miércoles, 2 de noviembre de 2011

JAVIER ARELLANO ORDENA CRIMEN DE FRANCISCO ORTIZ FRANCO

El secuestrador Luis Alberto Salazar Vega se fugó en abril de 2004

 Detenido por elementos del Ejército Mexicano el 6 de abril en Tijuana, “El Bolas” confesó que en 2004 Arturo Villarreal Heredia “El Nalgón” les dijo que Javier Arellano Félix había ordenado la muerte del periodista de ZETA, Francisco Javier Ortiz Franco, “porque estaba publicando fotografías del Teo, del Cris y del Nalgón”. Que quien ejecutó la orden fue Eduardo Ronquillo “El Niño” y que a éste lo asesinaron después porque “se rebeló”.

Investigaciones ZETA
 Luis Alberto Salazar Vega “El Bolas” se encontraba en una casa de seguridad en Tijuana, Baja California. Fue en el segundo semestre del año 2004. Estaban presentes otros narcotraficantes.

Salazar fue beneficiario de una alianza entre el cártel del Golfo y el de los Arellano, que hicieron Osiel Cárdenas Guillén y Benjamín Arellano Félix, entonces ambos presos en el penal de La Palma, en el Estado de México, y que tuvo como culminación la fuga que estructuraron para liberar el 14 abril de 2004, a cinco presos que estaban en la Penitenciaría de Tijuana.

Uno de ellos era “El Bolas”.
Fugado, prófugo, a Salazar se le perseguía una vez más –entre otros delitos– por actos contra la salud, y como parte del equipo de asesinos que bajo las órdenes de Arturo Villarreal Heredia “El Nalgón” había ejecutado al ex Subprocurador Rodolfo Delgado Neri, el 21 de enero de 2004.

Bajo las órdenes de “El Nalgón”, permaneció en Tijuana, delinquiendo para los Arellano Félix. Eran las épocas criminales del menor de los hermanos.

Por eso en la segunda mitad del 2004, Salazar Vega, arropado por el lugarteniente de “El Tigrillo”, sabía de las acciones del cártel criminal. Fue testigo de una conversación.

Dijo a sus captores el miércoles 6 de abril de 2011:

“Estaba en la casa –de la cual no recordó dirección– y llegó Villarreal Heredia.

Platicó de muchas cosas y dijo que había sido la célula de Jorge Eduardo Ronquillo “El Niño”, quien había matado al periodista Ortiz, el de ZETA”.

Cuando los interrogadores de “El Bolas” requirieron más información, confió que:

“Javier Arellano Félix, dio la orden personalmente para que mataran al periodista porque estaba publicando fotografías de “El Cris”, “El Nalgón”, “El Teo” y otros integrantes del cártel”.

Arturo Villarreal Heredia, lugarteniente que fue de Javier Arellano Félix, fue testigo de la orden y se aseguró que se llevara a cabo.

Al licenciado Francisco Javier Ortiz Franco, lo habían asesinado el miércoles 22 de julio de 2004, poco antes de las once de la mañana cuando en compañía de dos de sus hijos menores, salía de una atención médica en la colonia Revolución, a escasos cien metros de las instalaciones de la Procuraduría General de Justicia de Baja California.

Por primera vez en un expediente federal, está inscrita una acusación directa hacia el autor intelectual del crimen del periodista, y el móvil del asesinato:

Javier Arellano Félix, y por las publicaciones en ZETA. Así consta en la declaración que agentes ministeriales federales le tomaron la tarde del miércoles 6 de febrero a Luis Alberto Salazar Vega “El Bolas”.

Salazar fue detenido por elementos del Ejército Mexicano la noche del 5 de abril, cuando custodiaba a una persona que había secuestrado los últimos días de marzo. Los soldados que lo aprehendieron lo encontraron intoxicado por la droga consumida y con fusil en mano. Intentó repeler la detención pero su deplorable estado físico se lo impidió.

Fue reaprendido por los soldados y entregado para su custodia a autoridades federales. La SIEDO particularmente.

El General Alfonso Duarte Múgica, comandante Segunda Región Militar, informó que la captura se logró a través de una denuncia ciudadana anónima, que señalaba que en un domicilio de la Calle Rancho Nuevo, de la colonia Ampliación Guaycura, en la Delegación Cerro Colorado, se encontraba una persona armada.

El reporte derivó en un operativo militar logrando la liberación de un hombre que llevaba ocho días secuestrado, así como el decomiso de varias armas de fuego.

Después de “explotar información generada en ese lugar”, se montó un segundo operativo, en esta ocasión en un domicilio de la Calle Monte Líbano número 21, del fraccionamiento Residencial Lomas, de la delegación La Mesa.

Para ese momento, los militares ya estaban trabajando en coordinación con la Procuraduría General de Justicia del Estado, que habían recibido la denuncia de parte de la familia del civil secuestrado.

El resultado de ambos operativos militares fue la detención de dos secuestradores, entre ellos Salazar Vega, así como el decomiso de tres vehículos, cuatro fusiles calibre 7.62×39 mm, una ametralladora marca Uzi, modelo “b”, calibre 9 mm, una pistola del mismo calibre y mil 488 cartuchos y 29 cargadores de diferentes calibres.

También fueron asegurados un uniforme e insignias de la Policía Estatal Preventiva, 12 chalecos anti balas, un casco de Keblar, unas botas, un pasamontañas y tres radios de comunicación con sus cargadores.

El militar dijo que Salazar se dedicaba al secuestro, motivo por el cual en 2002 fue detenido y encarcelado en el penal de La Mesa, cárcel de donde escapó junto con otros cuatro delincuentes el 14 de abril de 2004.

La fuga del 2004
El licenciado Francisco Javier Ortiz Franco, era el Editor General de ZETA cuando lo asesinaron.

Encabezó investigaciones para develar corrupción en el gobierno, contubernios en el poder judicial, en la Procuraduría y en la mayoría de las entidades de gobierno.

Cuando el principal problema de Baja California fue el narcotráfico, Ortiz Franco también investigó periodísticamente el fenómeno.

Dedicado a su profesión, logró expedientes, fotografías, nombres e historias sobre los narcotraficantes y sus hechos delictivos en el Estado.

Dio cuenta de ello en las páginas del Semanario. En lo individual y compartiendo crédito con Jesús Blancornelas, a la sazón director del periódico.

En la edición del 16 de abril de 2004, escribió sobre la fuga de Salazar Vega. Cabeza de la nota: “Asociación de Osiel Cárdenas con los Arellano. Fuga de película: “Los Zetas” desmoronaron control y vigilancia”.

Anotó que “tres o cuatro Zetas” habían participado con los Arellano Félix para la fuga de la Penitenciaría de La Mesa, y que los cinco reos evadidos habían sido la causa del asesinato de Rodolfo Delgado Neri.

Cuando Subprocurador le habían pedido los criminales que interviniera para que liberara a los fugados y éste se negó. Por eso lo acribillaron en enero de aquel año.

Escribió Ortiz Franco de la fuga: “Apoyados con recursos humanos y materiales tanto al interior como al exterior de la Penitenciaría de la Mesa, los cinco peligrosos reos se evadieron del penal… para lograr su objetivo, los sicarios contaron con: el retiro de la vigilancia de la Policía Estatal Preventiva que usualmente se encuentra a un costado del reclusorio.

Comunicación eficaz tanto en el interior como en el exterior del CERESO. Armas en el interior del penal. Estar asignados en un área que facilitara la evasión. El apoyo de seis pistoleros fuertemente armados y hasta tres vehículos”.

Sobre “El Bolas”, se publicó en ZETA aquel abril de 2004:

“Luis Alberto Salazar Vega ‘El Bolas’, uno de los cinco reos que se fugaron la mañana del pasado miércoles 14 de abril de la Penitenciaría de La Mesa, pertenece a la banda de Arturo Villarreal ‘El Nalgón’, quien encabeza una célula del cártel Arellano Félix. A este grupo se le acredita el asesinato del licenciado Delgado Neri.

“Salazar Vega fue detenido en febrero de 2002 por participar en el secuestro del presunto narcotraficante sinaloense José Velázquez Martínez, a quien se dejó en libertad por los homicidios de Nancy Sukey Aranda Jasso y Miguel Ángel López Inzunza.

“Al escapar Velázquez y pedir ayuda de la Policía Municipal, dos agentes de esa corporación fueron asesinados por miembros de la misma banda.

“Con ‘El Bolas’ fueron detenidos Fidel Munguía Corrales “El Junio” y Rito Quintero Hernández “El Hitler”, quienes el 30 de junio de 2003 se fugaron de la Penitenciaría al desarmar a dos custodios de sus metralletas.

ZETA publicó (del 1 al 7 de febrero de 2002) que estos sujetos habían sido reclutados ‘por un tal Arturo Villarreal’. Villarreal era todavía un desconocido.

Hace unas semanas fue identificado como quien ordenó y comandó el operativo para asesinar al ex subprocurador de justicia de Baja California, licenciado Rodolfo Delgado Neri”.

Ahí finalizaba la investigación de Ortiz Franco sobre Luis Alberto Salazar Vega, donde hacía mención de Villarreal Heredia.

Los otros fugados en abril de 2004 fueron Héctor Flores Esquivias, Fausto Sánchez González, Jorge Ruvalcaba Verdugo y Luis Chávez García.

Las fotos de los criminales
“El Bolas” fue muy puntual en el móvil que llevó al narcotraficante recluido en un penal de Estados Unidos, Francisco Javier Arellano Félix, a ordenar personalmente el asesinato del editor de ZETA:

“Porque estaba publicando fotografías de ‘El Cris’, ‘El Teo’, y del ‘Nalgón’”.

Efectivamente, en la edición del 14 de mayo de 2004, un reportaje firmado por Francisco J. Ortiz Franco, informaba de las 76 fotografías que aparecían en un póster del FBI de los Estados Unidos, e identificaba a los principales criminales de Baja California.

Escribió Francisco Javier Ortiz Franco:
“Asociados, personal de la Procuraduría General de Justicia del Estado y del cártel Arellano Félix, obtuvieron más de 70 mil dólares por dotar de credenciales como agentes policíacos, a miembros de las distintas células del CAF”.

Párrafos más adelante:
“La credencialización se realizó en grupos. Intervino personal de la PGJE y un sicario de Ismael Higuera Guerrero, ‘El Mayel’, hermano de ‘El Palillo’.

Se turnaron para ponerse el mismo saco y corbata. Con la foto, les hicieron credenciales muy similares a las auténticas y se les vendieron a mil o mil quinientos dólares”.

Publicó Ortiz los nombres de algunos de los incluidos en el póster de búsqueda de la autoridad norteamericana:

“El Cris”, pistolero de “El Efra” y “El Macumba”, elementos varios que escoltan a Arturo Villarreal Heredia “El Nalgón”, Ricardo Estrada “El Pollo”, Julio Salas, “El Pillo”, Efraín Pérez “El Efra”, Jorge Briseño “El Cholo”, Saúl Montes de Oca , Francisco Cázarez Beltrán “El Quemado”, Feliciano Estrada, “El Loco Duarte”, entre otros. En el cartel también aparecía la fotografía de Teodoro García Simental, “El Teo”, hermano de “El Cris”.

Dos meses después de la publicación, Francisco Javier Ortiz Franco, fue asesinado por un grupo de hombres bajo las órdenes de Francisco Javier Arellano Félix, pero comandando por Jorge Eduardo Ronquillo “El Niño”.

Ni la Procuraduría Estatal, ni la Procuraduría General de la República, investigaron al menor de los Arellano Félix, la hipótesis principal por el crimen del periodista, siempre señaló a Arturo Villarreal Heredia “El Nalgón” como el autor material.

Pero el miércoles 6 de abril, por primera vez en un expediente federal, un integrante del cártel Arellano Félix, señaló directamente a “El Tigrillo” como quien ordenó el asesinato, y a Eduardo Ronquillo como quien lo cometió.

Los asesinos
La Procuraduría General de Justicia de Baja California, entonces titulada por Antonio Martínez Luna, inició investigación en cuatro líneas: cártel de los Arellano Félix, “Los Zetas”, Jorge Hank Rhon, y situación personal.

Para fundamentar que los asesinos se encontraban en el CAF, la Procuraduría analizó el contenido de las investigaciones periodísticas del licenciado Ortiz Franco. Se anotó entonces en un documento que el Procurador entregó a ZETA:

“Investigación que la víctima llevaba a cabo sobre el proceso penal seguido a Jorge Eduardo Ronquillo Delgado ‘El Niño’ por su participación en el homicidio de Alejandro Manjarrez, esto se fundamenta en las anotaciones existentes en la agenda personal de Francisco J. Ortiz.

“El Niño”, es un gatillero que trabaja como lugarteniente y ejecutor del CAF y estuvo detenido como responsable del homicidio de Alejandro Manjarrez, siendo liberado el 15 de enero de 2003 por resolución de amparo y revocación de sentencia.

Además que los testigos presenciales del homicidio describen a la persona que disparó de complexión delgado, estatura regular, y con el rostro cubierto, quien por la precisión de los disparos, la complexión física y la destreza para llevar a cabo la ejecución se presume que el homicida pueda ser ‘El Niño’”.

También se asentó en el documento:

“Posible venganza del CAF por la publicación en el semanario Zeta correspondiente a la edición del 14 al 20 de mayo del 2004, del reportaje denominado ‘Mas de 70 mil dólares costaron credenciales a sicarios del CAF’, signado por Francisco J. Ortiz Franco, donde se analiza e identifica a varios miembros del CAF cuyas fotografías fueron publicadas por el FBI”.

Luis Alberto Salazar Vega “El Bolas”, también dijo a quienes lo detuvieron, que a Ronquillo Delgado, a quien identificó como el asesino de Ortiz Franco, “lo mandaron matar los Arellano porque se les rebeló”.

Eso sucedió el 9 de octubre de 2004, cuando calcinaron su cuerpo dentro de un vehículo luego de matarlo de dos disparos a la cabeza.

La investigación oficial
La Procuraduría General de la República ejerció la facultad de atracción sobre el expediente del asesinato del Editor de ZETA, Francisco Javier Ortiz Franco.

Sin embargo, más allá del trabajo que durante las primeras semanas posteriores al crimen realizó la Procuraduría del Estado, no ha habido más indagación a prácticamente seis años de cometido el atentado.

Javier Arellano Félix “El Tigrillo” y Arturo Villarreal “El Nalgón” fueron detenidos por autoridades de los Estados Unidos en agosto de 2006 cuando vacacionaban en un yate de su propiedad que había zarpado de San Diego, California, pero que fue interceptado mar adentro cerca de La Paz, Baja California Sur.

Ambos fueron juzgados en la Corte del Distrito Sur de San Diego, California, Estados Unidos. Arellano Félix condenado a cadena perpetua luego que hizo un arreglo con la Fiscalía norteamericana para delatar al resto de los integrantes del cártel Arellano Félix, y Villarreal Heredia a 30 años de prisión.

Se les juzgó a ambos por organización delictuosa, conspiración, tráfico de droga y ejecuciones entre otros delitos cometidos.

Fueron señalados como autores de más de 20 homicidios, entre los cuales la Fiscal Laura Duffy, mencionó en sus alegatos a Arturo Villarreal Heredia como quien ordenó el asesinato del licenciado Francisco Javier Ortiz Franco.

La Procuraduría General de la República, en 2006 comandada por Daniel Cabeza de Vaca, dijo a ZETA que solicitaría la extradición de los delincuentes para ser procesados en México, entre otros delitos, por el asesinato del periodista y editor de ZETA. Sin embargo no hubo más información.

Ahora a la llegada de Marisela Morales Ibáñez como Procuradora General de la República en México, nuevos elementos para el esclarecimiento del asesinato de Ortiz Franco, aparecen en un expediente federal, a partir de la detención de Salazar Vega a manos del Ejército en Tijuana, Baja California.

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