martes, 12 de julio de 2016

IMPUNES, JEFES DE TRATA EN LOS CABOS




FOTOS: cortesía

De las 18 jóvenes llevadas para mantener relaciones sexuales con estadounidenses en Los Cabos en marzo, una era menor de edad. Conforme avanza el proceso penal contra los cinco detenidos poco se sabe de los cabecillas de la red de prostitución. A cada una se le prometió cinco mil pesos por ser damas de compañía en una fiesta; “escuché que si teníamos relaciones con los gringos nos iban a dar más dinero”, declaró una de ellas

San José del Cabo, B.C.S.- Para una fiesta de cumpleaños en Los Cabos, un grupo de hombres estadounidenses hizo un pedido muy específico: 30 chicas menores de edad, en específico de 15 y 16 años de edad.

Las jóvenes serían trasladadas hasta una casa localizada en el fraccionamiento Costa Azul de San José del Cabo, el sábado 12 de marzo por la noche. La vivienda contaba con varias recámaras, alberca, área de bungalós y palapas.

Sin embargo, esa noche llegaron 18 mujeres entre 16 y 30 años de edad, quienes viajaron desde Cabo San Lucas y La Paz. A menos de diez minutos de iniciada la fiesta, elementos de la Policía Federal ingresaron al inmueble.

“Nos dijeron que nos tiráramos al suelo”, explica una de las asistentes en su testimonio, dentro del expediente FED/BCS/CSL/0000097/2016 abierto por la Procuraduría General de la República (PGR) por el delito de trata de personas.

Se trataba de un operativo de elementos federales, quienes sospechaban se realizaba una fiesta donde menores de edad eran explotadas sexualmente.

Una vez que entrevistaron a las víctimas y a una de las presuntas culpables, éstas manifestaron que habían acudido como damas de compañía, con la opción de mantener relaciones sexuales con la posibilidad de cobrar una cuota extra.

El expediente pasó a manos de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) por el delito de lenocinio, así como por trata de personas en su modalidad de explotación sexual en contra de Ramón Corral Vizcarra, Israel Martínez Román, Cristian Alonso Delgado Ramírez y Regina Esmeralda Ruíz Maya.

Los cinco detenidos ese día fueron los únicos presentados ante el Ministerio Público por el delito. Algunos fungieron como choferes de los vehículos en donde viajaron las mujeres y otros como contacto.

A pesar de que según testimonios de los presentes se encontraban tres mujeres en la casa donde se desarrollaría la fiesta, quienes tomaron sus pertenencias y un grupo de 30 extranjeros, así como enganchadores en Cabo San Lucas, la autoridad federal no reportó más detenidos.  

ESTUDIANTES Y MASAJISTAS

Con base en las declaraciones recabadas por la PGJE de Baja California Sur, en el expediente CSL/005/HOM/2016, a las cuales ZETA tuvo acceso, se sabe que el delito se configuró en agravio de Jaquelin M. Gerardo, Melina D. Mendoza, Yazmín A. López, Lizeth Cruz, Gloria M. Palma, Yanet S. Martínez, Mayra O. Covarrubias y la menor Yamilet.



Las jóvenes declararon en el lugar de los hechos y después ante la Procuraduría la forma en que fueron contactadas, citadas, trasladadas y recibidas en la fiesta.

A partir de sus testimoniales, se forma este reportaje, así como de pruebas ofrecidas por la Procuraduría y el parte policial que informa de las detenciones.

El grupo de mujeres estaba conformado por jóvenes universitarias de 18 años de edad, a quienes la presunta culpable Regina Esmeralda Ruíz Maya, días antes, ofreció cinco mil pesos por acudir a una fiesta con extranjeros.

Por otro lado, también acudieron masajistas, bailarinas y meseras, quienes reconocieron a Ramón Corral Vizcarra como la persona que acudió hasta sus lugares de trabajo para ofrecerles acudir a la fiesta a cambio de 3 mil pesos.

Otras víctimas ofrecieron otros nombres como Daniel, Samuel “El Michoacano” y Jaime, quien trabaja en el table dance Iguanas Ranas, como quienes les ofrecieron dinero por acudir como damas de compañía a la fiesta. 

 “Si nos portábamos bien, nos darían una propina” Entre los principales testimonios está el de Yamilet, la única menor de edad encontrada en el lugar.

La joven de 16 años de edad, quien dijo trabajar como mesera, explicó que el sábado 12 de marzo, a las 16:30 horas, acudió a un lugar de masajes, frente al Hotel Tesoro de Cabo San Lucas, para ver a sus amigas Lizeth y Jacqueline.

 “Me comenzaron a platicar de una fiesta, ellas ya se estaban arreglando para ir. Su patrón, de nombre Ulises, les había comentado que había ido otro señor que dijo que le decían “Rey” (Ramón Corral Izcarra), si iban mujeres jóvenes a una fiesta les darían cinco mil pesos, solo por asistir, me invitaron y yo accedí”, declaró ante el ministerio público, acompañada de su madre.

La joven explica que una vez en la camioneta tipo van, color blanco, reconoció a varias mujeres que se encontraban ahí porque trabajan en diferentes spas.

“Me pude percatar que el señor Rey habló por teléfono con alguien a quien le decía que no completaba las 30 chicas que se habían pedido y nos dijo que si preguntaban dijera que teníamos entre 15 y 16 años”, continuó su relato.

Las jóvenes coinciden en que los vehículos en que fueron trasladadas hicieron varias paradas.

La primera en Plaza Puerto Paraíso, donde se encontraban el grupo de estudiantes invitadas por Esmeralda Ruíz, también el estacionamiento de un restaurante McDonald’s, después City Club y por último el centro comercial de la tienda Mega Comercial Mexicana en Cabo San Lucas.

Además, las seguía un vehículo blanco tripulado por dos mujeres más, quienes también fueron invitadas a la fiesta.

“Nos empezó a inquietar que cada vez que Rey hablaba por teléfono, le insistían que tenían que ser 30 las muchachas que tenían que ir a la fiesta. Unas de las muchachas se querían bajar a fumar, pero no se los permitieron ni tampoco abrir las ventanas”.


Una vez en la tienda Mega Comercial Mexicana, llegó un hombre identificado Víctor de la Cruz –quien se encuentra detenido– acompañado de un grupo de aproximadamente ocho norteamericanos, coinciden las víctimas en sus declaraciones.

“Primero nos saludaron y ya después se acercaron para vernos más detenidamente”, detalló Yamilet.

Una vez que la camioneta ingresó a la residencia de lujo, la cual estaba marcada con cartulinas que anunciaban una fiesta de cumpleaños de María, a manera de engaño concluyen los investigadores, las jóvenes fueron formadas en filas mientras un hombre, con una lámpara, revisaba sus bolsas.

Las víctimas también observaron a tres mujeres, mayores de 40 años de edad, una de ellas extranjera, quienes les pidieron dejaran sus bolsas en la palapa.

 “Ahí nos empezaron a separar. A las que se miraban más grandes nos empezaron a separar y seleccionaron a mi amiga Lizeth, las tres mujeres nos insistían que tomáramos aguas y dulces”, describió la menor.

También dijo que al llegar a la fiesta, “Rey nos preguntó si quién era la virgencita, refiriéndose que si quién de las muchachas no había tenido relaciones sexuales y se acercó una de las muchachas que son estudiantes de prepa y empezó a hablar con ella, recuerdo que era chaparrita, morena clara, gordita, pelo lacio, largo”.

La narración de la joven continúa, “cuando nos empezaron separar recuerdo que llegó uno de los norteamericanos y tomó de las manos a dos de las muchachas y se las llevó para la recámara de la casa”.

La menor también testificó que cuando el vehículo se detuvo en City Club, todavía en Cabo San Lucas, escuchó a Ramón Corral hablar por teléfono, “dijo que estaban más chicas a un tal Diego desde adentro”.

Su amiga, Jaquelin M. Gerardo, de 21 años de edad, quien dijo ser masajista, también reconoció a Ramón Corral Vizcarra como “quien me ofreció cinco mil pesos por asistir a una fiesta por una lapso de tres horas. Si nos portábamos bien, nos darían una propina”, quien acudió a su lugar de trabajo en la colonia Centro.

Por su parte, Lizeth Cruz, otra de las mujeres mencionadas en el testimonio de Yamilet, ofreció la misma versión.

La mujer de 28 años dijo trabajar en el spa “Lemanja” y que recibiría cinco mil pesos por tres horas, “pero que no íbamos a tener relaciones”.

Dijo estar acompañada de su hermana, Yesenia Cruz, quien también acudió a la fiesta.  

DE UNIVERSITARIAS A DAMAS DE COMPAÑÍA

Entre el grupo de las universitarias reclutadas por Esmeralda Ruíz, está Melina D. Mendoza, de 18 años de edad. Dijo conocer a la detenida desde que estudiaban juntas la preparatoria.

Su amiga le ofreció también cinco mil pesos por tres horas de asistir a una fiesta “en la cual iban a haber gringos”. La mitad del dinero se la darían al llegar a la fiesta y el resto al terminar.

 “Esmeralda agregó mi número telefónico a un grupo de WhatsApp…nos dio instrucciones cómo debíamos ir vestidas, pidiéndonos que también le mandáramos una foto de nosotras. Nos dijo que trajéramos traje de baño”, continuó su relato la joven.

“Le dije a mi mamá que iba a ir a playa con unas amigas, pero en realidad me fui a Puerto Paraíso para irme a la fiesta”, declaró Melina, quien viajó en una camioneta Yukon guinda manejada por Víctor de la Cruz.

“Esmeralda me dijo que solo si queríamos tener relaciones sexuales nos pagarían más, pero que si no queríamos, no lo hacíamos. Yazmín dijo que Esmeralda le había dicho que ella ya lo había hecho antes, por lo que me dio más duda y ya no comenté nada”, continuó.

Al igual que Yamilet, Melina declaró “nos formaron en hileras y dijeron que nos iban a escoger unos gringos, por lo que me puse muy nerviosa cuando vi que estaban escogiéndonos unos y otros tomaban fotos, en eso llegó la Policía Federal y nos gritó que nos tiráramos al suelo”.

Yazmín A. López, también de 18 años, explicó que su amiga Karen le envió un mensaje de texto para invitarla “a un barco, que me iban a pagar cinco mil pesos, que solo consistía en asistir como dama de compañía y que solo era por tres horas”.

Al igual que Melina, fue agregada a un grupo de WhatsApp, “donde todas se encontraban invitadas por Esmeralda. Nos pusimos de acuerdo para vernos en la plaza Puerto Paraíso”.

Una vez en la fiesta, “nos empezaron a escoger para ir con un americano. Yo fui la cuarta en ser escogida, me presentaron con el gringo, me preguntó mi edad, mi nombre, me abrazó y en eso llegó la Policía Federal”, declaró.

La joven añadió que “una de las chicas invitadas me comentó que ella ya había trabajado algunas veces con los muchachos con los que veníamos y que era seguro, que nunca había pasado nada y que a ella le iban a pagar por tener relaciones sexuales”.

Una más de las universitarias, de nombre Mayra O. Covarrubias, de 19 años de edad, declaró en la Procuraduría que Víctor de la Cruz “iba diciendo que dijéramos que éramos menores de edad y que estudiábamos juntas la preparatoria porque querían a puras menores”.

Acerca de su presencia en la fiesta, aseguró “dadas las circunstancias, yo sé que es imposible que los gringos solo quisieran compañía por tanto dinero. A este lugar nos trajeron a base de engaños ya que primero nos dijeron que veníamos a una fiesta a divertirnos, sin embargo, el propósito era tener relaciones sexuales con unos gringos”.  

“UN GRINGO NOS TOMABA FOTOS DE CUERPO Y CARA”

Otra de las víctimas, Kenia S. Martínez, de 25 años de edad, declaró trabajar como masajista en el establecimiento “Marena”, aunque fue su amigo Daniel quien la invitó a la fiesta a cambio de “tres mil pesos por tres horas, por ir únicamente a acompañar a unos gringos”.

Explicó que dos semanas antes de la fiesta, Ramón Corral llegó a su trabajo y le dio su número de teléfono porque “había escuchado que iba a haber una fiesta así con gringos”.



Esmeralda, compañera desde la preparatoria de victimas (izq) Coincidió con otras víctimas en que no se les permitió bajar de los vehículos en los puntos donde se detenían.

“Nos comenzaron a regañar, que no nos bajáramos, que estábamos haciendo mucha placa”.

Una vez en la fiesta, según detalló, “un gringo nos tomaba fotos de cuerpo y cara diciéndonos que diéramos una vuelta y otro tomando video…escuché que si teníamos relaciones con los gringos nos iban a dar más dinero. Yo únicamente fui a la fiesta porque nos iban a pagar, pero no se miraba que iba a ser una fiesta porque no se miraba ni comida ni alcohol”.

Su amiga, Gloria M. Palma de 30 años de edad, dijo haber sido invitada por Kenia, es la única que reconoció a Esmeralda Ruíz Maya como cuñada de Víctor Cruz.

“El chofer (Ramón Corral) preguntó que quién era la cuñada de Víctor, por lo que una muchacha levanta la mano y dijo que ella, así que se ponen a platicar”, es parte de su testimonio.

“ANI”, LA SUPUESTA LÍDER

De las mujeres que viajaban en un vehículo por separado –propiedad de Anaid Venegas Hernández– una es identificada por sus iniciales A.H.M. en las primeras declaraciones recogidas por la PGR.
  
Dijo dedicarse a la venta de productos y que su amiga Mónica la invitó a una fiesta, donde le pagarían 400 dólares por estar como dama de compañía, por lo que aceptó para obtener un ingreso extra.

Acerca de Anaid Venegas Hernández, a quien los cuatro hombres detenidos ese día identificaron como cabecilla de la banda, bajo el nombre “Ani” y como quien los contrató como chóferes, la mujer identificada como A.H.M. dijo ser amiga de ella.

“Ani, quien es la dueña del coche que traigo ahorita, salgo de antro por lo regular una vez a la semana, acostumbro visitar ‘El Mandala’ o algún restaurante…los fines de semana me gusta salir con Conchita y Ani a comer o de antro”, declaró.  

CABOS SUELTOS, INVOLUCRADOS SIN IDENTIFICAR

De las primeras declaraciones levantadas por el Ministerio Público Federal a las asistentes a las fiestas, se desprenden nombres, la mayoría sin apellidos o incluso solo apodos, de quienes engancharon a las mujeres y les exigieron una comisión de lo que cobrarían como escorts o por prostituirse.

Está el caso de una masajista, identificada solo como D.S.R., quien dijo le pagarían 3 mil pesos por acudir a la fiesta y “podía realizar el sexo servicio con un costo adicional”, ya que les pagarían 4 mil y 5 mil pesos por tener relaciones sexuales con norteamericanos, pero les quitarían dinero producto de una comisión.

Mientras que otra víctima, con las iniciales A.K.M.Z. dijo que recibiría 5 mil pesos por acompañar a los extranjeros, “bailar con ellos y divertirse”.

Sobre Esmeralda Ruíz, aseguró que la joven recibiría la cantidad de mil pesos por llevar a cada víctima y que a ellas les daría 500 pesos.

Una de las víctimas que más información proporcionó fue J.M.G., quien dijo que su jefe inmediato, en el lugar de masajes, le dijo que de los 5 mil pesos que recibiría por acudir a la fiesta, tendría que entregarle mil pesos.

 También explicó que ya en la fiesta, a ella y su amiga de nombre Elizabeth M., Christian Alfonso Delgado Ramírez le ofreció 200 dólares “por estar en traje de baño en una fiesta y en caso de que el cliente quisiera tener relaciones sexuales, costaría más de lo acordado”.

 Además dijo ver que en una de las mesas de la fiesta, había billetes de 500 pesos.

“A Víctor de la Cruz Moyrón, le entregaron dos personas extranjeros unos sobres con dinero. El sujeto que recibió el dinero de los clientes por llevar a las mujeres a la fiesta es Israel Martínez Román”, quien viajó como copiloto en el carro que conducía Víctor.

Por su parte, una mujer identificada como M.P.P.P refirió que el 11 de marzo, su cuñado de nombre Mauricio la llevó con un hombre, de quien desconoce su nombre, “para que la viera y a ver si las aceptaban para un trabajo, ya que estaban contratando a jóvenes de 17 años de edad”.



Está también el caso de V.G.V.C., quien dijo que el chófer del vehículo donde viajaba hacia la fiesta, les dijo “que si los gringos querían que tuvieran relaciones sexuales con ellos que lo hicieran porque les darían una paga extra y si se quedaban toda la noche, les pagarían más”.

 La joven reconoció a uno de los detenidos, Christian Alfonso Delgado Ramírez “porque juega billar al lado de su casa, es guardaespaldas de un abogado en materia penal”.

Por último, K.G.S. de 21 años de edad, dijo trabajar como masajista, pero también ofrecer servicios sexuales a clientes por 150 o 200 dólares en efectivo, de los cuales 30 dólares son retenidos por el dueño del establecimiento.

La joven declaró que Samuel “El Michoacano” y Jaime, quien trabaja en el Table Dance Iguanas Ranas, le comentaron de una fiesta con extranjeros y le dijeron recibiría 200 dólares por tres horas a cambio de “agarrar cura, es decir fiesta y estar en traje de baño en la alberca y si el cliente quiere algo más, se pagaba extra ya dependiendo de lo que yo quiera cobrar, él cobra 400 dólares y se queda con la mitad”.  

DETENIDA DICE SER VÍCTIMA

Regina Esmeralda Ruíz Maya es estudiante de segundo semestre de la carrera de Turismo Alternativo en la Universidad Autónoma de Baja California (UABCS) en Cabo San Lucas. La joven de 18 años es la única detenida que declaró ante el Ministerio Público cuando fue presentada.

Según su versión, el 10 de marzo recibió un mensaje de WhatsApp de parte de un hombre que conoce como “Nelson”, quien vende actividades turísticas en la Marina, a quien conoció dentro de la empresa Ace Tours, para decirle “que iba a haber una fiesta en un barco en el transcurso de la mañana del 12 de marzo y que ocupaban muchachas para hacer desmadre ya que era cumpleaños de un gringo”.

Nelson le dijo que les pagarían “cinco mil pesos si íbamos por tres horas y estar acompañando a los que iban en el barco”, días después la hora y ubicación de la fiesta cambió.

La detenida, quien no cuenta con antecedentes penales y presentó certificados de estudios de la UABCS para demostrar que su ocupación es exclusivamente de estudiante, declaró “Ramón me preguntó que si quiénes eran las que iban de parte de Nelson y me preguntó que si yo era virgen y yo le dije que no, que a nosotros nomás nos dijeron que íbamos ir como damas de compañía”.

La joven dijo haber observado en la fiesta a “veinte gringos, entre ellos hombres adultos y jóvenes, y cuatro mujeres que al parecer iban con los gringos…entonces las muchachas que ya estaban ahí nos agarraban y ya nos llevaban con los gringos.

Saúl Sepúlveda Collins, su abogado defensor, argumentó que su defendida “también es una víctima de un engaño, como sus demás amigas”, quienes “voluntariamente acudieron, ya que todas ellas son mayores de edad y aceptaron acudir sin que nadie las presionara, ya que tuvieron la oportunidad en todo momento de no acudir, mi defendida solo realizó una invitación a una fiesta”.

Solicitó la nulidad de actuaciones, puesto que expuso que la detención se realizó de manera ilegal porque la Policía Federal no contaba con una orden de cateo para ingresar al domicilio.

Sin embargo, el Juzgado de Primera Instancia del Ramo Penal en Cabo San Luchas, donde radica este proceso penal, de número 46/2016 por los delitos de trata de personas, calificó de legal la detención por considerar que se realizó en flagrancia.  

LA VERSIÓN OFICIAL: CONTRADICCIONES

El operativo de la Policía Federal fue explicado, en un primer momento, como un trabajo de inteligencia para desmantelar una banda de trata y rescatar a víctimas.

Después, cuando la investigación penal pasó de la PGR a la PGJE y se supo que las mujeres habían acudido por voluntad propia como damas de compañía y no a mantener relaciones sexuales, públicamente el caso perdió fuerza.



Sin embargo, de acuerdo con el parte policial 0555/2016 suscrito por los agentes adscritos a la División de Gendarmería de la Policía Federal, Luis Alberto Aburto Hernández, Víctor Ortiz Pérez, Alejandro Buenrostro Cardeña, Dulce Azucena Hidalgo Tinajero y Marco Antonio Rosales Esperilla, el 12 de marzo, recibieron una denuncia ciudadana con número de folio A1812100.

La denuncia venía de una empleada doméstica, quien contactó a la Policía Federal para  “denunciar a un grupo de personas las cuales se dedican a la explotación sexual de menores aquí en Los Cabos, lo sé porque cada que estos sujetos van a tener una reunión o una fiesta, como ellos la llaman, me contratan para limpiar y acomodar la casa en donde llegan personas extranjeras o de México y después de un rato llega una camioneta negra, de la cual bajan a jovencitas de entre 13 y 16 años”.

Según el parte entregado por la Policía Federal, la mujer dijo que las jóvenes reciben órdenes de un hombre llamado Víctor, de aproximadamente 28 años de edad, a quien en ocasiones le vio un arma fajada en la cintura.

“Este sujeto siempre va acompañado por otros dos… son las que cuidan a las chicas. En una ocasión me dijeron que si me quería ganar una lana extra y les dije que sí, me dijeron que tenía que servir vino, cervezas, refresco o lo que pidieran los invitados, dándome cuenta que Víctor sacó una bolas con polvo blanco y gritó “ahora sí la fiesta se va a poner bien buena y vi cómo obligaban a las chicas para que también consumieran ese polvo”, es parte del parte remitido a la Procuraduría.

Según el informe policial, elementos investigadores de la corporación federal localizaron el domicilio y realizaron diversos recorridos en diversos horarios.

“A las 21:00 horas se percataron que a las afueras del mismo se encontraban dos sujetos, los cuales estaban jaloneando de los brazos a dos personas del sexo femenino, quienes llevaban vestidos cortos, pegados y escotados, obligándolas a ingresar al domicilio antes mencionado”, detalla el reporte.

Los agentes testificaron que al notar su presencia, las mujeres “comenzaron a hacerles señas con sus manos, gritando que las ayudáramos, por lo que inmediatamente ambos sujetos las jalonearon más fuerte, introduciéndolas a la fuerza al citado domicilio, motivo por el cual procedieron a descender de las unidades, e ingresar al domicilio, con la única finalidad de salvaguardar a las mujeres que pidieron ayudar”.

Sin embargo, ninguna de las declaraciones rendidas por las víctimas coincide con esta versión. De entrada porque ingresaron en vehículo hasta el interior de la vivienda y porque ninguna manifestó intentar huir o expresar su intención de retirarse de la fiesta.

 Tampoco relataron que hayan sido tratadas con violencia física por parte de los detenidos.

De acuerdo con el parte de la Policía Federal, encontraron a 18 mujeres. Algunas de ellas, aseguraron los elementos, dijeron haber sido llevadas “mediante el engaño con la finalidad de que mantuvieran relaciones sexuales con diversas personas”.

Los agentes reportaron “inclusive, los hoy indiciados ya habían recibido dinero en dólares y pesos mexicanos, por haber conseguido a las víctimas”.

Además de los cuatro vehículos decomisados, la camioneta tipo van blanca, la camioneta Yukon color vino, el automóvil Malibu blanco y un automóvil Toyota Lancer, los agentes reportaron el hallazgo de teléfonos celulares y dinero en efectivo en posesión de los detenidos.

Por ejemplo, un iPhone que tenía Víctor de la Cruz Moyron Colunga en la bolsa frontal derecha de su pantalón y un teléfono Nokia que tenía consigo Christian Alfonso Delgado Ramírez en la bolsa trasera derecha de su pantalón.

Así como un teléfono celular de color azul “Nix” que Ramón Corral tenía en la mano derecha, un teléfono celular azul que tenía Israel Martínez Román en la bolsa izquierda de su pantalón y un teléfono rojo “Verykool” que tenía Regina Esmeralda Ruíz Maya en sus manos.

Además de un fajo de billetes, de mil 230 dólares, que tenía Víctor de la Cruz Moyron Colunga en la bolsa frontal izquierda de su pantalón, así como un sobre de papel de color blanco en con 100 billetes de 500 pesos que tenía Israel Martínez Román en la bolsa frontal derecha de su pantalón.

Los cuatro hombres detenidos son representados por el abogado defensor Luis Alonso Contreras Contreras y todos se reservaron su derecho a declarar ante el Ministerio Público en un primer momento.

Víctor de la Cruz Moyrón de 31 años de edad y Christian Alfonso Delgado Ramírez de 25 años de edad viajaban en un mismo vehículo, donde trasladaron a las jóvenes.

Por su parte, Ramón Corral Vizcarra, de 57 años de edad y originario de Tijuana, dijo ser promotor y utilizar ‘cristal’, conducía otro de los vehículos. Mientras que Israel Martínez Román, de 34 años de edad y quien dijo ser comerciante, además de consumir cocaína, fue identificado por algunas de las víctimas como uno de los hombres que se encontraba en la casa junto con los extranjeros.

Los cinco imputados fueron detenidos por el delito de trata, el cual se describe en el artículo 12, párrafo primero de la Ley General para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de Personas como “al que se beneficie de la explotación de una o más personas a través de la prostitución o cualquier otra actividad sexual remunerada mediante el engaño, aprovechándose de una situación de vulnerabilidad o tratándose de personas menores de edad, no se requerirá la comprobación de los medios a que hace referencia el presente artículo”.


(SEMANARIO ZETA/Inés García Ramos / Martes, 12 julio, 2016 12:00 PM)

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