El multihomicidio
cometido el domingo en Loma Blanca, así como los mensajes que aparecieron ayer
en poblados del Valle de Juárez en alusión al evento, demuestran que la guerra
entre grupos del crimen organizado continúa vigente.
Pese a la cacería
que desató la Fiscalía General del Estado (FGE), con apoyo del Ejército
Mexicano, la Policía Federal y Policía Estatal, al menos ocho mensajes fueron
dejados en el Valle de Juárez contra el grupo ‘La Línea’, al que “gente de
Gavino Salas” atribuye la masacre.
Para el presidente
en la zona norte de la Confederación de Abogados de México, Salvador Urbina
Quiroz, los indicios que existen en torno al caso vislumbran que todavía siguen
en pugna los mismos grupos que hundieron a la ciudad en hechos de violencia
desde la década pasada.
Tanto los homicidios
como las pintas, donde el grupo de “Gavino Salas” (sic) acusa a “La Línea” de
matar a las 10 personas, contradicen lo que autoridades han dicho, que se
trataba de un acontecimiento aislado con un solo tirador, pero resulta que
fueron dos gatilleros y surgen mensajes confrontándose entre ellos.
“Aunque tampoco
podemos dar por cierto o verídico lo que dieron a conocer los presuntos
delincuentes, definitivamente deben estar en pugnas todavía porque se usaron
armas largas”, anotó.
Además, consideró
que es obvio que se trató de un ataque que no fue casual, sino planeado, con
premeditación y ventaja, un típico modo de operar de la delincuencia
organizada.
A pesar de que la
violencia aquí es menor que hace tres años, queda claro que las autoridades no
hicieron un trabajo definitivo para disminuirla, sino que fue producto del
desgaste de los mismos grupos en pugna que ahora están resurgiendo.
“Atrapan o matan a
unos y surgen más, lo que pasó es una señal de que seguimos en manos del hampa
y que los esfuerzos del Gobierno han sido insuficientes”, declaró.
Por su parte, el
criminólogo Óscar Máynez Grijalva, manifestó que desde hace mucho los
fronterizos están conscientes de que el crimen organizado sigue actuando.
Es lamentable que
ocurran este tipo de hechos, porque son una muestra de que existe “bastante
laxitud” en el control que ejerce el Estado en materia de seguridad pública y
de la situación, ya sea por el crimen organizado o cualquier otro motivo.
En el caso de Loma
Blanca, ejemplificó, el arma que se usó refleja que existe corrupción para que
entre al país y se comercialice a grupos del crimen organizado o de cualquier
delincuente.
“Es extremadamente
lamentable lo que ocurrió y viene a contradecir el argumento dado por los tres
niveles de Gobierno, que de acuerdo al discurso oficial ya ‘estamos de salida’,
ya todo está bien, pero con hechos como este se demuestra que las autoridades
no tienen el control de la seguridad pública”, opinó.
‘NO MATAMOS NIÑOS NI SEÑORAS’
Uno de los mensajes
descubiertos ayer leía: “La guerra es entre nosotros no con inocentes, nosotros
no matamos niños ni señoras”, dice uno de los textos que fue pintado sobre un
fondo blanco en el muro de una vivienda.
Los mensajes fueron
realizados por la madrugada, dijeron vecinos de Loma Blanca, que indignados
cuestionaron dónde estaba la presencia policiaca anunciada.
De manera
extraoficial se dio a conocer que los mensajes fueros plasmados en Loma Blanca
y San Agustín.
Otro mensaje fue
realizado en Guadalupe y otro más en el ejido Doctor Porfirio Parra, conocido
como Caseta. Todos ellos al pie de la Carretera Juárez Porvenir.
Los textos de cinco
renglones y escritos en mayúscula fueron elaborados sobre la única carretera
que cuenta con vigilancia hasta con cámaras de video.
Apenas el lunes, el
fiscal Jorge González Nicolás refería que las pugnas entre grupos de la
delincuencia organizada en ese territorio en disputa era una de las líneas de
investigación que seguía en el caso de la masacre de Loma Blanca.
El multihomicidio
ocurrió a pocas semanas de la muerte de Gabino Salas Valenciano, quien
trabajaba para el Cártel de Joaquín “El Chapo” Guzmán y tenía el control del
trasiego de drogas y armas en el Valle de Juárez de acuerdo con las autoridades
estatales y federales.
La forma en que
murió Salas Valenciano, durante un supuesto enfrentamiento con elementos del
Ejército Mexicano encabezados por Julián Leyzola, pese a que el secretario de
Seguridad Pública Municipal estaba fuera de su jurisdicción, es motivo de
investigación por parte de la Procuraduría General de la República, confirmaron
ayer fuentes al interior de la sede estatal de esta dependencia.
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