miércoles, 30 de abril de 2014

EL NIÑO QUE NACIÓ EN EL PASTO EN OAXACA


San Felipe Jalapa de Díaz, Oax.- Sabino ni se imagina la forma en que llegó a este mundo. Su primer contacto fuera del vientre materno fue con el pasto del patio de la clínica de su pueblo: San Felipe Jalapa de Díaz, en Oaxaca.

Nació el pasado 2 de octubre en un parto complicado, cuando su madre, la indígena mazateca Irma López Aurelio, no fue atendida por los médicos del centro de salud, aun cuando ella llegó en trabajo de parto avanzado.

Su primera foto no fue la más esperada por sus padres, pero le dio la vuelta al mundo en las redes sociales porque al mostrar el momento en que nacía revelaba las condiciones en que son atendidas las mujeres indígenas que acuden a solicitar los servicios de salud en Oaxaca.

Desde ese día su vida fue noticia, porque exhibió la calidad de los servicios de salud en esa entidad, donde aparte de ser deficientes, discriminan y niegan la atención a una madre indígena que llegó avisando al médico que su hijo estaba a punto de nacer.

Desde entonces, hace 209 días, los diferentes órdenes de gobierno y organizaciones civiles prometieron todo a Sabino, desde apoyos económicos y en especie hasta una beca.

Sin embargo, hasta ahora nada se le ha concedido al niño de forma oficial y segura, narra Irma López mientras prepara la comida para los cinco integrantes de su familia, en su cocina de varas de carrizo por donde se filtra todo, hasta un contraluz que permite ver el rostro sonriente en una propaganda del actual gobernador Gabino Cué en sus tiempos de campaña.

No hay mucho apoyo; como yo lo veo me han apoyado más otras personas, como una abogada, a este Sabino no le han dado ningún apoyo, y ahorita yo lo que he platicado con el gobierno federal es que quiero que cumpla lo que prometió con nosotros; eso quiero, porque se va a mantener y se le va a comprar todo lo que necesita.”

La indiferencia de las autoridades y los obstáculos que podría encontrar por la forma en que nació, no han borrado la sonrisa del rostro de este niño mazateco, y menos aún cuando es amamantado y cargado en los brazos de su madre que lo invitan a dar ya sus primeros pasos.

A un lado de él, en un cuarto construido con techo de lámina y tabiques, juegan María Isabel y Braulio, los otros dos hijos de Irma.

A diferencia de ellos, cuenta su padre, Margarito Andrés Velásquez, “Sabino es el más sano de todos, sólo le dio calentura en marzo, pero preferimos llevarlo a un doctor particular, porque en el centro de salud sólo le dieron paracetamol... Ahí se burlan de nosotros, porque nada pudimos hacer para que cambiaran a los doctores y a las enfermeras... por eso no vamos”.

Mientras en el centro de salud de San Felipe Jalapa de Díaz, donde no le dieron la atención adecuada a Irma López, susurran las pacientes con sus hijos en brazos que todo sigue igual; incluso Wilfrido Mejía Juárez, actual encargado de la dirección de la clínica, explica que aún no se ha podido desocupar un espacio para crear la “sala de labor” con la que, según el secretario de Salud de Oaxaca, Germán Tenorio Vasconcelos, ya no ocurrirían alumbramientos fuera de clínicas y hospitales.

De hecho, no tenemos el espacio. Hemos solicitado una sustitución del centro de salud aparte del hospital comunitario... ya está muy viejito este centro y ya necesita reparación en todos los aspectos: equipo, material, estamos trabajando como un segundo nivel; somos un centro de salud y no tenemos las condiciones para trabajar como un hospital”, explica.

Entre las mejorías del centro de salud del pueblo después del parto en la calle, ahora se cuenta con la creación de un tercer turno, en la noche; también antes cuatro doctores atendían los turnos matutino y vespertino y ahora se cuenta con ocho médicos en tres turnos.

Los médicos y enfermeras que atendieron a la señora Irma López Aurelio después del parto, informó también el encargado de la dirección, ya no están, pues siguen en investigación, porque el caso sigue abierto a pesar de que ya se dio una resolución.

Como Sabino, han nacido al menos cinco niños más fuera de los quirófanos de las clínicas y hospitales de los Servicios de Salud de Oaxaca; en solo uno, en el caso de Sabino que hoy tiene seis meses de edad, se ha ofrecido una disculpa pública, pero no se sancionó a ningún médico, pues de acuerdo con una entrevista del 4 de abril con el Tenorio Vasconcelos, comentó que “no se puede sancionar a una enfermera que entra a las 8:00, e Irma llegó a las 6:30”.

Mientras, la vida de Sabino transcurre como la de todos los niños indígenas mazatecos en un pueblo con un centro de salud con ocho médicos para más de 30 mil habitantes.

San Felipe Jalapa de Díaz se ubica a 250 kilómetros al norte de la capital oaxaqueña, en la región geográfica de la Cuenca del Papaloapan.
 
(ZOCALO/  Excélsior /30/04/2014 - 07:18 AM)

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