EDGAR HERNÁNDEZ. Juventud vulnerable.
Los datos del Registro
Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas publicó en abril de
este año, que aproximadamente la mitad de los mexicanos reportados como
desaparecidos son menores de 29 años. Es decir, son jóvenes. El aumento no
puede permanecer desapercibido.
Ese fue el razonamiento de
los jóvenes estudiantes Édgar Francisco Hernández Cervantes y Jorge Iván
Chavarín Montoya, en una ponencia entregada en el Foro de Participación y
Seguridad Ciudadana.
“Decidimos participar con una
ponencia a la que titulamos ‘La juventud de México y de Sinaloa frente a la
espiral de la violencia criminal’. Nos llamó mucho la atención de que a 10 años
de haberse iniciado la guerra contra las drogas en México, hubo un aumento del
193 por ciento de los homicidios cometidos contra jóvenes en México con
respecto a los registros de 2007”, explica Hernández Cervantes.
El Foro, realizado el pasado
jueves 30, justo en el marco del día internacional de las Víctimas de
Desapariciones Forzadas, contó con organismos civiles y ciudadanos que
presentaron alrededor de 20 ponencias.
En el evento se instalaron
cuatro mesas de trabajo con los temas de sociedad, violencia y grupos
vulnerables, desaparición forzada, legislación vigente y seguridad ciudadana,
así como violencia, impunidad y justicia.
Cada mesa elaboró una
relatoría, destacando los puntos más relevantes de cada una de las ponencias
presentadas. El ejercicio es organizarse, es la participación ciudadana.
Y de manera paralela, la
sociedad culiacanense se solidarizaba con el caso de Eleazar Guadalupe
Hernández, el Rayito artista urbano local que desapareció en diciembre de 2017
en Ciudad Guzmán, Jalisco.
El caso por sí solo ilustra
la preocupación de Édgar Francisco y su colega: a los jóvenes los están
desapareciendo y los están matando.
“En primer lugar hacer notar
este incremento, que no puede pasar desapercibido, de homicidios contra la
población juvenil, o sea, la vulnerabilidad en que nos encontramos los jóvenes
mexicanos”, señala.
Y dicha vulnerabilidad se
encuentra de inicio a fin en el caso de Eleazar. Conocido como el Rayito, el
artista de 22 años acudió a Jalisco a un concurso de baile, donde fungiría como
juez del certamen. Desapareció el 16 de diciembre, su cuerpo fue encontrado el
19 de ese mismo mes, pero transcurrieron ocho meses y 12 días para que fuera
identificado.
La señora Reyna Torrecillas,
madre del bailarín, se ha cansado de pedir ayuda a las autoridades. La falta de
coordinación entre las fiscalías de Jalisco y Sinaloa quedó en evidencia con
los ocho meses de espera: ni las muestras de ADN ni otras periciales pudieron
evitarle la prolongada espera.
Estaba en las instalaciones
del Servicio Médico Forense en Guadalajara, a donde llegó el 19 de diciembre.
Es decir, tres días después de haber desaparecido. Su familia y amigos vivieron
poco más de ocho meses de incertidumbre. Y no fue la autoridad quien dio con su
cuerpo, sino Sabuesos Guerreras AC, un colectivo de rastreadoras con base en
Culiacán.
REYNA TORRECILLAS. La incertidumbre.
Y Édgar no se lo explica. Ni
los asesinatos ni las desapariciones. Lo intenta mediante su ponencia donde
revela cifras de jóvenes desaparecidos o asesinados. Por ello acudió al Foro
junto con decenas de personas preocupadas por el entorno de inseguridad en la
entidad.
“Entonces nos entra la
interrogante del porqué nos está pasando a personas que aparentemente no tienen
un nexo directo con el crimen. Creo que es un fenómeno, que es una trampa que
tiene dos caras: por un lado el desempleo y la desigualdad social hace que
muchos jóvenes, al no tener oportunidades de empleo busquen su supervivencia en
actividades ilícitas y esas actividades los lleven al crimen organizado.
“Entonces ahí ya hay un
peligro que corren los jóvenes que son reclutados en las filas del crimen, pero
al mismo tiempo esos jóvenes pueden convertirse de victimarios a víctimas y es
un fenómeno que también va creciendo a otras capas de jóvenes, que como te
comentaba recién, no se dedican a actividades ilícitas y son víctimas de estas
tragedias”.
El Foro fue encabezado por
Óscar Loza Ochoa, integrante de la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos
en Sinaloa (CDDHS), y quien se dará a la tarea de integrar y ordenar cada una
de las propuestas recabadas.
Otra de las ponencias fue la
llevada por la Comisión de Seguimiento del Caso Javier Valdez, a cargo de la
periodista María de los Ángeles Moreno. El documento contiene seis compromisos
por la libertad de expresión y la protección a periodistas.
“No hay acceso a la justicia
ni para las víctimas ni para sus familias, cuando existen tantos obstáculos que
parecen no encontrar salida, dos de ellos, la incapacidad de las instituciones
públicas para crear e implementar políticas que resuelvan de fondo el problema,
y la insuficiente voluntad de los dueños y directivos de medios de comunicación
para construir alianzas en un escenario donde priva la desconfianza y la
impunidad”, señala el documento.
Y en medio de ponencias y
propuestas, la sociedad culiacanense comienza a sumar esfuerzos. La espiral de
violencia criminal los alcanza a todos por igual.
Artículo publicado el 2 de septiembre de 2018 en la
edición 814 del semanario Ríodoce.
(RIODOCE/ AARON IBARRA/ 4 SEPTIEMBRE, 2018)
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