Muchos misterios envuelven el caso de la
niña de 10 años que falleció tras ejecutar un clavado en instalaciones del
CNAR. En tanto que el titular de la Conade, Alfredo Castillo, se ha negado a
dar detalles del caso con el argumento de que éste es investigado por las
autoridades; el director del centro deportivo, Jesús Camacho, ordenó a sus
trabajadores una secrecía total. Por lo pronto, no se sabe si Andrea Paola se
hallaba capacitada para realizar prácticas de alto rendimiento, por qué no
había un médico del lugar que la atendiera de inmediato y a qué se debe que el
entrenador se encontraba ausente de su trabajo cuando la menor se desvaneció.
MÉXICO, DF (Proceso).- En
medio de la euforia desatada por el regreso de la Fórmula 1 a México, una
clavadista menor de edad, usuaria externa del Centro Nacional de Desarrollo de
Talentos Deportivos y Alto Rendimiento (CNAR), falleció luego de entrenar en el
referido complejo que opera y administra la Conade, dirigida por Alfredo
Castillo.
El 28 de octubre, Andrea
Paola Larios, de 10 años, realizaba sus prácticas en el grupo que está a cargo
del entrenador Jorge Carreón, quien se hallaba ausente cuando ella perdió el
conocimiento. En los videos que tiene la Conade se observa que la pequeña
ejecutó un clavado sencillo de una vuelta y media, sin grado de dificultad,
desde el trampolín de tres metros, y que al salir de la fosa del pabellón
acuático se sentó y dijo a la asistente del entrenador que sentía dolor de
cabeza y mareos. En seguida, la niña se desvaneció.
De acuerdo con el expediente
CI-IZP/IZP-6/U1-1S/D/1864/10-2015, Andrea Paola L. fue atendida primero por la
doctora Berenice Ambriz, quien arribó al lugar ocho minutos después del
desmayo. La clavadista perdió la vida a las 19:50 horas en el ISSSTE Hospital
Regional Ignacio Zaragoza, adonde fue trasladada por una ambulancia del mismo
nosocomio.
El día 29, mientras se
realizaba la autopsia, el director general de la Conade se encontraba a sólo
unos metros del CNAR, conviviendo y tomándose fotografías –uno de sus grandes
pasatiempos– con los pilotos de la Fórmula 1, en tanto acompañaba en caravana
al presidente Enrique Peña Nieto, quien también fue a recorrer el circuito del
Autódromo Hermanos Rodríguez.
Ninguna autoridad de la
Conade acudió al funeral de la niña.
A su vez, los padres de
Andrea Paola, quienes hasta ahora no han querido hablar ni manifestarse
públicamente, ya emprendieron acciones legales en la PGR contra quienes
resulten responsables por negligencia médica, pues aseguran que su hija no fue
atendida oportunamente.
En el CNAR, como en Villas
Tlalpan y el Centro Paralímpico Mexicano (Cepamex), operados directamente por
la Conade, la actividad de un médico de guardia comienza a las 7:00 y concluye
a las 20:00 horas. Mas si llegase a salir con alguna delegación deportiva, el
CNAR únicamente dispone de un doctor que puede sustituirlo, pero sólo hasta el
mediodía.
Cinco días después del
trágico episodio, la Confederación Nacional del Deporte (Conade), en voz de su
titular Alfredo Castillo, comunicó que la causa de esa muerte fue un paro
cardiorrespiratorio ocasionado por una fractura de cervicales.
Entonces –en pleno Día de
Muertos y una vez terminada la Fórmula 1–, la Conade difundió una tarjeta
informativa en la que lamentaba el deceso, y el miércoles 4, en conferencia de
prensa, Castillo insistió en que se trató de “un lamentable accidente”, ante el
que habría sido “prácticamente imposible que la atención médica hubiera podido
revertir el resultado final.
“…Y perdón por la comparación
que voy a hacer –continuó–, pero los doctores nos decían que el daño en las
cervicales al momento de caer es muy parecido con lo que sucedió (en mayo
pasado) con El Perro Aguayo cuando tuvo el incidente en las luchas, que era una
mecánica de lesiones muy similares.”
Sostuvo que por tratarse de
una usuaria externa –lo cual significa que no residía ni estudiaba en dichas
instalaciones–, Andrea Paola no tenía seguro de gastos médicos.
Sin embargo, de acuerdo con
la Ley General de Cultura Física y Deporte y su reglamento, el deportista
talento debe estar asegurado, sin importar su condición de “externo”, aunque al
parecer hoy no cuenta con esa prestación porque meses atrás la Conade cambió de
aseguradora.
Hasta la fecha, la
confederación no ha confirmado quién fue el médico adscrito al CNAR que atendió
a Andrea Paola ni ha justificado la falta de una ambulancia en dicho centro.
Las causas del accidente,
indicó el organismo, deberán determinarlas las autoridades competentes, “para
la cual la Conade ha brindado todas las facilidades, así como la información
solicitada hasta su esclarecimiento (…) Para no interferir en las
investigaciones, la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte ha evitado
emitir cualquier pronunciamiento”.
Tampoco ha explicado si la
niña pagaba por el uso de las instalaciones del gobierno federal o entrenaba
gratis, ni ha oficializado los derechos que tenía Andrea Paola, cuya hermana
mayor, Brenda Alejandra, es otro talento deportivo, ya que ha obtenido varios
premios y medallas y fue deportista interna del CNAR de enero a agosto de 2013.
Proceso buscó al entrenador
Jorge Carreón desde el 30 de octubre llamando a su celular. No quiso declarar
con el argumento de que iba manejando, y pidió que se le llamara a las 15:00
horas de ese día. Para entonces, ya había desactivado el celular.
CERRAZÓN Y AMENAZAS
En su comparecencia ante
senadores y diputados el jueves 5, Castillo no se refirió a la responsabilidad
que tienen la Conade y los servidores públicos por la integridad física y la
salud de los deportistas externos e internos que hacen uso de un espacio
público del gobierno federal.
El caso de Ana Paola se
agrava porque al producirse el percance, el director del CNAR, Jesús Camacho,
no se encontraba en el lugar en horas laborales.
En cambio, desde el día del
percance, en el CNAR se dictó línea de absoluta secrecía, pues de acuerdo con
testigos, Jesús Camacho Domínguez literalmente encerró a las personas que
presenciaron el desvanecimiento de la menor para prohibirles hablar del caso,
al grado de advertirles que intervendrían todos los teléfonos de los
trabajadores para constatar que, en realidad, no hubiera fugas de información.
Además, en tanto que los
rondines de los elementos de seguridad se incrementaron en todo el inmueble,
los niños y jóvenes deportistas se ven obligados a abandonarlo en cuanto
terminan sus entrenamientos.
El mismo silencio prevalece
en otras instancias: En la PGR se niegan a dar informes. Para variar, el jefe
de los Servicios de Análisis e Información del ISSSTE, Manuel Antonio Pérez, se
comprometió a entregar el parte médico, y días después dijo encontrarse en una
reunión, que regresaría la llamada telefónica en 15 minutos, pero nunca lo
intentó.
Hasta ahora no se sabe qué
funcionario o autoridad de la Conade otorgó los permisos para el ingreso de la
pequeña clavadista al CNAR con el fin de integrarla a un equipo que, bajo las
órdenes de Jorge Carreón, desarrolla un programa técnico de alto rendimiento.
De acuerdo con el metodólogo
Vladimir Ortiz, quien fue director de alto rendimiento de la Conade en la
gestión de Bernardo de la Garza, para dimensionar la gravedad del accidente
habría que determinar con precisión los ángulos de entrada al agua y el grado
de experiencia de la niña en las ejecuciones de su rutina.
No obstante, advirtió: “No
conozco antecedentes de cosas semejantes en condiciones normales en la
ejecución de un clavado. Hay deportistas que en plataforma, desde el punto de
vista mecánico, han entrado en un ángulo incorrecto y sufren traumatismo, pero
no tengo conocimiento de reportes de la naturaleza” de lo ocurrido a Andrea
Paola.
Ortiz se dice extrañado
porque considera que no son frecuentes las lesiones en los niños que practican
clavados. Según el metodólogo, en esta disciplina el riesgo es menor si se le
compara con la gimnasia. Y estima que la velocidad aproximada en la caída del
trampolín de tres metro es de 10.6 metros por segundo.
Por último, confirma que en
sus tiempos en la Conade los deportistas, externos e internos, contaban con
seguro de gastos médicos, y que todo lo ocurrido dentro de las instalaciones es
responsabilidad de la institución.
(PROCESO/ REPORTAJE ESPECIAL/ RAÚL
OCHOA/ 15 DE NOVIEMBRE DE 2015)
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