sido asesinados cuatro periodistas y se han registrado al menos seis ataques a balazos o granadas contra periódicos de Culiacán y Mazatlán.

El 28 de noviembre de 2004 fue asesinado en Escuinapa el reportero-fotógrafo de El Debate, Gregorio Rodríguez.

Mientras que el periodista Óscar Rivera Inzunza fue acribillado el 5 de septiembre de 2007 cuando salía del Palacio de Gobierno donde laboraba como vocero de seguridad.

El 30 de diciembre de 2009 fue asesinado en Los Mochis el reportero radiofónico José Luis Romero, y el 24 de agosto de 2011 fue privado de su libertad y luego ejecutado el director de A Discusión, Humberto Millán Salazar.

Pero también los periódicos han sufrido la embestida de la violencia.

En 2008 fue lanzada una granada a las puertas de El Debate de Culiacán y en 2009 sufrió lo mismo el semanario Ríodoce.

Las instalaciones de Noroeste y El Debate de Mazatlán fueron atacados a balazos en 2010 y para 2011 fueron dejados frente a sus edificios dos cuerpos decapitados.

Además, Noroeste Culiacán ha sido objeto de agresiones contra trabajadores y robo de vehículos.

RETÓRICA Y DEMAGOGIA

Para José Alfredo Beltrán, presidente de la Asociación de Periodistas y Comunicadores 7 de Junio, la impunidad que prevalece en casos como el de la desaparición de Alfredo Jiménez Mota y asesinato de otros periodistas, constituye la coronación del fracaso del Estado en materia del respeto a la libertad de expresión.

"Exhibe también la simulación de un régimen político que únicamente dentro y fuera del País pregona la protección de los derechos humanos de los y las periodistas mexicanos. Sus declaraciones de respeto a la libertad de prensa son retórica y demagogia", asegura al cumplirse hoy ocho años de que fue desaparecido el reportero de El Imparcial de Hermosillo, Sonora.

Jiménez Mota trabajó en diferentes medios de comunicación de Culiacán, donde también se graduó como Licenciado en Ciencias de la Comunicación para después regresar a su tierra en donde fue privado de su libertad. Hasta ahora nada se sabe de él.

Beltrán dice que no hay voluntad política para esclarecer este caso, ya que van tres presidencias de la República y la justicia no llega.

"Es momento de que el nuevo Presidente Enrique Peña Nieto demuestre respeto al Estado de Derecho que se traduce en el esclarecimiento de la desaparición de Alfredo y de los demás homicidios contra periodistas y comunicadores que están impunes", expresa.

El dirigente de los periodistas de Sinaloa indica que en los gobiernos del estado y federal tampoco hay visos de esclarecer casos de asesinatos de compañeros como los de Óscar Rivera Inzunza, José Luis Romero, Gregorio Rodríguez y de Humberto Millán.

Expone que Peña Nieto, si es congruente con el decir y el hacer, debe dar respuesta a familiares, a periodistas y a la sociedad de los avances en cada uno de los asesinatos y desapariciones.

"De no hacerlo, seguiremos dando cuenta del fallido sistema de procuración e impartición de justicia en México, incapaz de garantizar la libertad de prensa", agrega.

AÑO FUNESTO

Reporteros Sin Fronteras destaca que 2012 fue un año funesto para la prensa del mundo por el asesinato de 90 periodistas, la cifra más alta históricamente.

Los lugares más peligrosos para los reporteros fueron Siria, Somalia y Pakistán, pero el cuarto lugar lo tiene México, donde el año pasado asesinaron a siete.

Incluso, esta organización internacional calificó al País como de extrema peligrosidad.

"México es uno de los países de América más mortífero para los periodistas", señala.

Pero lo más grave es que, según informes de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, el 81 por ciento de los actos cometidos en contra del gremio, están impunes.

La organización Artículo 19 también dice que la violencia contra la prensa es un fenómeno que ha afectado seriamente el ejercicio del derecho a la libertad de expresión en México.

Mientras los medios son presa de la delincuencia organizada, el nuevo gobierno de Peña Nieto ha permanecido en silencio.

AGRESIONES A LA LIBERTAD

Periodistas asesinados en Sinaloa:

- Gregorio Rodríguez. 28 de noviembre de 2004.
- Óscar Rivera Inzunza. 5 de septiembre de 2007.
- José Luis Romero. 30 de diciembre de 2009.
- Humberto Millán Salazar. 24 de agosto de 2011.

MEDIOS SINALOENSES ATACADOS

- 17 de noviembre de 2008.

Lanzan granada al periódico El Debate Culiacán.

- Septiembre de 2009.

Sufre Ríodoce ataque con una granada.

- 1 de septiembre de 2010.

Atacan a balazos las instalaciones de Noroeste Mazatlán.

- 3 de octubre de 2010.

 Balean fachada de El Debate Mazatlán.

- 2 de julio de 2011.

Dejan dos cuerpos decapitados afuera de las instalaciones de Noroeste y El Debate Mazatlán.

- 25 de noviembre de 2011.

Ataque cibernético contra Ríodoce.

ATAQUES EN 2013

-26 de febrero.

El Siglo de Torreón, Coahuila, sufre atentado a balazos. Es la tercera agresión.

- 6 de marzo.

Fueron atacados a balazos el Diario de Juárez y el Canal 44, en Ciudad Juárez, Chihuahua.

- 11 de marzo.

El periódico El Zócalo anuncia que dejará de publicar eventos sobre la delincuencia organizada por amenazas.

PRIMER ASESINATO CON PEÑA NIETO

- 3 de marzo de 2013.

Asesinan al periodista Jaime Guadalupe González Domínguez, director de Ojinaga Noticias, en Ojinaga, Chihuahua.

CIFRAS DE IMPUNIDAD

La CNDH informa que desde 2000 a febrero de 2013 se habían registrado en México:

82 asesinatos de reporteros

33 Agresiones contra medios de comunicación

18 Periodistas desaparecidos

SE ALEJA LA JUSTICIA CADA VEZ MÁS

El caso del periodista Alfredo Jiménez Mota se mueve en un mar de impunidad al cumplirse hoy ocho años de su desaparición.

Pero la situación se ha complicado con el paso del tiempo haciendo más remota la posibilidad de encontrarlo, pues algunos de los actores señalados como responsables ya han muerto.

De nada ha servido la intervención de la Procuraduría General de la República a través de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada y la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Cometidos contra Periodistas.

La familia del reportero de El Imparcial de Hermosillo nada sabe de los investigadores. La última vez que los visitaron fue en diciembre, pero sólo para ver si una osamenta coincidía con su perfil.

Sin embargo, no pierde la esperanza de encontrar a su hijo Alfredo, ya sea vivo o muerto.

Y sólo pide a las nuevas autoridades federales que no se olviden del caso y no le den "carpetazo".

El periodista, originario de Empalme, Sonora, especializado en temas de seguridad, fue privado de su libertad el 2 de abril de 2005 cuando laboraba en El Imparcial de Hermosillo y desde entonces no se sabe de él.

"Todo sigue igual que al principio", asegura José Alfredo Jiménez Hernández, padre del periodista.

INICIÓ EN CULIACÁN

Jiménez Mota inició su carrera periodística en Culiacán, luego de estudiar Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Occidente.

Laboró para distintos medios de comunicación, entre ellos Noroeste, donde fue asignado al área de seguridad y justicia.

Pero llegó el momento de regresarse a su tierra y lo hizo luego de que El Imparcial le abrió sus puertas.

Empezó a tocar temas relacionados con el narcotráfico, lo que provocó finalmente su desaparición el 2 de abril de 2005.

Desde esa fecha, los padres de Alfredo sufren un viacrucis permanente.

Según la PGR, los principales sospechosos de su desaparición son los hermanos Enríquez Parra, cuyo líder Raúl fue hallado asesinado en noviembre de 2005 en Masiaca, Navojoa, junto con tres personas más, los cuales fueron arrojados desde una avioneta.

Los Güeritos o Los Números, como le llaman a esta banda delincuencial, según las investigaciones, está ligada a los Beltrán Leyva.

De acuerdo a archivos periodísticos de El Imparcial, Jiménez Mota publicó en enero de 2005 una radiografía sobre las actividades de Los Tres Caballeros, originarios de Sinaloa, y los ligó a los Enríquez Parra.

La guerra contra el narcotráfico ha llevado a que poco a poco fueran muriendo algunos de los sospechosos, mientras que las autoridades no avanzan en las investigaciones, las cuales se encuentran estancadas.

Jiménez Hernández lamenta que casi toda la gente involucrada en la desaparición de su hijo ya ha muerto.

Dice que van a pedir al Gobierno de Enrique Peña Nieto y a las nuevas autoridades de la PGR que sigan investigando, que no le vayan a dar carpetazo como muchos otros casos que hay.

"No han abandonado totalmente el caso, pero ya no lo siguen con la misma intensidad que antes; nosotros seguimos con esperanzas, que cuando menos si no lo encontramos vivo, sí queremos saber en dónde quedó", expresa.

En entrevista telefónica, Jiménez Hernández hace un llamado a las personas que pudieran saber dónde está que lo digan, aunque sea de manera anónima.

Esperanza Mota, su madre, aún lo espera en su casa de Empalme, aunque sabe que es casi imposible que lo vuelva a ver vivo.

"Quisiera saber dónde está, esa sería la petición. Saber si está, como esté", repite.

Y al igual que su esposo, sólo pide verlo de nuevo, aunque sea muerto para darle cristiana sepultura.

ALFREDO JIMÉNEZ MOTA

Reportero de El Imparcial de Sonora, de complexión robusta, con 110 kilos de peso y una estatura aproximada de 1.85 metros, es de tez morena clara y cara redonda; tenía el día de su desaparición 25 años. Laboró en diversos medios de Sinaloa, donde estudió Ciencias de la Comunicación. Desapareció el 2 de abril de 2005.

(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ Noroeste.com/ Martes, 02 de Abril de 2013 06:47)

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