La Cuarta Transformación de
la República, el proyecto de país que enarboló en la campaña el presidente
electo Andrés Manuel López Obrador, está tomando derroteros preocupantes.
Si es cierto aquello que no
se puede renovar el sistema político con quienes llevaron al estado de cosas
actual, estará por verse la viabilidad de lo prometido por el Peje y que ahora
se topa con la realidad más allá de la plaza pública y el púlpito.
El ejercicio del poder desde
una óptica patrimonialista y la actividad política no como vocación como
sostenía Max Weber, sino como un modo de vida, han sido la marca de la clase
policía mexicana de todas las épocas, desde ediles, alcaldes, gobernadores,
legisladores y hasta del presidente de la República en turno y su séquito y ha
sido una práctica que va desde la independencia, el porfiriato, la revolución,
el priato y llega a su estado de madurez durante el neoliberalismo depredador.
EL GOBIERNO DE CIUDADANOS, PURO RELAJO
En su primera incursión en el
servicio público en lo que fue el Gobierno de Ciudadanos, Sara Valle fue un
relajo. No desplegó un liderazgo respetable, ni proyecto alguno que se respete.
Terminó peleada con los ediles del PRD, del PAN y del PRI y participó en la
clausura del periódico La Voz del Puerto y del juzgado civil.
En ese entonces, el
presidente nacional del partido del sol azteca era AMLO y en Sonora, el partido
lo controlaba “El Tragabalas” Jesús Zambrano, quien se movió con la fracción
perredista en el Congreso del Estado para sacar su revocación de mandato, cuyo
proyecto elaboró Marco Antonio “El Pipo” Andrade, director jurídico del órgano
legislativo y con perfil izquierdoso por provenir del PSUM.
A sabiendas de lo anterior,
los hombres del dinero y de la grilla no quieren que se repita tan fallida
estrategia, pero no han cuidado las formas, ni el fondo. Van por todo. El
megaproyecto de desarrollo de la zona conurbada Guaymas-Empalme-San Carlos,
bien vale el esfuerzo y el disfraz.
El Acueducto Independencia y
el gasoducto de la empresa IEnova, construidos e introducidos sin consulta de
la etnia yaqui fueron las primeras muestras a modo de prueba.
LA ESQUIZOFRENIA TOCA A LA PUERTA
Ver reunidos bajo la bandera
de sacar a Guaymas del atolladero, a los prohombres del municipio, empresarios
prósperos y quebrados, ex candidatos triunfantes y derrotados, a quienes fueron
buenos funcionarios y ratas de alcantarilla, a corruptos y gente sana, a
perseguidos y perseguidores, es esquizofrénico.
Está raro, por ejemplo, el
hecho de que Sara Valle, ha sido candidata a la alcaldía de cuatro partidos
políticos, a saber el PRD de 1997 a 1999 y ahora del PT, Morena y PES. Todo un
record Guiness.
En cambio, el Morroño Llano
Zaragoza, lo fue una vez del PRI y la otra un intento fallido en el 2000. José
Ramón Uribe, la buscó en 1991 por el PAN y el triunfo en las urnas le fue
arrebatado y negociado por el Jefe Diego. Bajo las siglas del PT, no corrió con
suerte “El Flaco”.
GANAR EN LA MESA LO QUE SE PERDIÓ EN LAS URNAS
Con la intención de
restablecer el orden y progreso a Sara le fue presentado un análisis de la
situación de Guaymas en múltiples rubros.
Fue el ingeniero Jorge Falcón
del equipo del ex candidato independiente, Ernesto Uribe Corona, quien presentó
el diagnóstico, lo único que le faltó incluir fueron los nombres de los
responsables del desastre. Tal vez algunos de los presentes por pundonor se
hubieran escabullido del evento.
Porque si la apuesta era
apelar a la amnesia de la ciudadanía guaymense, para que quedaran en el olvido
agravios o personajes encargados por décadas al saqueo de los bienes públicos
municipales, que van desde el apañe de grandes extensiones de terrenos,
privatización a modo del servicio de limpia, amañados créditos
multimillonarios, luminarias extraviadas, extraño manoteo en compra de
patrullas, inclusión de aviadores, lotes dados como regalos a ediles por su
voto, chatarra vehicular vendida como ganga, quita de prediales acumulados
hasta bancas de plazas públicas y lámparas desmontadas de la postería para
reparación, pocos exalcaldes y exfuncionarios quedarían con la cabeza en el
cuello. Los nombres los puede escoger el amable lector.
Para garantizar que quedara
Mónica Marín, como sucesora de César Lizárraga, se aplicó un método muy
convincente: escriturarle un terrenito a nombre de su preferencia a los
regidores no panistas de cabildo. Piense mal el lector y acertará.
Otro detalle, es colocar en
los puestos públicos y por ende dentro de la nómina de la comuna a allegados e
incondicionales, aunque sean “golondrinos”, como lo hicieron “La Happy Family”
de Mundo Chávez y Otto Claussen, a quien los priístas porteños le reclamaron no
tomarlos en cuenta y tener chambeando pura gente sin militancia tricolor. De
César Lizárraga, se reclamó que ignoró olímpicamente a los panistas.
Como “La banda de Sinaloa”,
fue conocido el grupo del que se rodeó Florentino López Tapia.
Bernardino Cruz Rivas, con
todo cinismo, al estilo de “El Varguitas” de la película La Ley de Herodes de
Luis Estrada, llegó a modificar el Reglamento Interior del Ayuntamiento para
que la residencia y vecindad no fuera impedimento.
Como se ve la corrupción de
los particulares, como la de los funcionarios públicos ha resultado igual de
perniciosa, por lo que el Sistema Nacional o Estatal Anticorrupción tiene un
chambón para detectar a tanto gandalla. El exgobernador Guillermo Padrés y la
Fiscalía Anticorrupción de mentiritas ya son todo un caso.
ENTRE MÁS OBRA, MÁS SOBRA
Como es sabido, desde siempre
el alcalde en turno sin excepción trae consigo a su construcción de cabecera al
que le canaliza lo fuerte de la obra pública, siguiendo la conseja del jefe del
grupo Atlacomulco, el profe Carlos Hank González, de que entre más obra, más
sobra.
Jesús “Chuy” Fajardo, lo fue
con Carlos “Bebo” Zataraín, y le tocó la construcción del relleno, el Tony
Sartié con el Toñito y el excandidato del PAN-PRD Jesús “El Negro” Saldaña, con
César Lizárraga, en un modus operandis acostumbrado por el presimuni en turno.
LOS CRUZADOS DE SARA
Entre los exalcaldes
capitaneados por el Morroño Llano y los hombres de negocios empeñados en poner
a Guaymas en el primer mundo y convertirlo en el Tigre del Mar de Cortés, suman
más de 30 mentes maestras. Pura buena conciencia.
Gabriel Véjar, Luis Felipe
Seldner Tonela, Octavio “Tavo” Llano, Joserra, Enrique Rodríguez Pompa, Luis
Caballero, Jorge Falcón y otros personajes conforman esa horda especie de
Caballeros Templarios o de la mesa redonda, que buscan acompañar a la Valle en
su cruzada.
Lo anterior ha hecho exclamar
a más de un observador que no se conocía que hubiera tanto sabiondo y
sacrificado en el “Manicomio sin bardas”, cuyos problemas decía muy propio en
el Café Colón de la María Becerra Rogelio Hugo Castro Montijo “El Conde
Montijo”, se arreglan con dos o tres funerales lujosos.
O sea que para “El Loco”,
fundador del Partido Imperialista Sonorense, los dichosos talleres de inducción
como al que asistió Sara, salían sobrando.
Como dato curioso, se sabe
que Arturo Bours, el suplente del senador Alfonso Durazo, promueve un montón de
proyectos para la región.
El olvidado mensaje de las
urnas
Lo que parecen no entender
los miembros de la élite porteña y sus secuaces, parte del problema que agobia
a Guaymas, es que el voto del pasado primero de julio fue de hartazgo ante la
corrupción, la impunidad y los malos gobiernos.
El detalle es que en política
es común el que se vuelva a tropezar con la misma piedra…
(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ LA VIÑA DEL SEÑOR/ 07
SEPTIEMBRE 2018)
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