EL DISCURSO COMPLETO DE LA TOMA DE
POSESIÓN DE DONALD TRUMP (EN ESPAÑOL)
Esta es la transcripción del mensaje que
dio el presidente Donald Trump durante su toma de posesión el 20 de enero de
2017.
Presidente de la Corte
Suprema John Roberts, Presidente Carter, Presidente Clinton, Presidente Bush,
Presidente Obama, conciudadanos, y personas de todo el mundo:
Gracias.
Nosotros, los ciudadanos de
Estados Unidos, nos unimos ahora en un gran esfuerzo nacional para reconstruir
nuestro país y restaurar su promesa para todo nuestro pueblo.
Juntos podremos determinar el
curso de Estados Unidos y del mundo en los años venideros.
Enfrentaremos retos.
Enfrentaremos dificultades. Pero cumpliremos nuestra tarea.
Cada cuatro años, nos
reunimos en estos escalones para llevar a cabo la transferencia ordenada y
pacífica del poder, y estamos agradecidos con el Presidente Obama y la Primera
Dama Michelle Obama por su gentil ayuda a lo largo de la transición. Han sido
magníficos.
Sin embargo, la ceremonia de
hoy tiene un significado muy especial. Porque hoy no estamos simplemente
transfiriendo el poder de una administración a otra, o de un partido a otro,
sino que estamos transfiriendo el poder de Washington, D.C. y devolviéndoselo a
ustedes, el pueblo estadounidense.
Durante demasiado tiempo, un
pequeño grupo en la capital de nuestra nación ha cosechado los frutos del
gobierno mientras el pueblo ha sufragado los costos.
Washington floreció – pero el
pueblo no se benefició de esa riqueza.
Los políticos prosperaron – pero
los empleos desaparecieron, y las fábricas cerraron.
El sistema se protegió a sí
mismo, pero no protegió a los ciudadanos de nuestro país.
Sus victorias no han sido las
victorias de ustedes; sus triunfos no han sido los triunfos de ustedes; y
mientras ellos celebraban en la capital de nuestra nación, las familias que
luchan en todo nuestro país tenían muy poco que celebrar.
Todo eso cambiará – a partir
de aquí y ahora mismo, porque este momento es el momento de ustedes: les
pertenece a ustedes.
Pertenece a todos los
reunidos hoy aquí y a todos los que observan en todo Estados Unidos.
Éste es su día. Ésta es su
celebración.
Y este, Estados Unidos de
América, es su país.
Lo que realmente importa no
es qué partido controla nuestro gobierno, sino si nuestro gobierno está
controlado por el pueblo.
El 20 de enero de 2017 será
recordado como el día en que el pueblo se convirtió en el gobernante de esta
nación nuevamente.
Los hombres y mujeres
olvidados de nuestro país ya no serán olvidados.
Todo el mundo les está
escuchando ahora.
Llegaron en decenas de
millones para formar parte de un movimiento histórico que el mundo nunca antes
había visto.
En el centro de este
movimiento se encuentra una convicción fundamental: que una nación existe para
servir a sus ciudadanos.
Los estadounidenses quieren
grandes escuelas para sus hijos, vecindarios seguros para sus familias, y
buenos empleos para sí mismos.
Éstas son las demandas justas
y razonables del público honesto.
Pero para muchos de nuestros
ciudadanos, existe una realidad diferente: Las madres y los niños atrapados en
la pobreza en nuestras zonas urbanas; fábricas oxidadas esparcidas como lápidas
por todo el paisaje de nuestra nación; un sistema de educación con mucho
dinero, pero que priva de conocimientos a nuestros jóvenes y hermosos
estudiantes; y la delincuencia, las pandillas y las drogas que han robado
demasiadas vidas y le han robado a nuestro país tanto potencial desaprovechado.
Esta masacre estadounidense
termina aquí y ahora.
Somos una nación – y su dolor
es nuestro dolor. Sus sueños son nuestros sueños; y su éxito será nuestro
éxito. Compartimos un corazón, un hogar y un destino glorioso.
El juramento al cargo que
hago hoy es un juramento de lealtad a todos los estadounidenses.
Durante muchas décadas, hemos
enriquecido la industria extranjera a expensas de la industria estadounidense;
hemos subsidiado los ejércitos de otros países, permitiendo a la vez el triste
deterioro de nuestro ejército; hemos defendido las fronteras de otros países
mientras nos negábamos a defender las nuestras; y hemos gastado billones de
dólares en el extranjero, mientras que la infraestructura de Estados Unidos ha
caído en desuso y decadencia.
Hemos hecho ricos a otros
países mientras que la riqueza, la fuerza y la confianza de nuestro país ha
desaparecido en el horizonte.
Una por una, las fábricas
cerraron y abandonaron nuestras costas, sin siquiera pensar en los millones de
trabajadores estadounidenses que dejaron atrás.
La riqueza de nuestra clase
media ha sido arrancada de sus hogares y luego redistribuida en todo el mundo.
Pero ese es el pasado. Y
ahora estamos mirando sólo hacia el futuro.
Los que nos hemos reunido hoy
aquí estamos emitiendo un nuevo decreto para que se escuche en cada ciudad, en
cada capital extranjera, y en cada esfera de poder.
A partir de hoy, una nueva
visión regirá nuestra tierra.
A partir de este momento,
será Estados Unidos primero.
Cada decisión sobre comercio,
impuestos, inmigración, asuntos exteriores, se hará para beneficiar a los
trabajadores estadounidenses y a las familias estadounidenses.
Debemos proteger nuestras
fronteras de la devastación provocada por el hecho de que otros países
fabriquen nuestros productos, se roben nuestras empresas, y destruyan nuestros
empleos. La protección conducirá a una gran prosperidad y fuerza.
Yo lucharé por ustedes con
cada fibra de mi cuerpo – y nunca los decepcionaré.
Estados Unidos comenzará a
ganar de nuevo, como nunca antes.
Traeremos de vuelta nuestros
empleos. Traeremos de vuelta nuestras fronteras. Traeremos de vuelta nuestra
riqueza. Y traeremos de vuelta nuestros sueños.
Construiremos nuevas
carreteras y autopistas, puentes y túneles, aeropuertos y ferrocarriles en toda
nuestra maravillosa nación.
Nuestro pueblo ya no
necesitará el bienestar social porque tendrá empleos – reconstruyendo nuestro
país con manos estadounidenses y trabajadores estadounidenses.
Seguiremos dos reglas
sencillas: Comprar productos estadounidenses y contratar trabajadores
estadounidenses.
Buscaremos la amistad y la
buena voluntad de las naciones del mundo – pero lo haremos con el entendimiento
de que es el derecho de todas las naciones anteponer sus propios intereses.
No tratamos de imponer
nuestro modo de vida a nadie, sino dejaremos que brille como un ejemplo a
seguir para todos.
Reforzaremos la viejas
alianzas y formaremos nuevas – y uniremos el mundo civilizado contra el
terrorismo islámico radical, el cual vamos a erradicar completamente de la faz
de la tierra.
La piedra angular de nuestra
política será una total lealtad hacia Estados Unidos de América, y a través de
nuestra lealtad a nuestro país, redescubriremos nuestra lealtad entre nosotros
mismos.
Cuando se abre el corazón al
patriotismo, no hay espacio para los prejuicios.
La Biblia nos dice, "Qué
bueno y qué agradable es cuando el pueblo de Dios se reúne en armonía".
Debemos pronunciarnos
abiertamente, debatir nuestros desacuerdos honestamente, pero siempre perseguir
la solidaridad.
Cuando Estados Unidos se une,
Estados Unidos es totalmente imparable.
No debería haber ningún temor
– estamos protegidos, y siempre estaremos protegidos.
Estaremos protegidos por los
grandes hombres y mujeres de nuestro ejército y nuestras fuerzas policiales y,
lo que es más importante, estamos protegidos por Dios.
Por último, debemos pensar en
grande y soñar más en grande aún.
En Estados Unidos, entendemos
que una nación vive sólo mientras se esfuerza.
Ya no aceptaremos políticos
que sólo hablan y no cumplen – que se quejan constantemente, pero que nunca
hacen nada al respecto.
El tiempo para las palabras
huecas ya acabó.
Ahora llega la hora de la
acción.
Que nadie les diga que no se
puede lograr. Ningún desafío es demasiado grande para el corazón, la lucha y el
espíritu de Estados Unidos.
No fracasaremos. Nuestro país
crecerá y prosperará nuevamente.
Nos encontramos en el
nacimiento de un nuevo milenio, listos para revelar los misterios del espacio,
para liberar el planeta de las miserias de la enfermedad, y para encauzar las
energías, las industrias y las tecnologías del mañana.
Un nuevo orgullo nacional
conmoverá nuestras almas, levantará nuestras aspiraciones, y sanará nuestras
divisiones.
Es hora de recordar esa vieja
sabiduría que nuestros soldados nunca olvidarán: ya seamos negros o morenos o
blancos, todos sangramos la misma sangre roja de los patriotas, todos
disfrutamos de las mismas libertades gloriosas y todos saludamos la misma gran
bandera estadounidense.
Y si un niño nace en la zona
urbana de Detroit o en las llanuras azotadas por el viento de Nebraska verá el
mismo cielo nocturno, llenará su corazón con los mismos sueños, y recibirá el
aliento de vida del mismo Creador todopoderoso.
Así que todos los
estadounidenses, en cada ciudad, cercana y lejana, pequeña y grande, de montaña
a montaña, y de océano a océano, escuchen estas palabras:
Nunca serán ignorados de
nuevo.
Sus voces, sus esperanzas y
sus sueños definirán nuestro destino estadounidense. Y su valentía, bondad y
amor siempre nos guiarán por el camino.
Juntos, haremos de Estados
Unidos un país fuerte nuevamente.
Haremos de Estados Unidos un
país rico nuevamente.
Haremos de Estados Unidos un
país orgulloso nuevamente.
Haremos de Estados Unidos un
país seguro nuevamente.
Y sí, juntos, haremos de
Estados Unidos un gran país nuevamente. Gracias, Dios los bendiga y que Dios
bendiga a Estados Unidos.
(UNIVISION/ ENE 20, 2017 | 02:01 PM EST)
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