Este mapa ha permitido estudiar a detalle cómo se movió y arrugó la tierra
tras el terremoto de 7.2 grados en el lugar. La nueva técnica podrá ayudar a los
científicos a entender mejor los riesgos de las fallas de la Tierra
Washington DC -Baltimore • Un equipo internacional de
científicos ha realizado el primer mapa en 3D de un gran terremoto, que les ha
permitido estudiar al detalle cómo se movió y arrugó la tierra tras el terremoto
de 7.2 grados que sacudió Mexicali, en el norte de México, en 2010.
Esta nueva técnica, en la que utilizan medidas con láser que pueden ser tan
precisas como para referirse a centímetros, podrá ayudar a los científicos a
entender mejor los riesgos de las fallas de la Tierra.
"Podemos aprender mucho acerca de cómo funcionan los terremotos estudiando
rupturas frescas de una falla", señaló Michael Oskin, profesor de geología en la
Universidad de California en Davis y autor principal del estudio.
Científicos estadounidenses, mexicanos y chinos explican con detalle esta
herramienta en el número del 10 de febrero de la revista Science.
El equipo, en colaboración con el Centro Nacional de Topografía con Láser,
sobrevoló la zona y utilizó un LIDAR (Light Detection and Ranging) para tomar
medidas del territorio afectado por el terremoto y compararlas con datos de
registros anteriores.
Este aparato puede medir las características de la tierra desde lo alto con
una precisión de centímetros utilizando un haz láser pulsado (que emite luz de
forma discontinua), lo que permitió a los investigadores hacer un análisis
detallado de 363 kilómetros cuadrados en menos de tres días.
Los científicos pudieron determinar con exactitud cuánto se deformó la tierra
en tres dimensiones. Asimismo, pudieron constatar que a diferencia de otros
terremotos que se producen por una gran falla éste fue producto de la suma de
siete pequeñas fallas.
Trabajos anteriores habían apuntado a esta posibilidad, pero hasta ahora no
se había podido comprobar. Además, el estudio reveló la existencia de algunas
fallas que no habían sido identificadas anteriormente.
"Este estudio proporciona nueva información sobre cómo se deforman las rocas
en los alrededores de las zonas con fallas durante los terremotos", indicó Eric
Fielding, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA y uno de los
autores.
"Esto ayudará a los científicos a entender los acontecimientos pasados y
evaluar la probabilidad de futuros terremotos en otros complejos sistemas de
fallas", agregó.
El estudio fue financiado por la National Science Foundation, el Servicio
Geológico de EE.UU., el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (México) y la
NASA.
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