El presunto suicidio de un
estudiante de la Prepa Tec de Monterrey se da a menos de dos años del tiroteo
en el Colegio Americano del Noreste, y a más de ocho del asesinato de dos
universitarios del ITESM
El hallazgo de un joven
muerto de un disparo de arma de fuego en la cabeza en la Prepa Tec campus Valle
Alto al sur de Monterrey, Nuevo León, se suma a otras tragedias suscitadas en
centros de estudio de la capital de Nuevo León que han enlutado a la sociedad
regiomontana.
A reserva de la investigación
oficial, la información preliminar acerca del incidente de esta mañana en el
plantel educativo del Tecnológico de Monterrey apunta hacia un suicidio.
Esta muerte en una
institución ocurre a menos de dos años de la tragedia del Colegio Americano del
Noreste, un colegio privado, ubicado también en el sur de Monterrey.
La mañana del 18 de enero de
2017, Federico Guevara un estudiante de 15 años de secundaria, disparó un
revólver en contra de sus compañeros de clase y de su maestra y después se
disparó en la boca, dejando una sociedad conmocionada que no había presenciado
un acto de esta naturaleza.
Tanto el agresor como la
profesora Cecilia Solís perdieron la vida, ésta última más de dos meses después
del ataque. En las imágenes captadas por una cámara del plantel, se observa
como el estudiante saca de su mochila el arma y comienza a disparar,
ocasionando que la mayoría de sus compañeros huyan del salón de clases. Otros
tres alumnos que resultaron heridos pudieron recuperarse, aunque la tragedia
dejó marcas profundas en la sociedad nuevoleonesa.
Posteriormente se supo que
Federico sufría cuadros de depresión, y que el arma con que perpetró el ataque
era parte del arsenal de su padre, con quien practicaba la caza deportiva.
En marzo de 2010, en el
Tecnológico de Monterrey se viviría uno de los episodios más oscuros de las
Fuerzas Armadas en la historia reciente, durante la época más álgida de la
llamada guerra contra el narcotráfico.
La noche del 19 de marzo, dos
estudiantes del plantel ubicado en las avenidas Eugenio Garza Sada y Luis
Elizondo fueron asesinados por miembros castrenses, quienes además intentaron
criminalizaran a los alumnos Jorge Antonio Mercado Alonso y Javier Francisco
Arredondo Verdugo.
En las primeras versiones se
indicaba que los jóvenes, de quienes se dijo eran presuntos sicarios, iban
fuertemente armados y que habían atacado a los militares, siendo esa la razón
por la que fueron abatidos. Incluso los soldados modificaron la escena del
crimen para darle verosimilitud a la teoría.
Sin embargo, pronto esta
teoría terminaría cayendo, pues los presuntos delincuentes eran estudiantes
destacados del Tec, quienes habían sido asesinados por las Fuerzas Armadas, sus
cuerpos manipulados, golpeados y rematados con el tiro de gracia. Una tragedia
que mancharía a la Sedena.
(REPORTE INDIGO/ CARLOS SALAZAR/ SEP 10, 2018)
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