Erigida en la figura
emblemática de la tragedia de Villas de Salvárcar por haber increpado de frente
al entonces presidente Felipe Calderón, a cuatro años de distancia Luz María
Dávila dice que no ha perdonado al ex mandatario porque asegura traicionó sus reclamos
de justicia para sus dos únicos hijos asesinados y para los otros 13 victimados
en la matanza más difundida de las que se registraron en esta frontera.
A pesar del dolor
por esta pérdida que, dice, le cambió la vida para siempre, Luz María se revela
como la mujer valiente que enfrentó con coraje al ex presidente y se muestra
dispuesta a encarar también a Enrique Peña Nieto y al gobernador César Duarte
con tal de conseguir justicia completa para los estudiantes masacrados.
Asegura que no
descansará hasta lograr que traigan de México a Israel Arzate, uno de los
implicados en la matanza que fue liberado apenas en noviembre pasado por orden
de la Suprema Corte de Justicia, con el argumento de que fue incriminado bajo
tortura, pese a que, expone Luz María, hay pruebas y testigos que lo vieron en
el lugar de los hechos.
Por ello cuestiona
fuerte a los derechohumanistas que defendieron a Arzate, porque dice que son
los mismos que primero anduvieron abogando por sus hijos y los otros jóvenes
asesinados.
Cuatro años ya, Luz
María, de aquella tragedia en la que perdió a sus dos únicos hijos Marcos y
José Luis…
Sí, es un vacío muy
grande, para mí es como si hubiera sido ayer. Eran los únicos, y de la noche a
la mañana nos los quitaron. No es fácil, porque tenerlos y de repente ya no
tenerlos… y sí, han sido cuatro años muy difíciles. Ya no es lo mismo, ya se
siente más soledad, más de todo. Nos cambiaron la vida para siempre.
¿De qué manera le cambió la vida, Luz María?
El hecho de que ya
no los tenemos, en cuestión de la convivencia con ellos, la escuela, el andar
siempre al margen con ellos. Lo primero y todo lo que hace uno es por ellos.
Los hijos son nuestra motivación. Al no tenerlos es un vacío muy grande. Ya
nada es lo mismo.
¿Hay resignación ante esa gran pérdida?
El dolor nunca se
nos va a quitar, la verdad. Ya no están y tratamos de salir adelante, ya sea
por una o por otra, y seguirle, pero eso nunca se va a quitar. Porque a pesar
de que ya son cuatro años, el dolor está ahí. Apenas nos está cayendo el
veinte. Ver que realmente ya no están, que ya no vamos por ellos a la escuela.
Han sido cuatro años muy duros. Todo cambió, es muy triste, y pues, qué más
podemos hacer…
Dice que los hijos
son la motivación de una familia. Al no estar ellos, ¿qué es lo que la motiva ahora para seguir viviendo, Luz María?
Nos mantenemos
trabajando mi esposo y yo. De motivación ya ahorita nada. Se motivaba uno
porque estaban ellos… siempre está uno pensando en que esto es para fulanito,
esto es para zutanito. Siempre pensando en los hijos. Para que salgan adelante,
para darles, para que se diviertan y todo. Siento que andamos de pie porque
ellos son los que nos mantienen de pie. Yo digo: ay Dios santo por qué andamos
de pie todavía. No entiendo por qué.
¿En qué momentos se le carga más el sufrimiento?
En sus cumpleaños y
cuando se acerca la fecha en que los mataron. Marcos cumpliría el 30 de julio y
José Luis el 29 de abril. Se carga mucho en esos días, pero pues en realidad es
todos los días. Es que teníamos una rutina diaria. Y siempre estamos pensando
en esto o en lo otro de si ellos estuvieran aquí.
Después de la
matanza, el Gobierno les estuvo ofreciendo apoyo psicológico…
Sí, en Casa Amiga me
han apoyado mucho, están al pendiente de mí, pero fue muy difícil estar
recordando, porque los doctores me preguntaban muchas veces sobre lo mismo, y
sí, tuvimos mucha terapia por donde quiera, porque hasta de México también
vinieron a darnos terapia.
¿Médicos enviados por Felipe Calderón o su esposa?
Sí, vinieron por
ellos. De hecho ahora que soltaron al fulano éste que se fue a México (no lo
menciona por su nombre, pero es Israel Arzate, a quien algunos testigos
aseguran haberlo visto como uno de los pistoleros y que fue liberado en
noviembre por orden de la Suprema Corte de Justicia de la Nación), vinieron
otros sicólogos a ver qué se nos ofrecía. Pero yo ya no quiero sicólogos porque
es muy (des) gastante para uno.
Luz María, usted fue
conocida en todo el país y fuera de él por haber enfrentado directamente al
entonces presidente Felipe Calderón. ¿Fue
una reacción espontánea o usted meditó hacerlo cuando estuviera cerca del
mandatario?
No, fue espontánea.
Yo no sabía a qué me habían invitado a Cibeles los de derechos humanos. Ya
estando dentro y saber que ahí estaba el presidente, algo se me venía a la
mente, como que yo sentía que tenía que hacer algo, para que él se diera cuenta
de todo lo que estaba pasando aquí en Juárez, no nomás lo de mis hijos. Fue una
cosa, yo a veces veo el video y digo: ¡Ah chirriones! ¿Yo hice todo eso? Haga
de cuenta que cuando le estaba diciendo eso a Calderón, yo a los lados veía
puro oscuro. Nomás lo veía a él. Ni pensé lo que estaba diciendo, lo solté
nomás.
Y si tuviera la oportunidad de tener enfrente de nuevo
a Calderón, ¿qué le diría ahora?
Ay, pos que dejó
muchas desgracias. Le diría que por culpa de él que movió muchas cosas en
cuestión de narcotráfico se armó todo esto. Y desgraciadamente ahí perdimos
mucho. Perdí a mis hijos y se perdieron muchos inocentes. Pero pos ya qué se le
puede hacer, el señor ya salió, ya se fue, muy cómodamente anda por allá, y uno
cómo se quedó. Claro que no soy la única afectada, somos muchos en Juárez.
Muchos lesionados, muchos muertos, muchas personas heridas, mucho de todo.
Después se acercó
Margarita Zavala a consolarla…
Fue y es una señora
muy humana. Muy diferente al Calderón. Las últimas veces que nos reunimos en la
escuela, ella estuvo platicando conmigo a solas y me dijo: mira Luz, yo te
entiendo, es un dolor muy fuerte el que traes. Yo tengo hijos de la edad de los
tuyos. Como mujer, como madre yo te entiendo, porque para perder unos hijos
está difícil. Y ya me dijo: voy a apoyarte en lo que se pueda antes de salir.
¿Y en qué la apoyó?
Pues, no mucho, pero
yo le dije: si le pido lo que yo quiero, nunca me lo va a regresar. Así me
levante usted una barda muy alta, quesque para seguridad, la vida de mis hijos
era sagrada y eso no vale su vida. No tienen precio. Hablé mucho con ella de
eso. Nos vimos como tres veces.
Al hacerse tan
notoria, ¿hubo alguna persona,
organización o partido político que se haya acercado a usted para aprovecharse
de su fama?
No, andaba yo
todavía sin ánimos, me sentía bloqueada, no me caía el veinte de la pérdida de
los muchachos. El que anduvo aquí fue (Gerardo) Fernández Noroña (ex diputado
federal por el PT), y platicamos, vino como en dos ocasiones, con los de
derechos humanos. Pero eso fue todo.
A usted la apoyaron
derechohumanistas después de perder a sus hijos, pero ha cambiado su opinión
sobre ellos…
Es que me pregunto,
si ellas andaban muy metidas, aparentemente, en este caso de Villas, cómo fue
que se metieron a fondo a defender al (Israel) Arzate. Eso es lo que no
entiendo, ese es el coraje que me da. Digo, okey, son humanos, tienen derecho
de que los defiendan, pero de este sujeto hay pruebas, hay testigos que lo
vieron (en el lugar de los hechos). Por qué. Dónde están los derechos de
nosotros los lesionados, los que sufrimos más.
¿Qué mensaje le enviaría a Arzate en este momento?
Pues que tarde o
temprano va a haber justicia y que esto no se va a quedar así. Y si él es
culpable, que se entregue. Si él fuera inocente, por qué se fue de Juárez. Para
mí él está huyendo. ¿Por qué se fue pa’ México? Hasta que no lo traigan para
acá, que veamos que esté con sentencia y todo, voy a estar tranquila. Ya no va
a hacer más daño.
Se ha divulgado que
en la primera oportunidad que tenga se va del país…
Exacto. ¿Por qué no
se quedó en Juárez a dar la cara? Ora, no fueron nomás mis hijos, fueron otros
muchachos, puros estudiantes. No es justo que el señor ande por allá muy libre,
quitado de la pena, ¿y nosotros cómo quedamos? Es el coraje que me da de los
derechos humanos, que lo defienden como si fuera un rey, ¿y a nosotros?
¿Y ya no se han acercado a ustedes los
derechohumanistas?
(Se queda callada,
luego sonríe, como si fuera un tema que no quiere tocar). Si ellos quisieran venir
a platicar con nosotros, yo no los aceptaría, porque para mí es una burla.
Primero defendieron al asesino de mis hijos y después quieren traernos
panecitos para ver qué podemos hacer. Digo, pos no. Eso no se vale. ¿Cómo es
que están jugando? Es una burla.
Hay cuatro detenidos
y sentenciados por los hechos de Villas de Salvárcar. Luego detuvieron a José
Antonio Acosta Hernández “El Diego”, quien se confesó como autor intelectual de
la matanza pero fue extraditado a EU. Sin embargo, todos los testimonios de
ustedes indican que fueron más pistoleros los que intervinieron aquella noche.
¿Qué les han dicho las autoridades, por qué no hay más
detenidos?
Es lo que decimos
nosotros también. Nos dicen que muchos ya están muertos, que porque el que los
mandó de arriba se dio cuenta que era una equivocación. Fue todo un comando
armado. Sería muy diferente si hubiera sido un solo asesino. Qué pasó con la
mamá de esta muchacha Rubí... Marisela (Escobedo). Ella sabía quién era el
asesino, sabía dónde estaba. Ella hizo todo lo que pudo para conseguir justicia
para su hija. ¿Y qué le hicieron a ella? ¿Por qué? Porque al Gobierno no le
conviene que la gente se mueva a pedir justicia. Porque es más fácil que uno
encuentre al asesino, como ella, que la misma Fiscalía. Es lógico que a ellos
(autoridades) no les va a convenir. Ella movió muchas cosas. En el asunto de
Villas, es lógico que nosotros no vamos a poder con tantos.
Entonces ustedes no
se han movilizado tanto para exigir justicia completa porque consideran que son
muchos los implicados y que podría sucederles algo como a Marisela…
No, no es por miedo.
Yo sé que fueron muchos los que vinieron, y es muy difícil buscarlos. Se mueven
a todas partes. Pero ese no es nuestro trabajo. Si yo tuviera los medios, como
se lo dije al Calderón, investigaría donde sea, porque fueron mis hijos. Pero
no es trabajo de nosotros. Como le digo, no sólo fue uno, son muchos los que
vinieron. Es más difícil. Ahí el trabajo es de las autoridades que hasta
ahorita no han resuelto casi nada.
¿Las autoridades les han dicho a ustedes en algún
momento que el caso ya está cerrado, que ya tienen a todos los culpables?
No, nos han dicho
que ya tienen a algunos responsables y están esperando ver qué hacen con el
sujeto que tienen en México (Arzate), que van a moverse para poderlo regresar,
pero no nos han dicho que se ha cerrado el caso, porque no lo hemos permitido,
porque estamos pendientes de que siga. No vamos a permitir que pase como con
Horizontes del Sur. Hay gentes que dicen que por qué no nos conformamos con el
parque que nos pusieron. Nosotros no lo pedimos. Lo que siempre hemos pedido es
justicia. Nosotros le hemos seguido recalcando a (Jorge) González Nicolás
(fiscal estatal) y al que se quedó aquí en su lugar, que nosotros queremos que
siga esto, y que esto no se va a parar.
¿Se han entrevistado recientemente con ellos para
insistirles en que sigan con el caso?
En los primeros de
diciembre, antes de Navidad, estuvimos en Chihuahua con González Nicolás. Nos
dijo que esto sigue en pie, que tiene que haber justicia. Y claro que nosotros
no nos estamos confiando, porque ya no hay confianza. Yo no tengo confianza, porque
nos la pintan tan bonito que si se confía uno, ya ve lo que pasó, dejaron que
se fuera el Arzate para allá (México).
“El Diego” se
confesó como autor intelectual de la matanza, pero lo extraditaron a EU donde
fue juzgado por otros crímenes mas no por el de Villas de Salvárcar. Tampoco
acá fue procesado por eso…
Por eso el coraje
que da. ¿Por qué se lo llevan? “El Diego” ya quedó impune por estos crímenes.
Ya ve cómo son las autoridades. Por eso se lavan las manos, y se echan la
pelotita, tanto de aquí y de allá. A veces ya para no mover tanto, mejor vete y
allá que te hagan lo que quieran. Es lo primero que saben hacer…
A los cuatro
detenidos aquí les dieron 240 años de prisión a cada uno, también les
impusieron el pago de 629 mil pesos por indemnizaciones y otros 100 mil pesos
para los sobrevivientes, ¿a ustedes les llegó algo de indemnización?
No, nosotros no
hemos recibido ni un quinto de nadie. Por ahí andaban rumores de que a nosotros
nos estaban dando 10 mil pesos por mes. Para mí el dinero no es nada, porque de
tener el dinero a mis hijos, prefiero a mis hijos. Claro que no, eso es
mentira. Qué bueno que los estuviéramos recibiendo, ya no trabajaba yo. De
hecho hemos pedido eso, hemos pedido que nos indemnicen por la pérdida que
tuvimos.
¿No han buscado asesoría para ver si el Estado
mexicano debe indemnizarlos por la pérdida de sus hijos?
Unas personas de El
Paso es lo que a mí me dijeron. Pero le voy a decir una cosa: las autoridades
de aquí se están haciendo locas para no dar nada. Ellos creen que con
levantarnos una bardita, que con darnos una despensa es suficiente, pero no. Yo
no he recibido ni despensa. Yo supe que nos deben apoyar con eso, con
indemnización. Eso no lo hemos dejado de decir, lo que pasa es que estos
primeros años hemos estado como bloqueadas.
¿Y cuántas madres son las que andan organizadas?
Andamos de todas las
familias afectadas, todas seguimos, sí.
Si tuviera enfrente
a los cuatro asesinos detenidos, ¿qué les diría? ¿Los golpearía como hizo en
una marcha con un hombre que portaba una máscara con la cara de Calderón (brota
la primera y única risa abierta en toda la entrevista)?
Nada más les
llevaría la foto de mis hijos y les diría: aquí están a los que ustedes me
arrebataron. Ojalá y tuvieran un poquito de conciencia y se pusieran a pensar
en lo que hicieron. A la mejor todavía se merecen muchas cosas más por lo que
hicieron, porque no nomás me quitaron a mis hijos, se llevaron a muchos por
delante. Pero como dicen, Dios los va a enjuiciar.
¿Usted los perdonaría?
No. Si no he
perdonado a (Felipe) Calderón, ni lo perdonaré nunca porque nos traicionó. Sé
que eso no está bien, pero no los perdonaría. ¿Cómo voy a perdonar a los
asesinos de mis hijos, a los únicos que yo tenía? Ni a Calderón. La última vez
que vino al Memorial ahí estaba dando la mano y yo me volteé. Él cree que con
venir con su risita ya se arregló todo. No. Lo perdone o no lo perdone yo sé
que no le va a importar. Pero primero eran mis hijos.
Después de la
matanza las autoridades dijeron que les iban a dar visas a los familiares de
las víctimas…
Nos las iban a dar.
Pero a mí me hablaron cuando mis hijos estaban tendidos. Les dije que claro que
no. Supe que a otras personas les dieron visa, pero no se las pagaron, ellos
las tuvieron que pagar. ¿Qué es esa ayuda? Ahora, ¿para qué nos ofrecen visa?
¿Para irnos de la ciudad, para no hablar, para no decir, para no reclamar? Yo
así lo tomé. A mí no me gusta Estados Unidos. Aquí tengo a mis hijos, hay
muchos recuerdos aún de ellos.
¿Y los que arreglaron la visa se fueron?
No, nadie se fue a
EU. Ellos arreglaron sus visas por sus bolsillos. Y ya no me volvieron a
hablar. Mucho interés había…
La entrevista con
Luz María fue aun más amplia, pero por razones de espacio sólo podemos
mencionar que ella también quisiera encontrarse con el presidente Enrique Peña
Nieto para seguir exigiendo justicia para las víctimas de Villas de Salvárcar y
“para que conozca realmente lo que está sucediendo en Juárez, que no está tan
bien como se cuenta”, así como con el gobernador César Duarte, a quien ya le
hicieron llegar el mensaje a través del fiscal González Nicolás.
Cuestiona el modo de
trabajar de las autoridades prejudiciales en las escenas de crimen porque
“revuelven todo y pierden evidencias”, como en el caso de uno de sus hijos de
quien nunca apareció su cartera.
Ella también es una
inmigrante en Juárez, a donde llegó con su familia proveniente del Distrito
Federal después del sismo de 1985, en busca de trabajo y mejores condiciones de
vida. De esta frontera, asegura, no se irá porque aquí están sus hijos y
todavía tiene muchos recuerdos de ellos.
Antes de que mataran
a sus hijos, ella tenía la intención de estudiar la preparatoria y hacer una
carrera, pero dice que la tragedia la ha dejado sin fuerzas, sin capacidad de
concentración, sin motivación, a pesar de que se reconoce como una mujer
inteligente.
Habló de sus hijos y
las aspiraciones que tenían; de cómo los vio tirados en el piso entre los
charcos de sangre; de que los siente presentes en su vida porque “todo el día
ando corriendo, no paro, como si ellos estuvieran aquí todavía”.
Luz María no ha
vuelto a entrar en la casa donde se registró la matanza, pero junto con el
grupo de madres de los jóvenes acribillados, pugnarán ante Infonavit para que
se las done, con el fin de convertirla en una capillita en la que puedan colgar
las fotos de todos los muchachos que ahí murieron.
Familiares de los
asesinados que se habían ido de la calle Villas del Portal han regresado a sus
casas, narró Luz María: “Hasta parece un imán,
todos regresaron al mismo lugar. Yo digo, válgame, los muchachos no nos
quieren ver separados...”
(EL DIARIO DE
JUÁREZ / RAÚL GÓMEZ FRANCO / 2014-02-01 | 23:16)
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