Hoy
arranca una nueva era para México y el mundo con la asunción de Donald Trump.
Su discurso sugiere que va en serio con el proteccionismo, la renegociación del
TLCAN y la repatriación de inmigrantes. ¿Qué instancias legales tiene México
para apelar y defenderse?
“Desde
luego, tienen que (unirse) con su contraparte de la asociación de manufactureros
de Estados Unidos, por ejemplo”
Alejandro
Ibarra
Investigador
del Tecnológico de Monterrey
Los
miembros del gabinete de Trump reúnen una mayor cantidad de años de experiencia
en el sector privado que cualquier otra administración
Más
allá del discurso, el presidente electo tiene una deuda política con los
trabajadores del sector de manufactura de los estados de Ohio, Pennsylvania
México
podría apelar a una medida unilateral por parte de EU, ante la Organización
Mundial del Comercio
80%
exportaciones de México van a Estados Unidos
Donald
Trump y su equipo han dejado en claro que las reglas cambiaron. Hoy a las
11 horas, tiempo de la Ciudad de México,
inicia una nueva era en la relación bilateral de México con Estados Unidos.
La
toma de posesión de Donald Trump como el 45 presidente estadounidense marca el
arranque de un proceso de negociación entre ambos países que será regido, en
gran medida, por el eje económico.
La
revisión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el envío
de remesas, el papel de la Organización Mundial de Comercio (OMC) como árbitro
comercial y la incidencia de un cambio profundo en el código fiscal de Estados
Unidos serán algunos de los temas más relevantes de la agenda bilateral en
materia económica.
Las
autoridades mexicanas aún no han hecho señalamientos públicos en los que se
refiera cuáles serán los lineamientos generales para la negociación con Estados
Unidos.
En
cambio, el gabinete económico de Trump, particularmente el sector que está
encargado de la política comercial, ha mantenido una postura altamente
asertiva.
La
semana pasada, Donald Trump dijo en una entrevista televisiva: “Todo está bajo
negociación. Todo.” La declaración arroja luz sobre cuál será la naturaleza de
su administración.
El
pragmatismo parece ser el sello de la mayor parte del nuevo gobierno. Los
miembros del gabinete de Trump reúnen una mayor cantidad de años de experiencia
en el sector privado que cualquier otra administración en la historia de
Estados Unidos.
Sin
embargo, en este contexto, dada la retórica proteccionista que ha caracterizado
al discurso de Trump, México debe tener claro cuál será su estrategia de
negociación.
En
ese sentido, hay dos aspectos indiscutibles en relación al proceso de
negociación. El primero, que el modelo de crecimiento mexicano está basado en
las exportaciones. El 80 por ciento de los bienes y servicios que el país vende
en el exterior se destinan hacia Estados Unidos. Esto pone de relieve la
asimetría de la relación.
El
segundo, que el compromiso de Trump con sus promesas proteccionistas es total.
Más allá del discurso, el presidente electo tiene una deuda política con los
trabajadores del sector de manufactura de los estados de Ohio, Pennsylvania,
Michigan y Wisconsin.
ESPERAR Y VER
México
cuenta con herramientas legales que puede utilizar, en caso que Donald Trump
cumpla con sus promesas proteccionistas, entre las que se incluye la
renegociación del TLCAN.
El
director del Instituto para la Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico,
José Luis de la Cruz, manifestó que México puede ampararse bajo los parámetros
del marco legal del TLCAN y de la OMC.
“Depende,
primero de lo que imponga para ver si no contraviene a los acuerdos, y México
tendrá que cuidar que este marco sea respetado”, precisó.
“El
primer marco de referencia es el marco legal del Tratado. Donald Trump, en
principio tiene que respetar lo que allí está escrito”, aseguró.
Una
segunda instancia es la OMC, en donde ambos países tienen compromisos
multilaterales ante esa organización.
“Ese
es el marco general, y habría que esperar si lo que propone Donald Trump está
en contra de esos marcos firmados por los países”, sostuvo.
Sin
embargo, con la potestad como presidente de Estados Unidos puede plantear su
retiro del Tratado o bien renegociarlo.
“México
deberá actuar dependiendo de las acciones que en concreto Donald Trump tiene”,
expuso.
Añadió
que la actividad de los grupos de trabajo que se han formado para abordar el
tema, entre el sector empresarial mexicano y el mismo gobierno ha sido de bajo
perfil.
Pero, la prueba de fuego vendrá cuando Trump tome
las primeras acciones, es decir, cuáles serán las respuestas de estos grupos de
trabajo y negociadores para ver si se ajustan a la nueva realidad que ha
planteado.
México
va a tener que impulsar una nueva perspectiva del vínculo con México y EU
porque la mera parte comercial no será suficiente.
“Esto
va a representar una nueva perspectiva para la relación entre ambos
países, habrá que ver la parte concreta”
comunicó.
RECURSOS AL ALCANCE
Por
su parte, Alejandro Ibarra, investigador del Tecnológico de Monterrey, declaró que, si Estados Unidos
eleva los aranceles para exportaciones mexicanas sin justificación, México
puede acudir al panel de arbitraje del TLCAN que se establecería para negociar
este asunto.
Otro
recurso legal es apelar a la medida unilateral de Estados Unidos ante la OMC.
“La
OMC impondría sanciones a Estados Unidos por esa acción unilateral”, apuntó.
Asimismo,
Ibarra resaltó que las empresas norteamericanas afectadas por estas políticas
pueden asumir un papel más activo en conjunto con las autoridades mexicanas.
En ese sentido, expresó que se ha visto mucha
pasividad de los empresarios y del gobierno mexicano.
“Desde
luego, tienen que (unirse) con su contraparte de la asociación de
manufactureros de Estados Unidos, por ejemplo”, dijo.
Por
otro lado, refirió que México tendrá mejores armas de negociación si ésta se
hace asunto por asunto y no tratar todos los temas de la relación bilateral en
un sólo bloque.
Jaime
Serra Puche, ex negociador del TLCAN, refirió que en el supuesto de que
prevalezca la OMC y no el TLCAN, el promedio de arancel para México sería de
2.8 por ciento. La simple depreciación del peso frente al dólar compensa en
demasía este costo adicional.
Agregó
que, bajo la OMC, México tiene más maniobra para actuar en cuanto a impuestos,
porque actualmente no aplica el impuesto máximo que podría poner en las
diferentes industrias.
Pero
esto no es así para Estados Unidos, quien ya aplica para la mayoría de los
sectores el impuesto máximo a las importaciones mexicanas.
“Si
Estados Unidos sale de la OMC, entonces existiría un panorama completamente
diferente, habría guerra comercial y no le convendría al país entrar en dicha
guerra con un dólar tan apreciado”, precisó.
En
el mismo foro, Luis de la Calle, socio fundador de De la Calle, Madrazo,
Mancera, recomendó apostar por la diversificación de las importaciones. Esto podría realizarse mediante la
celebración de tratados de libre comercio con Australia y Brasil, con el fin de contar con fuentes alternas a las de Estados
Unidos y ganar influencia en las negociaciones.
(REPORTE
INDIGO/ INDIGO STAFF/ Viernes 20 de enero de 2017)
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