Policías aprovechan operativos para robar enervantes a vendedores de droga al
menudeo y éstos los denuncian anónimamente.
La secretaría de seguridad pública
de Tijuana inició en enero un programa de depuración permanente que concentró
esfuerzos en los grupos especiales, quienes presuntamente tenían “permiso” del
ex director Adrián Hernández y ex secretario Gustavo Huerta, para robar
pertenencias y droga a los criminales que detenían.
Investigaciones ZETA
Eran policías de elite, miembros del Grupo de Apoyo designados por el jefe de
la delegación Centenario, Alfonso Sáenz Gastélum, quien fue removido del cargo,
cuando este equipo de seis policías municipales, encabezados por el agente Ramón
Alberto Robles Vilchez, intentaron vender una llanta que contenía 30 kilos de
mariguana.
Además del jefe del escuadrón, los uniformados involucrados en la sustracción
del enervante fueron, los hoy arraigados en el Distrito Federal, Efraín Flores
Munguía, Jesús Martín Garate López.
Y los prófugos, Arturo Mendoza Camarillo,
Érick de Lira Godínez, e Isidro Omar Beltrán Cárdenas, con apenas ocho meses de
policía.
En relación a Omar Beltrán, las autoridades municipales informaron vía
boletín que se había entregado a las autoridades federales, pero en la
Procuraduría General de la República negaron tenerlo en custodia, lo mismo que
el Ejército.
La información falsa, fue proporcionada al secretario por su
director, Ricardo Garduño.
Irónicamente, fue precisamente este grupo de agentes el que interceptó,
persiguió y capturó a los cuatro detenidos en el domicilio de Infonavit Loma Dos
el martes 17 de abril.
Reportaron el delito y esperaron refuerzos custodiando el
lugar.
Por tratarse de un cargamento grande de droga, el Secretario de Seguridad
Pública Municipal solicitó apoyo de la Policía Estatal Preventiva, para que en
coordinación dieran seguimiento a la información recabada.
Y llamó la atención a
la tropa, porque en las últimas semanas no se había hecho investigación
preventiva en torno a las capturas y decomisos.
Una vez que la autoridad revisó los registros de las alertas emitidas por el
Grupo de Apoyo, se dieron cuenta que hubo un intervalo, en lo que se reportó la
persecución y se informó del aseguramiento.
Tiempo que fue aprovechado por los
policías para sustraer la llanta que debido a la premura, debieron esconder en
uno de los vehículos oficiales.
Ese martes, el reporte final conjunto fue el decomiso de 650 kilos de
mariguana, dos prensas de metal, una báscula y otras dos llantas de
tracto-camión llenas de la droga.
La noche del viernes 20 de abril, previa denuncia, en un operativo armado por
elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) en el que los
proveedores de la droga pensaban ganar 30 mil dólares, fueron sorprendidos
Robles Vilchez, quien encabezaba la venta, acompañado de Flores Munguía y Garate
López.
El grupo llegó en dos vehículos, en la patrulla 5022 llevaban la droga,
cuando se vieron descubiertos, los dos últimos intentaron huir en la segunda
unidad, pero fueron interceptados por los soldados.
Las fuerzas armadas se contactaron con la secretaría municipal, en
coordinación identificaron el cargamento del que había sido robada la droga y al
resto del equipo humano que habían participado en el aseguramiento.
Para indagar
su posible implicación en el ilícito, sin informarles el tema, los llamaron para
que se presentaran en la dirección, pero decidieron huir. Tras la fuga,
directivos policiacos lograron tener contacto telefónico con Beltrán, pero sin
resultados.
Vilchez, Flores y Garate fueron enviados al centro del país, por lo pronto
arraigados por 40 días, plazo que empezó a correr el 25 de abril de 2012. En
contra de los agentes Mendoza Camarillo, Lira Godínez y Beltrán Cárdenas, la
autoridad sólo pudo emitir una orden de localización y presentación, porque el
expediente aún no ha sido consignado ante un juez.
O15 Melecio
Otro caso que se turnó esta semana que concluye a la Comisión de Desarrollo
Policial y a la Sindicatura fue el del Luis Contreras Melecio, jefe policiaco
acusado por miembros del crimen organizado de haber robado un cargamento menor
de heroína y 5 mil pesos a quien presuntamente habían amenazado de muerte, para
que devolviera lo que se había quedado.
Tras la indagatoria interna, pudieron conocer que el agente participó en una
persecución de ladrones que terminó en un domicilio de donde el líder logró
escapar y un menor de edad, vecino del dueño, fue detenido en posesión de una
granada, en la casa además encontraron una bola de droga que el uniformado
decidió quedarse.
El adolescente pidió al agente que hablara con la mamá por
teléfono, quien le ofreció 5 mil dólares.
Las autoridades no informaron qué pasó con el dinero, pero sí supieron que
unos días después, otro policía (supuesto vecino de la madre del joven detenido)
le marcó a Contreras Melecio para decirle que si no regresaba la droga iban a
matar a la señora y a su hijo, así que devolvió el enervante, tampoco dieron
detalles respecto a la entrega.
A Contreras se le inició procedimiento y están buscando al segundo agente
involucrado.
De octubre de 2011 al 23 de abril de 2012 la Secretaría de Seguridad Pública
de Tijuana ha dado de baja a 32 policías, 10 más están en proceso de remoción, y
otros 53 están bajo investigación interna.:
“La depuración es permanente y
continua”, aseguró el secretario de seguridad en Tijuana, Alberto Capella.
Informó que se está estableciendo mayor supervisión en el control de uso de
patrullas.
Y como parte del proceso de depuración, con equipo de la policía
municipal, iniciaron la aplicación de exámenes de polígrafo para los más de 50
elementos que están bajo sospecha.
“Aunque sabemos que no son determinantes
porque sólo miden una escala de valores, pero es sólo una parte del trabajo que
se está haciendo.
“Eso no significa que nos temblara la mano, las detenciones ahí están, como
prueba de que no se solaparan malos elementos y de que estamos combatiendo
viejos vicios, ni se promueve ni se tolera la sustracción de botines de
guerra”.
Capella sin admitirlo, se refiere a las acusaciones que llevaron a la
renuncia obligada en octubre de 2011, de su antecesor, el ex secretario Gustavo
Huerta y el director Adrián Hernández, ambos señalados por ciudadanos afectados,
miembros de la tropa y delincuentes, de permitir a sus agentes extorsionar a
quienes consideraran delincuentes. Y en los operativos contra el crimen
organizado “pellizcar” cargamentos de droga.
“Pero debemos actuar con cautela, porque entre los señalados puede haber
buenos elementos, señalados sólo por hacer bien su trabajo, acusados por jefes o
compañeros a quienes les estorban para hacer negocios turbios”, concluyó el
responsable de la seguridad pública en Tijuana.
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