Víctor Manuel Díaz Simental,
candidato del partido Movimiento Ciudadano a la alcaldía de Escuinapa, es
probable que sea el mejor perfil de los aspirantes a presidir uno de los 18
Ayuntamientos del Estado.
Neurocirujano prestigiado y
político congruente. Está en campaña casa por casa, pueblo por pueblo,
sindicatura por sindicatura. Su talante es la de un hombre bueno y sencillo,
rebelde e irreverente ante el poder. Obstinado en las luchas que cree justas,
como fue el caso de la construcción de los hospitales generales, donde no cejó
en exigir garantías hasta que detuvo, junto con organismos de la sociedad
civil, este esquema de inversión público-privada. Que en realidad la inversión
era más pública que privada. Pero los grandes beneficios serían privados.
Ante este atraco levantó la
voz como legislador, médico y ciudadano en el Congreso del Estado, para
cuestionar la inversión que comprometería recursos federales de los próximos 25
años. Se sumó a la protesta social cuando detectaron que detrás de ese esquema
en marcha había un gran negocio en el que no estaban ausentes políticos
prominentes.
Esta protesta en el recinto
legislativo le ganó simpatías, pero también la animadversión en el tercer piso
del Palacio de Gobierno; quizá vieron en él un acto de deslealtad, pues fue de
los priistas que apoyo a Malova, sobre todo cuando eran los más interesados en
echar andar lo que fue considerado el “súper negocio de los hospitales”.
Y así, cuando manifestó su
interés en participar como precandidato a la alcaldía del municipio que lo vio
nacer, llegó una orden terminante al Comité Municipal del PRI. No podrá
registrarse. La orden fue acatada por la dirigencia municipal, pero no sin
provocar malestar, pues el médico es una persona con amigos, simpatías y
reconocimiento público.
Rosa Elena Millán, la recién nombrada dirigente del PRI
estatal, fue el instrumento del veto como precandidato y eso lo puso en el
dilema entre aceptar o renunciar a su partido de décadas. Renunció. El hasta
entonces Presidente de la Comisión de Salud y Asistencia Social interpuso un
recurso de inconformidad, pero cuando vio que todo era inútil pidió licencia al
Congreso y se fue al partido naranja, donde solo puso una condición para ser
nominado candidato: no ir en alianza con el PAS, lo cual le fue aceptado.
Razones seguramente poderosas debió tener para no reforzar su campaña con los
militantes y simpatizantes del partido cuenista. Va solo y con recursos escasos
a una elección que dice “ganará de calle”.
Y es muy posible que así sea.
La gente de Escuinapa ha dado muestra de que es un electorado que no conoce de
lealtades partidarias, que le apuesta al personaje y en ese sentido se parece a la de Mazatlán.
Recordemos que en el
municipio camaronero se dio la segunda alternancia municipal en el estado. Esta
ocurrió en 1992 y luego vinieron otras alternancias entre el PRI y el PAN.
Ahora toca al partido Movimiento Ciudadano demostrar que puede ganar la
elección y formar un buen gobierno fuera del bipartidismo tradicional.
Este partido sin bases en el
municipio entra a la contienda municipal con amplias posibilidades de éxito
—dicho de paso es la del honor para Mario Imaz, pues inexplicablemente redujo a
nada su formación y se rindió ante el líder del PAS, aceptando ceder la amplia
mayoría de las postulaciones y por ende todavía no se ve claro qué ganara su
partido— y, bueno, conversando con amigos escuinapenses, las posibilidades del
doctor son muy altas por el reconocimiento que tiene no sólo él, sino su
familia.
Díaz Simental podría estar
haciendo mucho dinero como neurocirujano en alguna gran ciudad, es una
especialidad de la medicina que quien la ejerce le va muy bien económicamente.
Sin embargo, para él es
tiempo de la política y su vocación de servicio ha despertado simpatías entre
sus coterráneos, incluidos muchos priistas a los que no les gustó que en
Culiacán se decidiera el destino político del municipio. Ellos querían al
médico como su candidato a la alcaldía. No será por el PRI sino por el partido
naranja. El PRI lleva a una persona, que nos dicen los amigos, no tiene la
madurez requerida para el cargo. Y si es así, los astros se acomodan a favor
del médico.
Sólo una última reflexión:
decir que el doctor Díaz Simental es el mejor perfil entre los candidatos a las
alcaldías no es un exceso retórico, su trayectoria profesional y política dan
cuenta de ello y a eso hay que sumarle su don de gente que conecta rápidamente
con personas de todos los estratos sociales y se le ve bien en los medios de
comunicación. Además, en unas elecciones en las que el sistema de partidos se
ha debilitado sensiblemente con la promoción del grupismo y el nepotismo,
figuras de esta talla son oxígeno a la vida pública sinaloense. Espero no
equivocarme.
(RIODOCE/ Ernesto Hernández Norzagaray/
17 abril, 2016)
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