Rodrigo Sotelo / Twitter: @masmedio
Alarmante
el ominoso silencio que autoridades, todas y de todos los niveles, le
están dedicando al enrarecimiento del clima político, que deriva en
inseguridad y desconfianza de la ciudadanía, en el municipio de Guaymas.
Pareciera
inverosímil, pero en Guaymas secuestran un dirigente del partido en el
gobierno, una de las implicadas se suicida en la sede de la Policía
Estatal Investigadora… ¡y por días no existió versión oficial al
respecto!
¿Qué
es eso tan indeseable o vergonzante que está pasando en Guaymas para
tal indiferencia de los dos niveles de gobierno directamente facultados y
obligados a ofrecer una explicación verosímil?
Hace
algunos días –a inicios del mes-, el dirigente municipal del PAN en
Guaymas, Omar Núñez Caravantes, presentó una denuncia por secuestro y
lesiones ante la segunda agencia del Ministerio Público del fuero común.
Núñez relató que, después del informe regional donde se compartió el orgullo en el malecón turístico, llevó a su casa a María de Jesús Llamas Coronado, “La China”, de 33 años de edad.
Al parecer ella era el señuelo, pues al llegar al domicilio de la mujer Omar Núñez fue abordado por varios hombres.
Al dirigente panista lo bajaron de su auto a golpes y lo introdujeron al domicilio de la “La China”, en donde lo siguieron golpeando, lo desnudaron y le tomaron fotografías, según trascendió.
Lo
que se supo, es que luego de las primeras investigaciones detuvieron a
María de Jesús Llamas Coronado, a quien ingresaron a la base de la
Policía Estatal Investigadora.
Pues
bien, esta mujer –quien señaló como responsables a un ex dirigente del
PAN, a un policía municipal, entre otros- fue encontrada muerta el
pasado sábado en la celda donde fue confinada tras su detención.
La escueta versión que circula es que murió por asfixia al colgarse del cuello con un cable eléctrico.
El
caso muestras signos de turbiedad que escapa de lo político, más bien,
que involucra a varios personajes del puerto en asuntos propios del
crimen organizado.
¿Dónde se mete el arrojado del Presidente opositor, Otto Claussen Iberri? ¿Por qué este Alcalde no escandaliza, no se inmola, como lo hace en otras ocasiones menos apremiantes, ante la vulnerabilidad a la que exponen a su municipio y su gobierno?
Su extrema prudencia se vuelve sospechosa. Despierta fundadas suspicacias.
La solidaridad partidista para el militante Omar Núñez, tampoco se ha exhibido y ello debe tener una motivación inhibidora.
Que
el procurador Carlos Navarro Sugich saliera a declarar hasta ayer por
la tarde, sólo alimenta la desconfianza y el descrédito a las
instituciones encargadas de procurar justicia.
Un
hecho tan delicado y extraordinario merecía una reacción inmediata de
la PGJE. Sobra recordar el compromiso que tenía esta dependencia de
cuidar a la dama involucrada. Y resulta que se les suicidó.
De igual forma, ¿por qué no hay versión del secretario Ernesto Munro Palacio, secretario de Seguridad Pública?
Sabemos
que algo pasa en Guaymas, por desgracia no encontramos quién, con un
mínimo de credibilidad, nos diga qué sin basarse en alguna teoría
contaminada por lo político.
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