viernes, 4 de noviembre de 2011

CREYERON SACAR DE LOS CABELLOS A PAR DE DROGADICTOS

Porfirio Sarabia Pacheco
 La Paz, Baja California Sur.- Entrevistado por el Sudcaliforniano a su arribo a esta ciudad procedente de Cabo San Lucas, Baja California Sur, la noche de ayer el licenciado Arturo Rubio Ruiz, refirió a los recientes acontecimientos violentos acaecidos en aquella ciudad, donde se desprenden importantes tópicos que es urgente abordar, tanto por el sector público como por la ciudadanía.

Expresó que previo al evento, se sabía que Los Cabos, como centro potencial de operaciones de la delincuencia organizada, que van desde la extorsión y el narcomenudeo, hasta el secuestro y trata de personas, se encontraba en disputa por dos diferentes grupos criminales.

También sabíamos que ambas organizaciones tenían presencia operativa en las diferentes corporaciones policiacas locales.

Todas las líneas de investigación del homicidio del comandante de la Policía Ministerial, implican directa o indirectamente, la interacción entre elementos de corporaciones locales y miembros de la delincuencia organizada.

 Tras una detención que permitió a la policía ministerial ubicar la casa de seguridad en que se ubicaba al menos uno de los asesinos del comandante, se inició un operativo que resultó a la postre memorable, por el consecutivo de pifias policiales y la pobreza de recursos con que la entidad enfrenta una embestida criminal para la que sencillamente, no estamos preparados, a pesar de que teníamos cinco años acumulando evidencia del ascenso en las expectativas del escenario que hoy enfrentamos.

 Una vez localizada la vivienda, se presentan los elementos ministeriales, creyendo que llegarían a un domicilio particular a sacar de los cabellos a un par de drogadictos de poca monta, como están acostumbrados y por ello, no se tomaron las medidas preventivas y de logística mínimas e indispensables, necesarias cuando se enfrenta a criminales de alto rango, entrenados, pertrechados, muy bien armados y dispuestos a matar antes de entregarse.

Sólo resultó herido un ministerial, pero pudieron morir todos los que arribaron al inmueble. Y es que se equivocaron de inmueble. Acometieron la casa adjunta a la que ocupaban los maleantes. Eso y el que éstos estuvieran drogándose, evitó que perdieran la vida los ministeriales.

 Resulta sospechosa -dijo- la participación "simbólica" de la policía municipal en el evento. Incluso se habla de que uno de los prófugos, fue detenido y posteriormente liberado por elementos al mando entonces todavía de Lenin.

Refieren testigos presenciales que uno de los sicarios fue copado por marinos, y que fue abatido, cuando pudo ser detenido con vida. Personalmente no tengo ningún reparo en que las fuerzas armadas priven de la vida a este tipo de delincuentes.

Quien levanta un arma contra las fuerzas armadas mexicanas, atenta directamente contra la seguridad de todos los mexicanos, y si el delincuente pierde la vida en el embate, resulta que los militares sencillamente cumplen con el ineludible deber de protegernos.

 Pero pudo ser detenido con vida, y es ahí donde falla la logística, la planeación, la estrategia, la inteligencia y el procedimiento policiaco de campo. No existe coordinación entre las corporaciones.

Municipales y Ministeriales se miran con recelo. "Están puestos con el narco" dicen recíprocamente unos de otros.

Información que unos retienen y que compartiéndose permitiría grandes acciones contra el crimen, es moneda de cambio entre las corporaciones y en esa pugna de poder, el gran perdedor es el pueblo sudcaliforniano, que de manera cotidiana se encuentra expuesto al embate de la venta masiva de drogas en la calle.

Y al crecimiento de los índices de criminalidad, que día a día se entintan con mayor grado de violencia.

En todo este panorama, el Secretario de Seguridad Pública en la entidad, figura como mero elemento decorativo. ¿Falta de experiencia?. ¿De conocimientos?. ¿De voluntad política?. No lo sabemos, pero sí sabemos que es urgente que los cuerpos de seguridad pública en la entidad cuenten con un esquema URGENTE de coordinación operativa, que los elementos policiacos de campo sean dotados ADECUADAMENTE de armamento y equipo mínimo indispensable de seguridad.

 Y tenemos los ciudadanos el compromiso impostergable de convertirnos en celosos copartícipes en la campaña permanente que hemos de emprender para recuperar la Paz que nos están robando.

 Hagamos de la denuncia la constante, y confiemos principalmente en las fuerzas armadas, que han demostrado compromiso y entrega en su labor, acotó el abogado.

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