La revisión de la Cuenta Pública 2016,
por parte de la Auditoría Superior de la Federación, advirtió que Petróleos
Mexicanos no tiene información confiable sobre el volumen del combustible que
le roba el crimen organizado y, por tanto, tampoco sabe a cuánto asciende el
daño patrimonial a la empresa. La ahora Empresa Productiva del Estado argumentó
que no tiene los recursos humanos y financieros para combatir a los llamados
“huachicoleros”.
Lo anterior, alertó la ASF, no sólo
genera pérdidas para la petrolera mexicana y el Estado, sino que pone en riesgo
las instalaciones de Pemex, al medio ambiente y, en particular, a la población
en general.
El robo de combustible con EPN es el más
alto de la historia y los planes para pararlo fracasaron
Ciudad de México, 7 de julio
(SinEmbargo).– Si bien el Presidente Enrique Peña Nieto se comprometió en mayo
pasado a combatir el robo de combustible, una revisión de la Auditoría Superior
de la Federación (ASF) muestra que este delito ha crecido sin contención
oficial durante todo este sexenio, en el que el registro de tomas clandestinas
pasó de mil 620 en 2012, a 6 mil 537 el año pasado.
Este aumento, que es de un
400 por ciento, indica que, en los primeros cuatro años del sexenio, se
abrieron al menos 4 mil 917 tomas clandestinas; o un promedio de mil 229 por
año, o más de tres cada día.
La explicación de Petróleos
Mexicanos (Pemex) ante el aumento, reporta el órgano fiscalizador, fue la falta
de presupuesto suficiente para seguridad así como la probable complicidad de
trabajadores de la empresa y de autoridades de los tres niveles de Gobierno.
“La Gerencia de Gestión
Técnica de Salvaguardia Estratégica, adscrita a la Subdirección de Salvaguardia
Estratégica de Pemex Corporativo, señaló, sin proporcionar la evidencia, que
esto (el aumento) se debió a que se cancelaron programas y proyectos de
seguridad por falta de ajustes presupuestales; los recursos humanos, materiales
y financieros para combatir estratégica y frontalmente el robo de combustibles
fueron insuficientes; y se presume la existencia de algunos trabajadores de
Pemex y autoridades de los tres órdenes de Gobierno que participan en el
mercado ilícito de combustibles, lo que genera pérdidas y pone en riesgo a las
instalaciones productivas, a la población y al medio ambiente”, reporta la ASF.
La problemática de las tomas
clandestinas en los ductos de Pemex ha cobrado notoriedad sobre todo este año
en el que, en el estado de Puebla, la violencia atribuida a quienes cometen
este delito y su combate por parte de las autoridades ha dejado varios civiles
y militares muertos.
Petróleos Mexicanos y las
entidades de seguridad del Estado, sin embargo, no sólo han carecido de
efectividad para detener el problema en los últimos años sino que, de acuerdo
con la ASF, ni siquiera han podido establecer el volumen ni monto monetario de
lo robado, por lo que se limita su capacidad para solucionarlo.
“Se verificó que, en ese año,
la empresa careció de información confiable sobre el volumen de combustibles
perdido, así como del monto económico que representó. Al respecto, la Gerencia
de Medición, Calidad y Balances de la Subdirección Comercial de Pemex Logística
señaló que, conforme a su Estatuto Orgánico, no tiene dentro de sus funciones
generar un análisis y cuantificación volumétrica y monetaria de las pérdidas
por robo de combustibles en ductos, y la Coordinación de Asesores de la
Dirección General de Pemex Logística proporcionó una nota simple en la que la
Subdirección de Operaciones indicó que en 2016 no contó con información
relacionada con el volumen de pérdidas de combustibles ni de las pérdidas
monetarias, derivadas de la detección de tomas clandestinas, aun cuando es el
operador de la logística de petrolíferos, incluidos gasolinas y diésel”, dice
la ASF.
“La carencia de información
sobre las pérdidas volumétricas y monetarias derivadas de la sustracción de
combustible mediante las tomas clandestinas, así como de estrategias para
obtenerla, se contrapone con la misión de PLOG (Pemex Logística) de prestar sus
servicios de manera rentable y sustentable, con altos estándares de (…)
confiabilidad y seguridad’ y con la acción relevante de ‘coadyuvar al combate
del mercado ilícito de combustibles’ establecidas en el Presupuesto de Egresos
de la Federación para el ejercicio fiscal 2016, porque impide que la empresa
conozca con exactitud la magnitud del problema y, en consecuencia, limitó su
capacidad para solucionarlo, situación que pone en riesgo la prestación de
servicios de logística de petrolíferos, de manera rentable y sustentable, con
altos estándares de seguridad y confiabilidad”, agrega.
Los costos de reparación de
estas tomas clandestinas fue de mil 767.7 millones de pesos sólo en 2016, y de
3 mil 70.8 desde 2011, periodo en el que la necesidad de recursos para este
problema ha aumentado un 868.5 por ciento.
La información de las tomas
clandestinas fue parte de una revisión de la ASF sobre los medios de transporte
y almacenamiento de combustibles por parte de Pemex y con el fin de fiscalizar
el aseguramiento del abasto de los mismos –que se cumplió con un cien por
ciento.
La ASF también menciona que,
por la falta de infraestructura, las gasolinas y el diésel son transportados de
manera poco eficiente y a un elevado costo, debido a que el empleo de
carro-tanques (ferrocarril) y auto-tanques (pipas) es más costoso que usar
ductos.
“Sin embargo, este último
medio de transporte, aunque resulta menos caro, es más riesgoso, debido al
mercado ilícito de combustibles (tomas clandestinas), lo que ha repercutido en
la rentabilidad de dicha actividad”, advierte la ASF.
Saqueo de Pemex, asaltos en las
carreteras… y, además, 172% más robo de autos en zona huachicol
CRIMEN Y HUACHICOL
Recientemente, la revista The
Economist destacó que “el robo de combustible es emblemático de un nuevo patrón
de crimen” en México, y tiene a Puebla como su punto focal.
“Los ladrones perforan la
tubería que pasa por el estado –donde es más accesible que en los estados
vecinos– instalan un grifo y drenan el líquido. Lo venden de las espaldas de
camiones en los caminos y en mercados como el cerca de San Salvador
Huixcolotla. El precio es de unos siete pesos (37 centavos) por litro, menos de
la mitad de lo que cuesta en las gasolineras”, destacó en un reportaje
especial.
La influyente revista informó
entonces que en 2006 la red de oleoductos operada por Pemex tenía reporte de
213 tomas ilegales. “El año pasado ese número saltó a más de 6 mil 800. Los
robos costaron a la compañía 30 mil millones de pesos en ventas perdidas y
facturas de reparación el año pasado”.
La administración del
Presidente Enrique Peña Nieto reporta niveles de robo de combustible sin
precedentes. En tanto especialistas han calificado el despliegue de 3 mil
elementos a Puebla, como inútil para cumplir con objetivos de largo plazo en el
combate a este delito.
“Las autoridades más
inmediatas podrían estar omitiendo su responsabilidad de denunciar, pero
también pareciera que las policías tanto federales como estatales están
omitiendo trabajos de inteligencia”, dijo Édgar Cortez Morales, investigador
del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia A.C (IMDHD).
El robo de combustibles
creció a pasos agigantados en los últimos años. En el sexenio del ex Presidente
Felipe Calderón Hinojosa las cifras pasaron de 323 tomas clandestinas en el
2007 a mil 635 en el 2012; un aumento en ese periodo de 406 por ciento. La
tendencia continuó con Peña Nieto: su primer año de Gobierno cerró con 2 mil
612 tomas clandestinas, y al finalizar el 2015 se reportaron 5 mil 252, de
acuerdo con el Informe de Sustentabilidad 2015 de Pemex; esto es, un aumento
del 101 por ciento.
“Huachicoleros” muestran cómo el crimen
en México no sólo subió sino se diversificó: The Economist
(SIN EMBARGO.MX/ SANDRA RODRÍGUEZ NIETO/
JULIO 7, 2017, 12:05 AM)
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