martes, 29 de enero de 2013

COSECHAN CAMARONES EN EL DESIERTO DE COYAME, CHIHUAHUA




Lourdes Díaz
Ejido Coyame Chih.- En medio del desierto, a unos 8 kilómetros de la cabecera de este municipio, se construyeron invernaderos para la producción de camarones y peces, en una superficie de 1.4 hectáreas donde se experimenta con la engorda del camarón a fin de llegar a una etapa comercial, del cual se tuvo ya la primera cosecha durante la segunda semana de enero.

En una investigación desarrollada por la Comisión Nacional de Zonas Áridas, dadas las condiciones del suelo y salinidad del agua de este lugar, fue posible cosechar camarones bajo condiciones de invernadero, en estanques de 140 mil litros de agua, los cuales tienen capacidad de albergar hasta 50 mil camarones por tina, informó Antonio Olivas, titular de la dependencia.

Los camarones fueron traídos desde Mazatlán y Jalisco, con un peso de .023 miligramos, para cosecharse de 12 a 14 gramos por pieza.

En una primera etapa se colocan para maternizarlos o aclimatarlos en una tina, durante 22 días, en la cual se tuvieron pérdidas, porque se sembraron tarde y les llegó el inverno antes de llegar a su tamaño deseable de 14 gramos  se debieron cosechar de 10, sin embargo, fue pudo determinar que es posible tener dos cosechas por año, sembrando en febrero para cosechar en junio, y otra siembra en junio para cosecharse en octubre., explicó el biólogo responsable de este proyecto, Epifanio González Ceja.

Durante el crecimiento de los camarones, se requiere alimentarlos cada tres horas, día y noche, además de vigilar que la temperatura que requieren se mantenga estable, a una mínima de 20 grados centígrados, y una máxima de 30, agrego.

El clima de este desierto, es similar a los lugares nativos del camarón, sin embargo sí fue necesario adicionar sales al agua, la cual es analizada cada tres días para vigilar que cuente con lo necesario para el crecimiento y desarrollo normal del camarón, además de controlarles el oxigeno que se inyecta a las tinas, ya que si se les proporciona menos del necesario, se pueden morir, o detener su crecimiento, pero si también tienen más oxigenación de la necesaria, pueden presentar pérdidas totales, explica el biólogo.

Los beneficiarios de este proyecto son 50 ejidatarios representados por Luis Quiñónez, quienes aportaron sus tierras que ya tenían ociosas debido a que llevaban varios años sin sembrar ni hacerlas producir, pese a que cuentan con dos pozos de agua, los cuales ahora entraran al negocio de los pescados y mariscos.

La inversión total del proyecto es de 3 millones de pesos, de los cuales, 700mil aportaron los beneficiarios, y el resto, la Conaza, dentro del programa Estratégico Para el Desarrollo de Zonas Áridas (Prodeza), el cual busca hacer productivas las zonas del desierto, con proyectos como éste, explicó el delegado de la dependencia, Antonio Olivas.

En este lugar, cuentan con 16 tinas de 140 mil litros cada una, en la mitad, sembraron camarones, a fin de descubrir el manejo adecuado y después extenderlo a diversos municipios del desierto Chihuahuense y otras partes de la República, y en la otra mitad, sembraron peces, de los cuales, ya está probado que su producción es rentable bajo condiciones de invernadero, pues según datos de la Sagarpa, el 70 por ciento de los pescados que se consumen en la entidad, son importados de otros estados, por lo cual, no tiene problemas de mercado, todo el que se produce, se puede colocar a buen precio en el mismo estado de Chihuahua.

Junto con los 20 mil camarones que se sembraron en 8 tinas, otros 25 mil peces tilapia, se sembraron en las otras 8 tinas, el cual tiene una mayor resistencia, y presenta una pérdida mínima, el cual llega a su tamaño comercial entre los 5 y 7 meses y del que se tiene una cosecha por año, se compra de medio gramo y se cosecha de 300 a 500 gramos. Éste no se ha cosechado todavía, el cual se pretende tener listo para Semana Santa.

El biólogo, González Ceja, cada tres días, realiza análisis del agua, en un laboratorio portátil que tiene aquí, donde verifica niveles de potasio, magnesio, calcio, nitritos, alcalinidad, amonio, u otras propiedades del agua, y dependiendo de las necesidades de los peces o camarones, adiciona lo que haga falta, o hace un recambio del agua de las tinas en caso de que haya excesos de alguno de éstos componentes.

El oxigeno es indispensable para estos pescados y mariscos, el cual es inyectado con bombas eléctricas, que de fallar la energía, habría pérdidas totales, razón por la cual, los invernaderos cuentan con una planta de energía eléctrica alterna que responde cuando la electricidad falla.

La novedad de cosechar camarón en tierras de agua dulce, mantiene optimistas a los ejidatarios que ya vieron la primera cosecha de media tonelada de camarones en el desierto chihuahuense, y pretenden elevar la cantidad esta ocasión.

EN RESUMEN:

    Siembran el camarón bajo condiciones de invernadero
    Arranca etapa experimental con 20 mil camarones
    Cosechan media tonelada
    Descubren que se pueden tener dos cosechas por año
    La siembra es en febrero para cosechar en junio, y otra en junio para cosecharse en octubre.

 .023 miligramos

 Se cosecha de 14 gramos

 Se deben alimentar cada tres horas día y noche

Crecen a una temperatura mínima de 20 grados centígrados y una máxima de 30 grados.

    Les lleva 22 días aclimatarse

(DIARIO DE CHIHUAHUA/ Lourdes Díaz | 29 de Enero del 2013 | 05:54 hrs)

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