domingo, 15 de noviembre de 2015

RECIBEN A PEÑA NIETO CON PROTESTAS EN BCS



En su primera gira de trabajo por Baja California Sur desde septiembre de 2014, el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, inauguró el 3 y 4 de noviembre un complejo hospitalario en pleito legal y una carretera federal que no pagó el derecho de vía al Ejido San José del Cabo. De sus promesas de campaña guardó silencio, mientras a su paso se dieron diversas manifestaciones en su contra

Los Cabos, Baja California Sur.- En su primera gira de trabajo, después de la toma de protesta del gobernador de Baja California Sur, Carlos Mendoza Davis, el Presidente de México, Enrique Peña Nieto, inauguró un complejo médico en litigio y una carretera federal que durante su desarrollo y construcción, no pagó los derechos de vía al Ejido San José del Cabo.

En su reencuentro con los habitantes de este destino turístico -tras el paso del huracán “Odile” en septiembre de 2014-, Peña Nieto fue recibido el 3 y 4 de noviembre en medio de bloqueos y protestas.

La noche del 3 de noviembre, inauguró la primera etapa del complejo hospitalario y comercial Koral Center, propiedad de Emiliano Zedillo Velasco, hijo del ex Presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, y su socio, Paulino Davo.

El complejo comercial con valor de 750 millones de pesos estaba previsto inaugurarse en marzo pasado, sin embargo, un pleito legal entre los inversionistas de la inmobiliaria Punta San José y los constructores del desarrollo Grupo Marhnos -tras recibir el anticipo y no iniciar la obra de construcción-, retrasó el inicio de operaciones hasta ocho meses.

En diciembre de 2013, los dueños del complejo médico -el cual estuvo en riesgo de cancelarse, según datos recabados por ZETA- tuvieron que recurrir a la anulación del contrato con los constructores e integrantes de la prominente familia Mariscal, donde estará a manera de arrendatario de largo plazo el hospital H+ operado por ABC.

Durante la inauguración todo transcurrió en calma. Peña Nieto estuvo acompañado por el gobernador del Estado, Carlos Mendoza Davis, y por el alcalde de Los Cabos, Arturo de la Rosa Escalante; así como del secretario de Turismo, Enrique de la Madrid Cordero, y el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruíz Esparza.

En su discurso, el mandatario mexicano empezó recordando su última visita, cuando el fenómeno natural “Odile” cambió el rostro de Los Cabos, devastando la región.

“Es solo para ilustrar parte de lo que hoy quedó en la memoria, pero sin duda, nos lleva hoy a recordar y, teniendo presente, a valorar cómo Baja California Sur está logrando reconstruirse y recuperar esa fortaleza y vocación turística que lo ha distinguido en estos años, a partir de que se ha proyectado como un destino internacional y nacional”, dijo.

El Presidente señaló que “el turismo médico quizá pase desapercibido”, pero de los 30 millones de turistas que llegan al año, cuando menos un millón acuden con el interés de contratar servicios médicos en México.

LAS PROTESTAS

Después del evento, Peña Nieto pernoctó en Los Cabos, y el 4 de noviembre inauguró el libramiento carretero de Cabo San Lucas a San José del Cabo, en medio de las siguientes protestas:

* El bloqueo carretero a la altura del puente El Saltito por parte de más de 150 integrantes del Ejido San José del Cabo, por donde justamente pasaría el convoy presidencial. Con gritos y pancartas, los disidentes alegaban que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes no pagó los derechos de vía de 26 hectáreas de la nueva carretera federal, la cual sería inaugurada por el mandatario nacional.

* Los comerciantes de la playa El Médano, quienes aprovechando la gira presidencial, salieron con pancartas y lonas a protestar en contra del complejo hotelero Cabo Villas, bajo el argumento de que intentaban despojarlos del terreno de playa, a fin de ampliar el hotel.

* Los rancheros del poblado de San Antonio, quienes durante el paso del convoy presidencial, se manifestaron a favor del proyecto minero Los Cardones y mostraron lonas en pro del empleo y el progreso de esa región entre La Paz y San José del Cabo.

A pesar del adeudo por el derecho de vía y la protesta de los dueños de la tierra por donde fue construido el libramiento carretero de casi 40 kilómetros, Enrique Peña Nieto presumió que es “una de las 17 autopistas que se están poniendo en operación, de las 52 que hemos trazado construir con una extensión de tres kilómetros de longitud”.
Agregó que la nueva carretera “no solo mejora la conectividad (entre Cabo San Lucas y San José del Cabo), sino contribuye a detonar el desarrollo de esta región”.

Después se escucharía la acostumbrada equivocación presidencial: “El aeropuerto de Los Cabos, se coloca a una distancia de la capital del país (sic) de apenas una hora y 20, una hora y 25 minutos del Estado, de la capital del Estado… Perdónenme, de la capital, de La Paz.  De la capital del Estado al aeropuerto que está aquí en Los Cabos, estará a una distancia de tiempo de prácticamente una hora 25 minutos, y mejora obviamente la conectividad entre estos dos puntos”, declaración que generó risas burlonas entre algunos de los asistentes.

Ya encarrilado, el titular del Ejecutivo federal  dijo: “Esa es la transcendencia e impacto que tienen las obras de infraestructura que estamos llevando a cabo, son para llevar progreso, para detonar realmente el potencial que cada una de las regiones tiene en las diferentes entidades del país”.

LAS PROMESAS INCUMPLIDAS

En el discurso de la inauguración del libramiento carretero, Peña Nieto se puso melancólico a tres años de su gobierno, y declaró que México volvió a colocarse como uno de los 10 destinos turísticos más importantes del mundo.

“La actividad turística se ha vuelto para México un importante motor de desarrollo para nuestra economía”, lo cual “genera oportunidades de desarrollo, de realización, de crecimiento personal, y sobre todo de bienestar colectivo, particularmente en los distintos destinos”.

Lo que el Presidente no recordó -o no quiso recordar- fueron sus promesas incumplidas a poco más de tres años de su administración.

En junio de 2012, durante su gira como candidato presidencial por el Partido Revolucionario Institucional, se comprometió a cumplir cuatro puntos específicos en Baja California Sur:

* Construir una nueva planta de aguas residuales en La Paz, que a la fecha, no ha comenzado su edificación.

* Bajar las tarifas de electricidad con la Reforma Energética, donde al día de hoy, particularmente en el caso de Baja California Sur, el costo de recibos incrementó hasta un 25 por ciento más, según quejas en la Procuraduría Federal del Consumidor, por presuntos cobros excesivos en las tarifas de energía eléctrica.

* Edificar una planta desalinizadora en La Paz, la cual sigue en planeación y no se ha comenzado la obra pública.

* La ejecución del Acueducto La Paz-El Carrizal, encaminado a mejorar el suministro de agua potable, y cuya obra -según la delegación de Gobernación en el Estado- continúa en proceso de construcción con un75% de avance, pero detenida hasta nuevo aviso.

No obstante, los nulos resultados y las promesas incumplidas de Enrique Peña Nieto, a poco más de tres años de distancia, los paleros de siempre y aprovechando la gira presidencial, salieron a declarar “sentirse orgullosos” de la obra presidencial.

Es el caso del senador del PRI, Ricardo Barroso Agramont, quien indicó que con la inauguración del complejo hospitalario y del libramiento carretero, “somos testigos de estas grandes obras que son una muestra manifiesta del compromiso presidencial con nuestro querido Estado y celebramos la presencia del primer mandatario en nuestra tierra, porque viene una vez más a cumplirle con hechos (sic) y no con discursos”.

Aunque el hospital es una inversión privada y el tramo carretero inició en el gobierno del ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa, Barroso hasta se aventó la puntada de que “seguiré el ejemplo del Presidente Enrique Peña Nieto, trabajando desde el Senado sin distingo de colores y por el bien de Baja California Sur”.

El que sí aprovechó la gira presidencial fue el alcalde de Los Cabos, Arturo de la Rosa Escalante, quien en el marco de la gira, presentó el proyecto de la nueva planta desalinizadora en Los Cabos.

“(El Presidente) Respondió de manera favorable al planteamiento, por lo que estaremos a la espera de una pronta respuesta”,  y de aprobarse, “tendría una inversión de 750 millones de pesos” que vendría a resolver el problema de agua potable en Los Cabos.



(SEMANARIO ZETA/ REPORTAJEZ BCS/ Gerardo Zúñiga Pacheco / Antonio de Jesús Cervantes / Fotos. Antonio de Jesus Cervantes/ 10 de Noviembre del 2015 a las 12:00:42)

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