La falta de agua potable en cientos de
colonias de Tijuana, es un problema de infraestructura de la distribución,
generada por la ineficiencia administrativa, de mantenimiento y la falta de
recursos en la CESPT, dependencia del gobierno estatal encabezado por Francisco
Vega de Lamadrid
“Al día de hoy en la mañana
-jueves 6 de septiembre-, la presa El Carrizo que abastece a Tijuana-Rosarito,
tiene alrededor de 22.6 millones de metros cúbicos, está a más de 55 por ciento
de su capacidad, entonces el agua está ahí”, expresó José Alejandro Cervantes
Beltrán, director de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
La misma versión dio el
director de la Comisión Estatal del Agua (CEA), Ricardo Cisneros Rodríguez,
quien agregó que la capacidad de la presa es de 30 millones de metros cúbicos,
y todo el año ha tenido la posibilidad de desfogar su capacidad máxima -6.2
metros cúbicos por segundo-, pero el promedio este año ha sido de 5.3 metros
cúbicos por segundo. Incluso, ofreció una conferencia con recorrido en el
acueducto Río Colorado. Tijuana, para probarlo.
Ante la presencia de agua
suficiente, se le preguntó a Cisneros cuál es el problema, pero evadió responder
alegando que es un tema de la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana
(CESPT).
“El agua que sale de la presa
a la planta potabilizadora, de la planta a los tanques de regulación y de ahí a
las casas, es responsabilidad de la Comisión”, refirió.
Sin dependencia del Estado,
desde la Conagua, Cervantes Beltrán fue más claro: “Es un problema de
infraestructura de la distribución, no es un problema de volumen”.
Al pedirle detalles, explicó:
“La CESPT tiene un tubo de salida principal de agua que era por donde tomaba el
agua de la presa, y otra salida que se construyó para poder cerrar la principal
cuando necesita mantenimiento, y seguir abasteciendo de agua por la segunda.
“Sin embargo, es obvio que en
algún momento no se le dio ese mantenimiento, y hay una especie de mejillón que
se adhiere y empieza a reducir la capacidad hidráulica de los tubos, entonces
llega un punto en que no se da la capacidad suficiente para suministrar el agua
y tienen que utilizar ambas líneas, las que juntas apenas se dan abasto, y
están por debajo (de las necesidades de la ciudad).
“Ahora, aun cuando la
solución es entrar a limpiar, el organismo operador no lo puede hacer, porque
se apaga una de las líneas, menos agua va a recibir la potabilizadora, y menos
agua va a poder distribuir, y si entrara a reparar, para recuperar ese día de
limpieza, va a tardar varias semanas en regularizar el suministro.
“Entonces, el tema no es
tanto de volumen y disponibilidad. Hay que decirlo en el sentido constructivo:
es un problema que la ciudad requiere mucha mayor inversión en materia de
infraestructura no solo en agua potable, sino en drenaje y mantenimiento”,
expuso el director de Conagua.
LOS REQUERIMIENTOS DE AGUA
Del agua disponible en el Río
Colorado, a la zona Tijuana-Rosarito le corresponden 80 millones de metros cúbicos
al año, los cuales son insuficientes -desde hace varios años- para las
necesidades de la región, por lo que Mexicali, que cuenta con excedentes, les
cede alrededor de 20 millones de metros cúbicos al año, y para el resto del
agua que se necesita, la CESPT debe rentar derechos a los agricultores de
Mexicali que dejan descansar su tierra.
Solicitado el histórico de
consumo, la CESPT proporcionó los últimos cuatro años: en 2015 la zona consumió
120 millones de metros cúbicos; en 2016, aumentó a 122 millones de metros
cúbicos; y en 2017 creció a 125 millones de metros cúbicos. Entonces, en el
primer periodo aumentó 2 millones de metros cúbicos, y en el segundo, subió 3
millones, lo que pudo permitirles prever que el tercer período, 2017-2018,
podría aumentar 4 millones de metros cúbicos, ya que un millón de metros
cúbicos al año, ha sido el aumento promedio en los últimos cuatro años. Pero no
lo hicieron.
Tal aumento del consumo se ha
mantenido en el promedio, a pesar de la jornada atípica de calor, con la que la
CESPT ha justificado el desabasto. Porque de los 125 millones de metros cúbicos
que consumió Tijuana-Rosarito en 2017, este año se pronostica que cerrará con
el consumo de 129 millones de metros cúbicos de agua. O sea, los 4 millones de
metros cúbicos que, basados en la estadística, eran pronosticables.
En entrevista con ZETA,
Germán Lizola Márquez, director de la CESPT; el subdirector de Agua y
Saneamiento, Mario Olvera; y el coordinador de los distritos, David Ruvalcaba,
insistieron en el impacto por el incremento inusual del consumo por parte de
los usuarios, afectados por el factor climático “atípico”.
Cuando se les cuestionó que
no se trata de un factor nuevo, y que era programable, indicaron: “El
incremento de la temperatura se ha venido dando, el cambio climático es un
hecho, pero lo usual hasta ahora habían sido dos a cinco días seguidos de calor
intenso, pero este año fueron tres o cuatro semanas de un calor al que no
estamos acostumbrados, pero sí tenemos, y te doy la razón en la planeación, en
la que ya estamos trabajando”, comentó Lizola, después de explicar que
instalaron una mesa de trabajo y están revisando en campo todas las líneas,
tanques y acueductos, para hacer un diagnóstico de qué necesitan para el
siguiente año.
Sin embargo, este diagnóstico
que servirá para la planeación de 2019, se inició porque después que terminó la
crisis de calor, hace alrededor de dos semanas -Lizola considera que menos-, el
agua aún no se regulariza en algunas
zonas. De acuerdo a cifras oficiales de la CESPT, el número de colonias
afectadas, conforme a los reportes telefónicos, son entre 12 y máximo 50 al
día. Un hecho que reconocen problemático por la importancia del servicio que
proporcionan, pero tampoco lo razonan crítico, ya que lo ven como un pequeño
porcentaje de las mil 100 colonias que atienden.
Lo que están encontrando en
los canales, tanques, acueductos y bombas que suministran a las colonias sin
agua, son afectaciones por vandalismo -en 2017 gastaron 10 millones y en 2018
han erogado 4 millones en este rubro- y problemas generados por los cambios de
presión.
FALTAN MÁS TANQUES DE REGULACIÓN GRANDES; EL ÚLTIMO SE CONSTRUYÓ EN 1992
Al hablar de la planeación y
el aumento del consumo, el director de la CESPT, manifestó:
“La lógica me dice que tengo
que construir otro tanque para almacenar más agua y prepararnos para la
siguiente temporada de calor, y si son 40 mil cuentas nuevas por año, pues
serán 40 mil tomas más que van a demandar agua.
“Por eso lo de la planeación
que les comentaba, y los recorridos para visualizar las necesidades del siguiente
año, ya sabemos de antemano que debemos dar una repuesta y prever lo que nos
pasó este año, ya sabemos, vamos a planear previendo que vamos a tener la misma
intensidad de calor”.
Se le preguntó si no pudieron
prever, planear el año pasado, pero no hubo una respuesta concreta y regresaron
al tema del clima y el aumento del consumo.
En Tijuana hay tres tanques
principales, uno con capacidad de almacenar y distribuir 30 mil metros cúbicos
y dos con capacidad de 20 mil metros cúbicos; dos, el del Aguaje de la Tuna y
del Cerro Colorado, se construyeron en 1982 y el de Otay en 1992.
Adicionalmente existen 239 tanques más pequeños y poco más de 79 plantas de
bombeo. Evidencias de años recientes muestran que son insuficientes.
— Si hay suficiente agua en la presa El Carrizo y
ustedes dicen que hay suficiente agua en potabilizadora, ¿por qué se vacían los
tanques o quedan con tan poca agua que no funcionan?
“En los tiempos de mayor
calor, el tanque principal, el del Aguaje, a esta hora -alrededor de las cuatro
de la tarde-, tendría 30 centímetros-, pero hemos hecho operativos y hemos
revertido esto, ahorita traemos cuatro metros (dos semanas después de que
concluyó la ola de calor), la altura máxima del agua en el tanque es de 5
metros”.
— ¿No se están llenando de manera constante?
“En la noche se llenaban, y
siempre está abierto al cien por ciento, pero en las semanas de calor, debido
al consumo, no se alcanzaba a recuperar el nivel mínimo de operación del
tanque, que es de un metro, el agua no llegaba al flotador y el sistema se apagaba
para protegerse y no quemarse”.
Entonces empezaron los
tandeos o manipulación del sistema que permanece por zonas, en la CESPT
aseguran que dejan el agua fluir todo el día de los tanques, tanto como les sea
posible, y apagan la distribución en las noches-madrugadas para que los
depósitos acumulen agua y los vuelven abrir a las cuatro de la mañana.
Y anunciaron como buen
pronóstico el hecho que entre el 2 y 5 de septiembre, el tanque del Aguaje de
la Tuna, haya logrado acumular cuatro de los cinco metros de su capacidad, “eso
le dará a la gente y a nosotros un respiro”.
ERROR DE PROGRAMACIÓN O FALLA EN ENTREGA DE AGUA
En cuanto al hecho de que
“CEA declaró que nos debe -a las CESPT-
9 millones de metros cúbicos del agua prometida y programada, los cuales son al
día de hoy -5 de septiembre-, once millones de metros cúbicos, eso también lo
estamos trabajando, para que el acueducto nos mande como debe ser” explicó
Lizola Márquez.
Durante una reunión realizada
dos semanas atrás, donde participaron todos los organismos del agua y
representantes de los módulos de riego en Mexicali, le informaron que no le
estaban mandado el fasto completo de sus proyectos porque Estados Unidos
también estaba restringiendo el acceso al volumen del agua del Río Colorado a
los organismos en México, “entonces es una cadenita”, afirmó.
Ricardo Cisneros, cabeza de
la Comisión Estatal del Agua, coincidió en que llegó menos agua, pero no afectó
el flujo constante hacia Tijuana, porque no llegó al mínimo permitido; el
máximo son 45 millones de metros cúbicos y el mínimo para que el agua fluya
sola son 17 millones de metros cúbicos, y no ha estado por debajo de ese
límite.
Del agua que dejó de llegar,
solo precisó que de los 80 millones de metros cúbicos que le envían a Tijuana
del río en el año, siempre llegan 72 millones, porque el 10% se pierde en el
traslado por los 120 kilómetros que se recorre a través de canales abiertos en
parcelas de Mexicali, antes de llegar a la planta de bombeo.
“Este año además los
agricultores tuvieron un desfasamiento y, en lugar de terminar su consumo de
agua en abril-junio, siguieron consumiendo en verano. Entonces, cuando debían
estar llegando a la presa El Carrizo, 5.2 metros cúbicos por segundo y me llagaban
4. 2 o 4.1 y la presa empezó a bajar, no llegó al límite mínimo; igual
iniciamos pláticas y encendimos los focos amarillos”.
— ¿Le dejaron de entregar 11 millones de metros
cúbicos de agua a la CESPT en este año?, se inquirió al titular de la Comisión
Nacional del Agua.
“Es un tema que ya platiqué
con el director de la CEA, lo que pasa es que estaba mal programada el agua de
ellos”.
— ¿Pidieron menos?
“Ellos hicieron una
programación mensual, y programaron usar más agua de la que tenían convenida,
de la que habían pedido y a la que tenían derecho. Ese es principalmente el
tema. Entonces, cuando el incremento por la ola de calor y la CESPT registra
que hay mayor demanda, es cuando dice ‘necesito más agua’ y reprograma, pero yo
no puedo reprogramar hasta que el convenio esté formalizado con el distrito de
riego. Lo que sucede cada año agrícola, que inicia el 1 de septiembre y
concluye el 31 de agosto, es lo que estamos haciendo ahora”.
PREVALENCIA DE USO URBANO
Ante el evidente aumento del
consumo de agua en las ciudades de Baja California, investigadores e ingenieros
han propuesto revisar los artículos que en la Ley Nacional de Aguas, instruyen
en el reparto de los derechos de agua, la prevalencia del uso doméstico, le
sigue el uso público urbano y el uso agrícola que en el Estado, como en la
mayoría de los países, consume el más alto porcentaje del líquido vital, porque
es la producción de alimentos.
En Baja California, las
actividades primarias se quedan con el 92% de los derechos de agua, y aportan
el 3% del Producto Interno Bruto.
Los investigadores también
critican la falta de inversión en la optimización de uso de esa agua, “aquí la
mayoría de los riegos agrícolas son por inundación, lo que hace que el 40% del
agua se pierda, y el gobierno, en coordinación con los productores, no hace lo
necesario por mejorar los sistemas de riego, o cambia a cultivos que requieran
menos agua”.
Mientras activistas locales
consideran que es un tema que se debe y puede modificar, con el nuevo Gobierno
Federal y las cámaras de legisladores federales, el director de la Conagua
considera que hay poco que hacer en ese rubro.
“El tema de prelación, como
existe en la Ley de Aguas Nacional, no es para repartir el agua; es cuando se
hace el reparto de las concesiones, cuando hay volumen disponible, pero en este
caso el agua ya se encuentra repartida”, concluyó.
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA/ ROSARIO MOSSO CASTRO /LUNES, 10 SEPTIEMBRE,
2018 01:00 PM)
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