¿Qué pasaría si Donald Trump cumple su
amenaza y deporta a los millones de mexicanos que viven ilegalmente en los EU?
Expertos creen que es poco probable que el magnate pueda cumplir su promesa de campaña contra los “mojados”
Los
jóvenes ‘dreamers’ cuyos datos sí tiene el Estado americano, de dónde viven,
quiénes son, porque ya se registraron con el Estado. Son el único grupo que
está perfectamente ubicado”
Alejandra
Castañeda
Coordinadora
del Colef
1.2
millones de jóvenes que se suman a la fuerza laboral al año en México
800,000
nuevos empleos que al menos se requieren al año
25,000
millones de dólares en remesas inmigrantes enviaron los inmigrantes en 2015
¿Y
qué pasaría si le cambiamos el nombre al sueño americano y le ponemos sueño
latino?
Una
mujer estadounidense se despierta, quiere abrazar a su marido y su mano se topa
con el colchón de la cama. El hombre, un músico mexicano avecindado en Estados
Unidos que encarnó el actor Eduardo Palomo, desaparece. Así le pasa a cientos
de miles de mexicanos que se esfuman de California.
Los
campesinos se desaparecen mientras manejan los tractores, las trabajadoras de
los hogares no llegan a las casas donde las emplean y los jornaleros faltan a
su faena en los campos estadounidenses.
Es
como si la tierra se los hubiera tragado. Los noticiarios informan el hecho y
nadie parece entender qué pasó. Se habla incluso de un acto terrorista. Pero no
hay cadáveres. Un día desaparecieron y ya no hay quien pode el césped, quien
barra ni pinte. Las calles se llenan de basura porque no hay quien la recoja.
Es
la trama de la película Un día sin mexicanos (Sergio Arau, 2004) que nos
muestra que no hay ficción que no tenga algo de realidad y viceversa.
Con
el cambio de gobierno en puerta en Estados Unidos, el presidente electo Donald
Trump ha dicho que enviará a los migrantes de vuelta en una cifra de entre 2 y
3 millones en cuanto entre en funciones el 20 de enero.
En
ese país hay al menos 11 millones de inmigrantes. Es tan escándalosa la cifra
de posibles deportados que suena más bien a una bravuconería de Trump, quien no
tiene apoyo de las autoridades locales para cumplir su amenaza.
En
Un día sin mexicanos se aprecia que la gran mayoría de los connacionales acude
a EU en busca de un empleo. Las cifras comulgan con este precepto, pues los
delitos indican que unos 100 mil migrantes de diferentes nacionalidades serían
deportados al año por la comisión de un ilícito.
Si
hay desayunos calientes en las mesas, ropa limpia, meseros, barrenderos y niños
bien bañados en las casas de los estadounidenses en parte es porque hay un
latino que hace ese trabajo. Y no es un criminal ni un violador, como acusa
Trump.
¿Pero
qué pasaría si los extranjeros que allá residen se dieran la vuelta? ¿Qué
pasaría si en el sueño latino ellos se quedaran sin nosotros? ¿Qué haríamos sin
las remesas? ¿Qué sería de ellos y nosotros?
ALERTA:
‘DREAMERS’ ESTÁN BIEN UBICADOS
En
todo el discurso sobre las deportaciones de Estados Unidos, la parte más
agresiva es la amenaza de deportar a los jóvenes que estudian en Estados
Unidos, los llamados “dreamers”, considera en entrevista la doctora Alejandra
Castañeda.
“La
única idea con la que estoy espantada es que se pueda deportar a los jóvenes
‘dreamers’ cuyos datos sí tiene el Estado americano, de dónde viven, quiénes
son, porque ya se registraron con el Estado.
Son el único grupo que está perfectamente ubicado”, explica la coordinadora del
Observatorio de Legislación y Política Migratoria del Colegio de la Frontera
Norte (Colef).
Las
cifras oficiales de EU indican que en ese país hay al menos 2.1 millones de
menores de edad que carecen de documentos, pero acuden a la escuela en ese
país.
La
captura de 3 millones de personas como plantea Donald Trump es, por decir lo
menos, complicada, así que podrían incrementarse las deportaciones, pero no
sería muy diferente a lo que se vive con la administración Barack Obama.
Hay
que tomar con mucha precaución el dato, porque en realidad, durante la
administración Obama se deportaron más de 2 millones de personas. Eso ya nos
sucedió, el país ya ha recibido, no de golpe, en ocho años probablemente casi
los 2 millones de deportados”, afirma.
Los
funcionarios federales de Estados Unidos tienen que contar con el apoyo de las
policías y autoridades locales para hacer las deportaciones y encontrar a los
migrantes indocumentados tras una falta de tránsito o una redada, que se dan en
sitios en donde la policía sabe que se ocultan.
“Las
maneras en que estos 2 millones que deportó Obama sucedió porque quería la
cooperación de las policías locales a través de un programa que se llama
Comunidad Segura. Esto permitía que fueran las policías locales las que fueran
detectando con diferentes modos cómo las personas sin documentos entraban en
contacto con la policía, ya fuera por una falta de tránsito o cualquier cosa,
que detectaban que no tenía papeles”, afirma.
De
acuerdo con la experta, en el caso de las deportaciones el escenario más
devastador es cuando se separa a las familias. Los padres indocumentados son
devueltos a México y los hijos nacidos en Estados Unidos se quedan de aquel
lado de la frontera norte. Y eso ya sucede hoy en día.
“Trump
hace una especie de demagogia y retórica, en la que dice ‘voy a deportar 2 ó 3
millones’ que ni siquiera sabe cuántos hay, no sabe qué número está hablando.
Habla de criminales, cuando en realidad las personas que clasifica como
criminales no lo son, son gente que faltó a la Ley de Migración”.
De
acuerdo con la doctora Alejandra Castañeda, los extranjeros que cometen
crímenes graves en Estados Unidos no llegan ni a las 100 mil personas cada año.
NI ALLÁ, NI ACÁ
Si
es cierto que Estados Unidos no podría hacer una deportación de 3 millones de
extranjeros, los demás países, como México, tampoco podrían recibirlos.
México
ni siquiera puede crear los 800 mil nuevos empleos que requieren los 1.2
millones de jóvenes que se suman a la fuerza laboral al año, opina la
perredista Alejandra Barrales. Ante las amenazas de Trump, gobiernos locales
han buscado incentivar la creación de empleos en espera del regreso, pero
cualquier intento sería insuficiente en el mediano plazo.
Los
inmigrantes enviaron a México casi 25 mil millones de dólares en remesas en
2015.
En
el lado mexicano, los líderes partidistas se han pronunciado por proteger la
inversión de estadounidenses en México y viceversa, los diputados han
solicitado que el Gobierno federal encabece una lucha más frontal para la
defensa de los connacionales y la Cancillería estableció un número telefónico
gratuito para que los mexicanos en Estados Unidos obtengan información o
reporten cualquier incidente.
El
Gobierno federal ha dicho que ha girado indicaciones para que los 50 consulados
en el país del norte apoyen a los ciudadanos mexicanos. El gobernador de
Guerrero, Héctor Astudillo, ha reconocido que su entidad -que tiene un millón
de migrantes en Estados Unidos- carece de infraestructura para recibir a los
migrantes que volverían de Estados Unidos.
En
Estados Unidos se han reportado manifestaciones y protestas. En varias
universidades de Estados Unidos, estudiantes han marchado para exigir a los
directivos que protejan a estudiantes y empleados contra una acción en materia
de inmigración.
En
San Francisco, California, en las escuelas públicas se ofrece un “curso
antiTrump” en el que se explica que es un hombre racista y sexista que se
convirtió en presidente “halagando a una base electoral enormemente racista y
sexista”.
(REPORTE
INDIGO/ JULIO RAMÍREZ/ Viernes 18 de noviembre de 2016)
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