Infiltró a uno de sus agentes
Operativo llevó a captura de 35 narcos del cártel de Sinaloa en
5 países
Proceso
MÉXICO, D.F., 13 de marzo.- La Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) no
sólo lavó y contrabandeó millones de dólares de ganancias de los cárteles
mexicanos de las drogas, como lo dio a conocer el diario The New York Times en
diciembre pasado, también recibió millonarias sumas por el pago que el cártel de
Sinaloa hizo a uno de sus agentes infiltrados.
De 2009 a 2011, un oficial del Grupo Técnico Especializado de la DEA se
infiltró en la organización encabezada por Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, y
luego de ganar su confianza cobró el porcentaje de comisión por transportar y lavar en el
sistema financiero 4 millones 921 mil 199 de dólares americanos y 8 millones 339
mil 25 de dólares canadienses.
Bajo la identidad ficticia de "José Luis Cazares" y el apodo de El 050, el
agente recibió 5% de las utilidades ilícitas del cártel de Sinaloa y de La
Familia Michoacana, de acuerdo con información publicada este martes por el
diario Reforma.
No obstante, el costo-beneficio fue absolutamente favorable para los
traficantes, pues los sinaloenses y michoacanos solamente perdieron 600 mil
dólares en aseguramientos y restaron el 5% a sus ganancias, por el pago de
servicios al agente encubierto.
El agente estadunidense también intervino en operaciones de compra venta de 6
mil 700 kilos de cocaína, de acuerdo con la causa criminal 11CR1926H de la Corte
Federal del Distrito Sur de California, en San Diego.
Se trata de la investigación que el año pasado llevó a la captura de Víctor
Manuel Félix Félix, El Señor, consuegro de Joaquín El Chapo Guzmán, y en la que,
durante dos años, la DEA vigiló las llamadas telefónicas y de Nextel de los
traficantes, sus mensajes SMS y correos electrónicos, además de que los
fotografió en diversas reuniones, de acuerdo con el diario.
El infiltrado logró ser aceptado por los criminales gracias a las atractivas
tarifas que ofrecía: pedía 4 mil 500 dólares por cada kilo del alcaloide que
colocara en Estados Unidos si el embarque era de dos toneladas o 3 mil 500
dólares por kilo si el envío era de tres o más toneladas.
Para la corporación estadunidense, los resultados de su inversión llegaron 24
meses después de infiltrar a "Cazares", pues la operación desentrañó redes
delictivas en cinco países del continente y se aseguraron más de cuatro
toneladas de cocaína en Ecuador.
La investigación permitió detener o identificar a 36 cómplices del cártel de
Sinaloa en México, Estados Unidos, Canadá, Colombia y Ecuador, incluido el
consuegro de El Chapo, capturado el 18 de marzo de 2011.
Cazares empleó casi un año para romper la desconfianza de los allegados de El
Chapo que estaban dedicados a ingresar la droga y recaudar sus ganancias en
Norteamérica.
El 27 de marzo, Cazares recibió una llamada telefónica de Jesús Rodolfo
Guajardo Farías, un tipo de 66 años a quien le decían El Doctor y era socio de
María Benítez –una mujer a quien no le importaban los escrúpulos con tal de
ganar dinero–, quien fue al grano: necesitaba transferir o "transportar" 3
millones de dólares a Colombia.
El 050 respondió que lo haría, pero no volvieron a buscarlo sino hasta el 3
de junio siguiente, cuando El Doctor lo citó en Panamá, con el propósito de
ponerlo en contacto con Gabriela Vázquez Villavicencio, Monina, y José Benjamín
Valdez Bernal.
Allí le preguntaron de su capacidad para movilizar en bancos 300 millones de
dólares y respondió que podía hacerlo.
Tardaron cinco meses para volverle a ofrecer un trabajo: transportar fuera de
Estados Unidos cantidades que iban de los 20, 50 y hasta 150 millones de dólares
que estaban acopiados en Washington, Chicago y Nueva York.
A inicios de 2010, Monina le mandó un mensaje SMS para avisarle que
finalmente iniciarían una relación de negocios.
Para depositar el dinero, a Cazares le dieron los datos de una cuenta
concentradora a nombre de Vanguardia Casa de Bolsa, en el Deutsche Bank en Nueva
York, que tenía como beneficiario a Merin Comercializadora.
Su primera misión era recoger una maleta con 109 mil dólares en efectivo, lo
cual hizo uno de sus hombres en Monrovia, California, el 31 de marzo de 2010.
"Yo le dije a Vázquez Villavicencio que le cobraría una comisión del 5% del
dinero lavado", declaró Cazares, quien procedió a abrir una cuenta en el Bank of
America en San Diego, restó su comisión al dinero recibido y transfirió 102 mil
460 dólares al banco de Nueva York.
Nadie sabía que la cuenta que aperturó en San Diego, estaría monitoreada por
la DEA, tampoco que el nombre de José Luis Cazares era la identidad ficticia de
un agente que llevaba más de 10 años en el Grupo Técnico Especializado de la
agencia antidrogas.
De acuerdo con el expediente judicial, Cazares echó a andar la maquinaria de
la agencia antidrogas, una vez que fue aceptado como recaudador y lavador de los
ingresos de Guzmán Loera en las calles de Norteamérica.
La confianza de los operadores de El Chapo empezó a reflejarse gradualmente
en los montos que le delegaban.
El 9 de abril de 2010 uno de sus subordinados recogió en Nueva York 543 mil
841 dólares, de los que Cazares depositó 505 mil 772 a la cuenta de Nueva York,
controlada por la DEA. Siempre descontaba su comisión.
El 21 de mayo acopió 968 mil 105 dólares canadienses en Vancouver y depositó
808 mil 966; el 6 de octubre siguiente recibió en la misma ciudad 3 millones 291
mil 970 dólares canadienses, la mayor suma de todas sus operaciones.
Este dinero lo entregó a unos colombianos en Vancouver, para financiar un
embarque de cocaína en Ecuador, patrocinado por el cártel de Sinaloa.
En un año, Cazares lavó 4 millones 921 mil 199 dólares y 8 millones 339 mil
25 dólares canadienses en 24 operaciones de este tipo en Estados Unidos y
Canadá, es decir, lavó dos entregas de dinero mensuales.
Por sus servicios de recaudación y lavado de más de 13 millones de dólares,
el agente encubierto cobró alrededor de 663 mil dólares, si se considera que las
dos monedas hoy tienen casi la misma paridad.
En una declaración jurada del 1 de julio de 2011, ante la Corte californiana,
Cazares dijo que el dinero que recogieron sus muchachos en Canadá y parte del
recolectado en Houston y Nueva York pertenecía a La Familia Michoacana, en ese
entonces liderada por Nazario Moreno, El más loco, amigo personal de El Chapo.
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