Carlos González Muñoz
Fue el gobierno norteamericano quien desde Los Cabos,
BCS, en ocasión de la estadía de su Secretaria de estado en ese destino
turístico y en el contexto de una reunión preparatoria del G-20, quien colocó
sorpresivamente en la prensa y en los noticieros nacionales e internacionales a
El Chapo Guzmán, comparándolo con Bin Laden, calificado este último por el
gobierno que representa la señora Hilary Clinton como el terrorista más
peligroso y número uno a nivel planetario –aunque muchos mexicanos
coincidiríamos en que algunos funcionarios públicos y empresarios de EU encajan
en esa misma categoría e incluso disputándole el supuesto primer lugar a Bin
Laden-.
A muchos extrañó esta declaración
porque acabó por opacar a la propia reunión preparatoria del G-20, restando
importancia a esta y sacando de las primeras planas de los periódicos a los
cancilleres de los países que acudieron a la cita, enviando a páginas
interiores sus comentarios y resoluciones. Como diríamos aquí, lo del Chapo no
venía ni al caso…aparentemente.
Una semana después vendría otra declaración igualmente imprevista y también
aparentemente sin sentido pero ahora del gobierno mexicano, revelación que es
útil para entender lo que podría estarse cocinando entre el gobierno de Obama
y el de FCH alrededor del tema del famoso y multimillonario narcotraficante
mexicano: Según la SIEDO, apenas uno o dos días después de que Hilary declarara
lo que declaró y retornara a su país, resulta que en Los Cabos la PFP “casi
atrapa a El Chapo”, quien habría estado ahí, descansando, precisamente cuando
en el mismo sitio se encontraba la secretaria de Estado de la nación aún más
poderosa del mundo. Ajá, qué casualidad.
¿Cómo es posible que “casi” coinciden en Los Cabos Hilary y El Capo mayor y
resulta que nadie lo sabia sino hasta días después?, ¿cómo no pudieron
detectarlo oportunamente los agentes de los servicios de inteligencia más
experimentado y sofisticado del globo, los maestros de maestros? Es
impensable.
O bien los agentes de la DEA y demás agencias de aquél país que pululan en
México desde hace meses con la anuencia del gobierno federal mexicano son
mediocres y corruptos o bien estamos ante un caso que demostraría la gran
capacidad de movimiento del Chapo Guzmán para trasladarse sin problemas por todo
el territorio nacional sin ser visto. Algo también impensable.
Pero el capo podría haber sido deliberadamente citado en aquél destino
turístico porque ha llegado el momento de entregarse al serle imposible a sus
supuestos protectores seguir manteniendo el apoyo. Llegó el momento de
entregarse y de entregarlo porque proceso electoral mata lealtades.
No es casual que desde vocerías oficiales de ambos países se haya sacado de
la manga el tema ni tampoco lo son los comentarios y enredos posteriores que
han suscitado ambas declaraciones hechas por separado y en diferentes momentos,
si, pero con una “extraña” conexión que le da sentido a todo este “show” y que
tiene que ver con el contexto electoral en que están sumergidas ambas
naciones.
El Chapo ya está ubicado en algún lugar del país –tal vez BCS-, y también
podría ser posible que el famoso capo ya fue detenido aquí e incluso negociada
directamente con el gobierno estadounidense una salida “decente” y hasta
humanitaria para él a cambio de entregarse “civilizadamente”.
Lo que si es cierto es que la aprehensión de El Chapo es sólo cuestión de
tiempo y un hecho obligado para ambos gobiernos porque no obtenerla ahora,
después de tanta faramalla, sería nefasto para los planes electorales de ambos
porque afectaría directamente tanto a Obama –quien quiere reelegirse- como a la
candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota.
Por lo tanto podría afirmarse que en los próximos días o semanas la opinión
pública nacional e internacional se enterará que la óptica electoral a ambos
lados de la frontera norte ha acabado por predominar y contaminar no solamente
la acción de la justicia sino también al propio proceso electoral.
En ese contexto binacional, el vasto operativo policiaco-militar que se
desplegó por toda el territorio estatal aquél fin de semana en que los
sudcalifornianos fuimos “anfitriones” de tan famosos y disímbolos personajes,
fue “de a de veras”, un ensayo general de la nueva superproducción de García
Luna que podría llevar por título “Amores de ayer”.
En cualquier circunstancia estaríamos ante un acontecimiento oprobioso para
el país porque se comprobaría lo que es ya un secreto a voces: Calderón ha
cedido la soberanía del país a las agencias estadounidenses de espionaje, y son
ellas y aquél gobierno quienes están marcando el paso y el rumbo del actual
proceso electoral en México.
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