Nada representará un desafío
mayor para el gobierno de Andrés Manuel López Obrador que la seguridad. Alfonso
Durazo, quien estará a cargo de enfrentar y reducir la violencia, dice que van
a recibir un país en ruinas. No es una exageración ni le falta razón. México
vive una balcanización, con cárteles de la droga peleándose en todo el país por
el control territorial, pandillas poderosas y atomizadas cada vez más
violentas, corrupción endémica institucional, colapso de instituciones y
presupuestos para seguridad que tuvieron destinos inconfesables.
La respuesta al reto la tiene
construida el nuevo gobierno con un amplio documento de medidas integrales que
preparó y entregó hace casi cinco meses Manuel Mondragón, que renunció como
comisionado nacional contra las adicciones pocos días después de la victoria de
López Obrador en la elección presidencial. El plan de Mondragón estaba hecho a
la medida para que lo pusiera en práctica el mismo Mondragón, que fue el primer
comisionado nacional de Seguridad del gobierno del Presidente Enrique Peña
Nieto, pero que ha sido relegado. Quien se hará cargo de toda esa
instrumentación, será el próximo subsecretario de la nueva Secretaría de
Seguridad, Alejandro Gertz Manero.
Gertz Manero fue Secretario
de Seguridad Pública durante el gobierno del Presidente Vicente Fox y se
enfrentó con el entonces Secretario de Gobernación, Santiago Creel, y el ex
Procurador General, Rafael Macedo de la Concha, además de buscar encarcelar a
quienes habían manejado las estructuras de policía, Wilfrido Robledo y Genaro
García Luna. Años después, cuando García Luna era Secretario de Seguridad
Pública en el gobierno del Presidente Felipe Calderón, acusó a Gertz Manero de
haber corrompido el sistema penitenciario que permitió la primera fuga de Joaquín
“El Chapo” Guzmán.
Mondragón y Gertz Manero son
el cerebro de lo que será la estrategia del gobierno de López Obrador en
materia de seguridad. En una primera instancia, el nuevo diseño institucional
que el Presidente electo López Obrador quiere que esa nueva secretaría sólo se
llame de Seguridad, para que concilie la ambigüedad de su función primaria, con
la absorción del CISEN y de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación.
Fuera de la nueva arquitectura de la Secretaría de Seguridad quedaron el SAT,
debido a que convenios internacionales suscritos por México prohibían que
saliera de la Secretaría de Hacienda, y Aduanas, que está en la misma
dependencia, pero que tiene una función recaudatoria de gran escala.
La nueva secretaría sólo
tendrá dos subsecretarías, y aún no se sabe quién será el subsecretario que
trabaje junto a Gertz Manero. Bajo el próximo subsecretario quedará el aparato
de inteligencia criminal, concentrada en Plataforma México, desmantelado por
Mondragón, quien ha dicho que ello no fue su responsabilidad sino del ex
Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. En un reciente foro
organizado por El Financiero, García Luna dijo que Plataforma México fue vista
por Osorio Chong como una herramienta que serviría a sus pretensiones
presidenciales. El CISEN renacerá como la Agencia Nacional de Inteligencia, y
mantendrá sus funciones de recolección y análisis de información cuya misión es
la defensa de la soberanía nacional, y reportará directamente al Secretario.
La estrategia de seguridad
del próximo gobierno sólo ha visto la luz pública a través de enunciados,
porque el documento de Mondragón, que es la base de lo que se hará, no se dará
a conocer hasta que se incorporen las propuestas emanadas de los foros
nacionales. Tendrá que ser parte también del nuevo diseño de la Secretaría de
Seguridad, cuya creación probablemente surja de una iniciativa en el Senado por
parte de la bancada de Morena, y en donde se espera que Durazo presente en un
plazo no mayor a tres semanas.
Las últimas adecuaciones que
se hicieron incorporan en las tareas de Seguridad Pública a las Fuerzas
Armadas, como adelantó López Obrador después de reunirse con el General
secretario de la Defensa, Salvador Cienfuegos, y el Almirante secretario de la
Marina, Vidal Soberón. La rectificación no es una mala señal. La debilidad
institucional a nivel municipal, vista ya desde la Presidencia y no desde el
templete de campaña, hace su participación indispensable. El tema es sumamente
delicado para que quede en manos de los políticos, y el diagnóstico que tenía
el equipo del Presidente electo se modificó con la información recibida que
prevén que la presencia militar en las calles dudará todo el sexenio.
La discusión política de los
temas de seguridad se ha enfocado al índice de homicidios dolosos que crece
cada mes y es muy improbable que se vaya a frenar en el corto plazo. Pero no es
la única variable del país en ruinas del que habla Durazo. Una muestra de esa
realidad se encuentra en la Alerta de Viaje del Departamento de Estado, que
tiene recomendaciones de seguridad a sus ciudadanos en las 32 entidades
federativas. El gobierno del Presidente Donald Trump ve problemas criminales en
todo el país, y recomienda no viajar a Colima, Guerrero, Michoacán, Sinaloa y
Tamaulipas. En 16 estados sugiere extremar sus precauciones, y en 11 pide a sus
ciudadanos que reconsideren su viaje.
La violencia y la inseguridad
es el mayor reto que enfrentará López Obrador porque es el más sensible. Su
problema es que elevó enormemente las expectativas que al llegar a la
Presidencia todo iba a cambiar, y la realidad es que nada cambiará de fondo en
el corto plazo, porque no hay solución cosmética verdadera. Este fenómeno y su
dinámica tiene que atacarlo de manera integral para poder contener a los criminales
y comenzar a dar resultados en el mediano plazo. De ello se hablará en el
siguiente texto.
rrivapalacio@ejecentral.com.mx
twitter: @rivapa
(NOROESTE/ ESTRICTAMENTE PERSONAL/ RAYMUNDO RIVA
PALACIO/04/09/2018 | 04:00 AM)
No hay comentarios:
Publicar un comentario