Agueda Barojas Ontiveros
Cuando los actos de gobierno
escasean, cuando se pavimentan tres calles nomás para incluirlas en el
primer informe de gobierno, cuando se estuvo ausente los primeros diez
meses del año y sólo se aparece porque está cerca el informe, cuando
ninguna de las promesas de campaña se han cumplido, cuando se gobierna
con vividores, aviadores y golondrinos y en base a ocurrencias, no
podemos decir que tenemos presidente municipal.
Otto Claussen Iberri, es el presidente municipal de Guaymas pero su facha, su lenguaje corporal y oral denotan otra cosa.
Le falta seriedad y le sobra perversión. El presidente municipal de Guaymas anda en campaña sus pasos, lo delatan.
A casi un año del actual gobierno donde ha habido de todos menos
progreso, existe un vacío que está siendo llenado con cuanta
efemérides se encuentra en el calendario y con cuanto problema brota en
la sociedad que sea del ámbito estatal, por supuesto.
De los problemas locales, Otto Claussen no dice ni pío. Por ello,
nada se sabe sobre el asunto de PASA, que ahora pasa menos que antes,
quizá porque le pagan menos. Nada dice de los robos y si habla del tema
se justifica con el desmadre que le dejó la pasada administración.
Opta por cerrar chatarreras en un acto desesperado para legitimarse
ante la sociedad que cada vez se convence más que la seguridad pública
lejos de mejorar empeora.
En un acto deliberado de manipulación cierra chatarreras porque es lo
más fácil de hacer y filtra con técnicas de persuasión chafas que los
robos en Guaymas han disminuido en un 90 por ciento a raíz de este acto
de gobierno.
Es tan ficticia la acción de gobierno que una vez concluida la
resolución de Control Urbano será el alcalde Otto Claussen quien anuncie
con bombo y platillo a la sociedad guaymense que resolvieron no dar
licencia de uso de suelo a esos negocios donde van a parar muchas cosas
robadas.
Con ello pretende legitimar una corporación policiaca fallida y un
gobierno que no ha sido capaz de superar a pasadas administraciones.
Opta por cerrar chatarreras para controlar robos cuando es función de la policía a su cargo prevenir el delito.
Como no se ha podido prevenir el delito, como los robos de cable
eléctrico es de todos los días, Otto Claussen tomó el camino más fácil;
cerrar chatarreras, pero lo hace después de once meses, justo cuando
está a punto de llegar al primer informe de gobierno, justo cuando en
una sola voz los guaymenses se preguntanban: Qué va a informar Otto
Claussen?
Como a Peña Nieto le cuentan los muertos, también Claussen Iberri
tiene los suyos; trece homicidios violentos en el primer año de su
gobierno, lo nunca antes visto en Guaymas. Pero de eso no dice nada
En un intento deliberado de manipulación, Claussen Iberr i no pierde
oportunidad para posicionar su imagen a costa de lo que sea.
Su interés es meramente propagandístico. Cada uno de los pasos que da llevan ese fin: el engaño.
Sus actos más recientes lo demuestran.
El protagonismo con el que se condujo durante el regreso a clases, no dejan duda.
¿Qué buscaba Otto Claussen al mostrar una falsa preocupación por las escuelas de Guaymas?
Adhesión a su persona y a su gobierno. Son técnicas de persuasión y
manipulación política que le ha funcionado, en algunos sectores de la
población.
Otto Claussen está muy lejos de ser comparado con Lenin y Hitler, los
dos hombres que han marcado muy profundamente, aunque de manera
distinta, la historia reciente. Son unos genios de la propaganda.
Sin embargo, el alcalde le entiende a esto de la manipulación, sabe
cómo utilizar los medios de comunicación para fortalecer su legitimidad.
Y lo hará a costa de lo que sea. Ya lo hizo con el tema de las
escuelas, lo hará con los “humildes” pescadores a quienes les ofrecerá
una misa para que les vaya bien en el próximo inicio dela temporada de
pesca.
La propaganda en los medios de comunicación lo dice todo: Otto
Claussen te invita. No el Ayuntamiento, no el presidente municipal de
Guaymas, no, es Otto Claussen quien te invita.
Los pescadores se dejan querer, no intuyen que la preocupación por
que les vaya bien no es genuina, sino que obedece a un sistema de
valores que Otto Claussen quiere mostrar a la sociedad de Guaymas con un
solo fin: legitimar su imagen.
Hoy en día muchos líderes políticos buscan la foto con un religioso; la intención en la misma, la estrategia también.
Por lo mismo, una fotografía de las pangas y los pobres pescadores al
lado de una cruz, el sacerdote y el alcalde sería la fórmula perfecta
para, según él, anotarse diez.
El presidente municipal quiere mostrar con el acto litúrgico un sistema de valores que no tiene, por lo menos no en su gobierno.
Es una estrategia de comunicación política que le puede funcionar en
algunos sectores que no tienen capacidad de entender sobre técnicas de
persuasión y propaganda política.
Por lo mismo, Otto Claussen invita a la presentación del Coyote y en
una acción digna de un pueblo del estado de Michoacán o Chiapas, el
presidente municipal de Guaymas sale a los medios de comunicación,
principalmente a la radio, a justificar la presentación de El Coyote.
Verdaderamente vergonzoso y penoso que un alcalde de un Puerto de
Altura protagonice una participación de tres varos en las radios
locales, solo para justificar que está de acuerdo en emborrachar al
pueblo de Guaymas con tal de que su imagen crezca.
Para que la cervecería recupere lo que cuesta ese artista tienen que
emborrachar a medio Guaymas. Ese es el costo, pero al alcalde no le
interesa. Lo importante es que el pueblo de distraiga, pero no de sus
problemas, sino de su mal gobierno.
Y para continuar con el circo, en julio pasado el alcalde ordenó al
fiscal de hierro Héctor Hernández que dejara sin efectos el citatorio
que enviaría a los ex presidentes municipales y ex funcionarios panistas
para que comparecieran por el caso de las luminarias.
No es que sean inocentes, pero si son carne de cañón para un gobierno que carece de rumbo, de proyecto y de promesas cumplidas.
El Contralor Municipal había elaborado los citatorios para el mes de
julio, pero nadie va a negar, que resulta mejor citarlos a unos días del
primer informe de gobierno.
Lo malo del asunto es que se evidenciaron y les enviaron a César
Lizárraga y a Mónica Marín el citatorio con fecha del mes de julio y no
de septiembre.
Y dejé a lo último el tema de la celebración de 244 aniversario de la
fundación de Guaymas porque me parece todavía más perverso el manejo
que se le dio.
Es correcto que el Ayuntamiento de Guaymas haya festejado este
aniversario, ya que durante muchos años quedó en el baúl de los
recuerdos la fecha, es más hubo administraciones a quienes les pasó de
noche.
Hasta ahí vamos bien, lo que pocos saben es que en aras de la imagen y
de llenar el vacío que su gobierno ha dejado, Otto Claussen Iberri
hizo de la presentación de la Orquesta Sinfónica Esperanza Azteca, todo
un acto político.
El presidente municipal de Guaymas tiene bien claro esa máxima que dice al pueblo pan y circo.
Sabedor del impacto que tendría esa presentación en su imagen
pública, no le importó arriesgar a los integrantes de la Sinfónica.
La Sinfónica no tenía previsto presentarse en el 244 aniversario de la fundación de Guaymas.
La presentación oficial será el 18 de octubre, pero con artimañas
convencieron a Fray Ivo Toneck para que se presentaran ese día para que
el alcalde cortara oreja y rabo.
Lo único importante era su lucimiento y no los motivos que le dieron para cancelar la presentación.
Por ello, enloqueció cuando el 23 de agosto, siete días antes de la presentación, le cancelaron lse la cancelaron.
No exagero cuando digo que no durmió, pidió, exigió a sus colaboradores resolver ese problema.
Si es necesario que llorren, lloren, les dijo, y lloraron.
Conmovieron a Fray Ivo Toneck y éste terminó aceptando la presentación a
pesar de lo ingrato que el gobierno de Otto Claussen ha sido con él.
Este gobierno le quitó a Fray Ivo el reconocimiento que la
administración de César Lizárraga Hernández le había dado al ponerle su
nombre al reconocimiento al mérito cultural.
Para sorpresa de muchos y molestia de otros, en las fiestas del Mar
Bermejo el déspota de Mauro Barrón, director del IMCA otorgó un
reconocimiento al mérito cultural sin el nombre de Fray Ivo Toneck.
Borraron un acuerdo de sesión de cabildo de un plumazo.
Poco importa que el alcalde le haya cambiado el nombre al Auditorio
Cívico. Decir Auditorio Fray Ivo Torres fue un lapsus brutus, quitarle
el nombre de Fray Ivo al mérito cultural fue una mentada de madre, pero
Fray Ivo mostró nobleza al dejarse convencer para que la Orquesta se
presentará el sábado pasado con una terrible escenografía y un pésimo
audio y sonido.
"Lo principal, dijo Lenin, es la agitación y la propaganda en todas las capas del pueblo”.
Hitler, por su parte, afirmó; "La propaganda nos permitió conservar el poder y nos dará la posibilidad de conquistar el mundo”.
Otto Claussen piensa así ganarse la diputación federal, poco importa
que su gobierno no cumpla las expectativas, con estas artimañas ni quien
se dé cuenta que como presidente ha dejado mucho que desear.
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