Hace unas semanas, el legislador
perredista Fernando Belaunzarán presentó una propuesta con punto de acuerdo
para que la Cámara de Diputados pidiera al Ejecutivo comenzar con los trámites
ante la ONU para conseguir la autorización y poder producir amapola de forma
legal.
El principal motivo de su
petición era que la producción de amapola sirviera para la morfina.
Sin embargo, ayer la Comisión
de Salud de la Cámara Baja rechazó el punto de acuerdo, con lo que perdió toda
posibilidad de enviarlo al Gobierno Federal.
Hace unas semanas, el
legislador perredista Fernando Belaunzarán presentó una propuesta con punto de
acuerdo para que la Cámara de Diputados pidiera al Ejecutivo comenzar con los
trámites ante la ONU para conseguir la autorización y poder producir amapola de
forma legal.
El principal motivo de su
petición era que la producción de amapola sirviera para la morfina.
Sin embargo, ayer la Comisión
de Salud de la Cámara Baja rechazó el punto de acuerdo, con lo que perdió toda
posibilidad de enviarlo al Gobierno Federal.
“Lo que veo es un
conservadurismo atroz y yo lo comparo con el masoquismo, porque para defender
la política prohibicionista en México debería uno ser masoquista después de 100
mil muertos en ocho años, 23 mil desaparecidos y un número incuantificable de
desplazados; la verdad es que esto es una tragedia humanitaria, por seguir con
este prohibicionismo y con esta guerra contra las drogas.
“Yo no entiendo la
prohibición. Lo único que veo son cuestiones morales (…) Se dan golpes de pecho
encima de las fosas comunes”, sentenció Belaunzarán.
Para el senador lo que se necesita
son políticas audaces que terminen con una estrategia que demostró ser fallida.
“La guerra contra las
adicciones no solo no se puede ganar, sino que hay una cantidad de
consecuencias no deseadas como la violencia, el debilitamiento del estado, la cooptación
de policías, las tragedias.
“Estamos dando una lección de
geografía al mundo. El mundo voltea a ver dónde queda San Fernando, dónde queda
Villas de Salvarcar, dónde queda Ayotzinapa, dónde queda Iguala, dónde queda
Apatzingán, y nos conocen por nuestras tragedias”, criticó.
México es el segundo
productor de amapola a nivel mundial. La demanda de heroína en Estados Unidos
ha provocado que aumenten las plantaciones en estados como Chihuahua, Durango,
Michoacán, Guerrero y Sinaloa para obtener el opio, con el que se elabora el
estupefaciente.
Sin embargo, del opio también
se obtiene la morfina, la droga utilizada contra el dolor, que en México es
escasa y se ha convertido en un artículo de lujo al que solo unos cuantos
enfermos tienen acceso.
“Hay un problema humanitario
en México. La morfina es un artículo de lujo, en los hospitales públicos es
imposible encontrarla.
“Aquí al parecer lo que
quieren es que los que son enfermos terminales, que tienen grandes dolores,
recen tres aves marías y dos padres nuestros a ver si así se los quita”,
ironizó Belaunzarán.
Una alternativa para México
es que los campesinos vendan la amapola a la industria farmacéutica, lo que se
haría con supervisión internacional para evitar un mal manejo de los cultivos.
Belaunzarán recordó que por
cada 16 pesos en combate al narcotráfico, el Estado invierte apenas 1 peso en
prevención de las adicciones, por lo que es básico apuntalar ese enfoque.
(REPORTE INDIGO/ IMELDA GARCÍA/ ABR 23, 2015)
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