#Anuario2016
| En palabras del encargado de controlar los precios de los bienes y servicios,
Agustín Castens Carstens, a partir de que Donald Trump asuma la Presidencia de
Estados Unidos –el próximo 20 de enero– correrá una “película de terror”. Sin
embargo, ante la debilidad interna del país provocada por un ineficaz gasto
público y una alta deuda, México ya vivió la primera gran parte de esa película
durante cuatro años: el peso se deprecio 20 por ciento frente al dólar, la
deuda pública superó los niveles de la crisis de 1994, hubo tres incrementos
seguidos al precio de las gasolinas y, finalmente, eso impactó para que la
inflación repuntara más allá de las expectativas planteadas.
El
Gobierno de EPN no entiende la emergencia de México: analistas; pide “unidad”
sin plan de acción
Ciudad
de México, 27 de diciembre (SinEmbargo).– Del creador de “cuando Estados Unidos
tiene neumonía, México sólo tiene un catarro”, el Gobernador del Banco de
México (Banxico), Agustín Carstens Carstens, llegó: “fuimos al cine y vimos los
cortos, pero a partir del 20 de enero va a correr la película de terror”.
El
estreno del filme será el 20 de enero de 2017, cuando Donald Trump sea el
Presidente de Estados Unidos, la primera potencia mundial. Sin embargo, esto
será la secuela a una película de los cuatro años previos del gobierno de
Enrique Peña Nieto, que tuvieron su respectivo “terror”.
Desde
mediados de 2015, cuando el magnate mobiliario lanzó su campaña presidencial
[el tráiler], los indicadores económicos del país han temblado ante el riesgo
de que se materialice una renegociación del Tratado de Libre Comercio (TLC), la
confiscación de las remesas y la deportación de al menos 3 millones de mexicanos.
Esas
amenazas se suman al horror antes de Trump reflejado principalmente por el
decrecimiento económico. El Presidente Enrique Peña Nieto anheló una expansión
de 5 por ciento pero en 2016, prevén analistas, se llegará a un 2 por ciento
frente al 2.5 por ciento registrado en el 2015.
En
el tercer trimestre de 2016, reportó Banxico, la economía mexicana mostró una
reactivación frente al trimestre previo. Aunque el consumo privado, base de la
economía interna, “incrementó su ritmo” de expansión, la inversión continuó
“estancada”.
Expertos
en economía expusieron a SinEmbargo durante todo el año que la alta deuda y la
corrupción deterioraron la confianza de los inversionistas en México,
incluyendo el Tren de Alta Velocidad México-Querétaro, cancelado a la par del
escándalo de la Casa Blanca y su relación con Constructora Teya, filial de
Grupo Higa, propiedad de Armando Hinojosa, el dueño de la millonaria mansión.
Eso,
junto con el desequilibrio de las finanzas públicas y la lentitud en la
implementación de las Reformas, provocó que el peso se depreciara frente al
dólar un 20 por ciento (y con ello se inflaron los precios de bienes y
servicios).
Además,
en el clímax de la película, la deuda pública alcanzó niveles de la crisis de
1994 provocando que las calificadoras encendieran las alertas amarillas y
Petróleos Mexicanos (Pemex) reportó números rojos por una baja en su producción
e ingresos, mientras los precios de las gasolinas subieron tres meses seguidos.
“La
debilidad y vulnerabilidad interna mexicana que han desarrollado las mismas
autoridades, gastando más de lo que reciben de ingresos y endeudándose, es lo
que lo hace ser el país más vulnerable ante las amenazas de Trump”, dijo
Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody’s Analytics, en una entrevista
para este diario digital.
“La
medida de socorro que ha tenido es cortar la inversión; lo productivo. El
Gobierno está atorado en un dilema”, añadió.
En
este contexto, Luis Videgaray Caso renunció a la Secretaría de Hacienda en
septiembre pasado y Agustín Carstens Carstens anunció que dejará Banxico en la
mitad de 2017.
CORTO UNO: EL DÓLAR SE COME AL PESO
Con
un dólar caro, es inevitable: subirán tortillas, huevos y pan
Durante
los últimos meses de campaña en las elecciones de Estados Unidos, la moneda
mexicana perdió terreno en varias ocasiones cuando incrementaba la probabilidad
de que Donald Trump ganara (ganó) y recuperaba terreno cuando sus posibilidades
disminuían, determinó Bloomberg en septiembre pasado.
Pero
antes siquiera que Trump se postulara como candidato, el peso ya valía 34.68
por ciento menos que cuando comenzó el sexenio de Peña Nieto: el 3 de diciembre
de 2012 el dólar se vendía en 12.93 pesos y el 15 de junio de 2015, antes del
discurso de Trump con un toque de frases antimexicanas, el billete verde estaba
en 15.74 pesos.
Luego
llegó una ola fuerte.
Cuando
el entonces precandidato republicano avisó, en agosto del 2015, que confiscaría
las remesas, el dólar subió a 16.77 pesos; cuando un mes después amenazó con
renegociar o cancelar el Tratado de Libre Comercio (TLC), aumentó a 17.30
pesos.
Este
año, en mayo, cuando el republicano Ted Cruz abandonó la carrera presidencial y
dejó el camino libre al magnate, el dólar se alteró hasta los 18.05 por uno.
Luego el mundo se enteró que su principal contrincante, Hillary Clinton, se
enfermó y la divisa estadounidense voló hasta los 19.47 pesos.
Economistas
consultados por este sitio dijeron que estos aciertos y tropiezos de los
candidatos también afectaban a las inversiones, claves para la producción y
crecimiento.
El
peso, añadieron, también fue golpeado por la entonces inminente alza de tasas
de interés de Estados Unidos y la incertidumbre por el ajuste al gasto público
de 2017.
Finalmente,
el peso rompió la barrera de los 21 pesos.
Un
dólar caro, explicaron economistas a este medio, se traspasa tarde o temprano a
los precios de bienes y servicios. En la primera quincena de diciembre de 2016
la tasa de inflación se ubicó en 3.48 por ciento.
Los
analistas consultados por Banxico prevén que alcance el 4 por ciento el próximo
año, presionada al alza por el incremento al salario mínimo y los gasolinazos.
La Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros (Amegas) calcula que la
gasolina Magna podría costar 15.17 pesos por litro, la Premium 16.09 pesos y el
diésel 14.73 pesos.
Janet
Yellen y Agustín Carstens, gobernadores del banco central de Estados Unidos y
México, respectivamente, gestionan una política monetaria para controlar los
precios de bienes y servicios (inflación) en distintos escenarios
político-económicos.
La
presidenta de la Reserva Federal afirmó que la decisión de elevar las tasas de
interés hasta el rango del 0.50 y 0.75 por ciento –lo que tenía nerviosos a los
inversionistas en México afectando al peso– es “un voto de confianza” en el
“considerable progreso” de la economía estadounidense.
La
“cura” de Banxico no es cura: secará más la economía del país, dice el Centro
Espinosa Yglesias
En
contraste, la Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) anunció este mes
la quinta alza de la tasa de interés a 5.75 por ciento con el objeto de
“contrarrestar las presiones inflacionarias adicionales” y tomando en cuenta el
incremento de la Reserva Federal de Estados Unidos.
Ante
los riesgos inminentes, “es especialmente relevante que las autoridades
fortalezcan los fundamentos macroeconómicos del país, perseverando en los
esfuerzos de consolidación fiscal [equilibrio entre gastos eficaces e ingresos]
y realizando ajustes en la postura de política monetaria al ritmo que sea
oportuno, a la vez que se siga impulsando la implementación adecuada de las
reformas estructurales”, urgió el banco.
CORTO DOS: DEUDA CON OLOR A TEQUILA
Quien
gane, Trump o Hillary, el TLCAN está en riesgo y su revisión traerá gran daño:
economistas
México
tiene hoy una deuda exagerada y muy similar a la alcanzada durante la crisis
del “efecto Tequila”, en la década de los 90.
Las
agencias calificadoras como Moody’s y Standard and Poor’s se lo han advertido e
incluso podrían bajar su calificación, lo cual provocaría la salida de
inversión y con ello menos crecimiento y menos empleo, han explicado
economistas.
En
total, el país debe 9 billones 683 mil millones de pesos, un 50.5 por ciento
del PIB.
De
2012 a 2015, lo que lleva la administración de Enrique Peña Nieto, la deuda ha
aumento de 38 a 46 por ciento: ocho puntos porcentuales más en tres años frente
al aumento de sólo dos puntos porcentuales en los tres años anteriores
(2009-2012), de acuerdo con datos de Bloomberg.
Durante
la primera mitad de la administración de Peña Nieto, la deuda como proporción
del PIB creció poco más de lo que aumentó en los sexenios de Vicente Fox y
Felipe Calderón juntos, y similar a como fue con Ernesto Zedillo.
CORTO TRES: PEMEX Y LOS GASOLINAZOS
Los
gasolinazos de 2017 llevarán el litro a 16 pesos y elevarán 4% los precios,
calculan analistas
El
Gobierno planteó objetivos ambiciosos para la Reforma Energética: recibos de la
luz y del gas con tarifas más bajas, incrementar la producción petrolera y de
gas para 2018 y, además, rescatar a Petróleos Mexicanos y a la Comisión Federal
de Electricidad.
No
obstante, para especialistas energéticos, la tardanza en implementarla se
enfrentó con la actual volatilidad en los precios del petróleo. Eso orilló a la
Secretaría de Hacienda a compensar la pérdida de sus ingresos petroleros –por
la caída de los petroprecios internacionales– con un alza al impuesto en la
gasolina, lo que, sumado a la liberalización del precio al mercado
internacional, disparará su precio a los 16 pesos por litro en 2017.
En
diciembre, los precios máximos del diésel y las gasolinas Magna y Premium se
mantuvieron sin modificación con respecto a lo observado en noviembre: 13.98,
14.81 y 14.63 pesos por litro, respectivamente, después de registrar
incrementos en agosto, septiembre y octubre.
Pero
a partir de la liberación al mercado global, los gasolinazos llevarían a la
Magna a un costo de 15.17 pesos por litro, a la Premium a 16.09 pesos y al diésel
a 14.73 pesos, calculó la Asociación Mexicana de Empresarios Gasolineros
(Amegas).
La
presión a la alza vendrá –dado que el 62 por ciento de combustible es
importado– por el incremento del dólar registrado desde el año pasado, por la
recuperación relativa del precio del petróleo a raíz del acuerdo a nivel
mundial para reducir la sobreproducción, la falta de infraestructura en el país
para almacenar y transportar el combustible, y por la recaudación de impuestos,
expusieron Amegas y la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece).
Respecto
al rescate de Pemex, basta decir que el Plan de Negocios establece que
alcanzará el equilibrio financiero en 2020… si estabiliza su deuda y recupera
su plataforma.
Sin
embargo, en cinco años no logrará aumentar su plataforma petrolera a más de 2
mil millones de barriles y estiman el precio de la mezcla mexicana entre 42
dólares (2017) y 56 dólares (2021), frente a los 100 dólares que valía en 2014.
El
Secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, dijo durante la presentación de
se plan que ante la “onerosa carga fiscal” de Pemex, “requería un golpe de
timón hacia la modernización; era imperativo asociarse para atraer capital y
tecnología”.
Esas
asociaciones, a través de las licitaciones de bloques petroleros, permitirán
aumentar su producción, pero a largo plazo.
Bien,
las licitaciones en energía; ahora falta transparencia y Estado de Derecho:
Grunstein
(SIN
EMBARGO.MX/ Dulce Olvera /diciembre 27, 2016 - 8:00 pm)
No hay comentarios:
Publicar un comentario