martes, 11 de octubre de 2016

SAMSUNG DEJA DE FABRICAR EL GALAXY NOTE 7 Y PIDE A LOS DUEÑOS QUE LO APAGUEN


La compañía pierde 15.000 millones en Bolsa por el fiasco de su móvil estrella, cuyos problemas en la batería hacen que se incendie

Samsung ha anunciado oficialmente este martes que paraliza la producción del teléfono Galaxy Note 7, llamado a ser su producto estrella de 2016, debido a los problemas de su batería, que han provocado que muchas unidades se incendien espontáneamente por sobrecalentamiento. Esta madrugada había anunciado que suspendía en todo el mundo las ventas del modelo original y las sustituciones de los teléfonos, al tiempo que pedía a los propietarios de ese modelo que apaguen sus aparatos y no los utilizasen mientras se aclaraba por qué algunos terminales de esta serie -incluso los reparados o sustituidos por recalentamiento- han entrado en combustión. El fiasco del Note 7 le está suponiendo al gigante surcoreano, primer fabricante mundial de móviles, un coste brutal en términos de imagen, pero no sólo: las acciones de la compañía se hayan desplomado más de un 8% en Seúl, lo que supone que el valor de la empresa se ha visto reducido en más de 15.000 millones de euros.

"Recientemente, hemos reajustado los volúmenes de producción para permitir una investigación exhaustiva y un control de calidad, pero poniendo la seguridad del consumidor como nuestra prioridad número uno, hemos llegado a la decisión final de detener la producción del Galaxy Note 7", dice un comunicado emitido por Samsung este martes. Por el momento, la compañía no ha especificado si la parada es definitiva, aunque un portavoz de Samsung en ESpaña ha declarado a la agencia EFE: "Samsung ha finalizado su producción del Galaxy Note 7. Se entiende que de manera definitiva".

El entierro de este móvil llamado a liderar el campo de las phablets, híbrido entre móvil y tableta, se ha consumado con esta última llamada al consumidor y la parada de producción. Samsung había mantenido el silencio en su web desde el 10 de septiembre.

A primeros de septiembre, Samsung ya pidió a los propietarios de 2,5 millones de teléfonos Galaxy Note 7 que acudieran a las tiendas a sustituir los aparatos tras los informes sobre explosiones de baterías, supuestamente por recalentamiento. Tras cambiar algunos aparatos o baterías, la empresa aseguró que los terminales ya eran seguros.

Sin embargo, los informes de que teléfonos reparados también han ardido aparentemente sin causa han llevado a la compañía a tomar una decisión drástica: pedir a sus clientes que apaguen los teléfonos hasta nuevo aviso. "Los clientes de Galaxy Note 7 original o de reemplazo deben apagar el aparato y detener su uso", afirma una nota de la firma. Horas después, daba el paso definitivo y anunciaba que dejaba de fabricarlo.


(DOSSIER POLITICO/ Agencia/2016-10-11)

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