En lo que será su primera
gira por tierras sonorenses luego de la elección de la que emergió ganador
absoluto, Andrés Manuel López Obrador, programó reunirse en privado con la
gobernadora Claudia Pavlovich Arellano, a quien su movimiento derrotó en toda
la línea.
Según informaron los voceros
de Morena, Jacobo Mendoza y Jorge Taddei Bringas el periplo del Peje, iniciará
el día 21 de septiembre en San Luis Río Colorado, luego visitaría plazas de
Nogales y el 22 Guaymas y Ciudad Obregón.
En el ambiente posterior al
primero de julio quedó flotando la idea de que el mero nombre de López Obrador,
se impuso a todo el aparato político del beltronismo enquistado en la
administración estatal y de paso sobre el PRIAN y el frente anayista PAN-PRD-MC,
impulsado por el clan Bours aliado a Ramón Corral Avila y que condensó la
candidatura al senado de Antonio Astiazarán y Letty Cuesta, pieza de la Lola
del Río.
A partir de ese contexto es
válido cuestionarse: ¿Qué tiene que ofrecerle la gobernadora a López Obrador,
luego de su maniobra para despojar de facultades a la futura mayoría morenista
en el Congreso estatal?
SÍNTOMAS DEL DETERIORO
El provocador y desafiante
paro de los concesionarios del transporte público aglutinados en la Sociedad
Integradora y Concentradora del Transporte
Urbano en las principales ciudades de la entidad que gobernará la
izquierda a partir del 16 de septiembre, en lectura de algunos observadores,
vino a confirmar algo que todo mundo sabía: Que la gobernadora Claudia Pavlovich,
es una política derrotada a la que el poder se le escapa de las manos.
Su partido, el PRI, fue
mandado por los electores el pasado primero de julio a formar parte de la
chiquillada. Su otro partido de apoyo, el PANAL, terminó perdiendo el registro
y está en proceso de liquidación y ya coquetea con las nuevas mayorías. El
PVEM, su otrora aliado de mayor confianza, cambió de afectos y le prestó cinco
diputados a Morena en San Lázaro para que alcanzara la mayoría absoluta.
EJERCICIO PARA SACAR EL CHAMUCO TRICOLOR
Tan duro fue el porrazo al
tricolor que se hizo pertinente que la mismísima Claudia Ruiz Massieu, se
hiciera presente en el nido de “El Chanate” Gilberto Gutiérrez Sánchez, para
sobarles el chipote a los desubicados priístas, quienes el día 8 de septiembre
estaban convocados a un “Diálogo entre militancia y clase política”.
Se supone que el evento sería
sin monólogos, ni discursos dosificados, como se estilaba en la vieja escuela,
todo en aras de sacar el chamuco y desterrar las malas vibras que dejaron las
candidaturas fracasadas de “El Maloro” Acosta, el Pato de Lucas, Pano Salido,
Iris Sánchez, Susana Corella, Otto Claussen, Eme Ochoa y demás fallidos
suspirantes.
UN TIRO CANTADO
A días de las elecciones el
gobierno claudillero promovió una batería de reformas legales autoritarias para
neutralizar a la fuerza política que la venció en las urnas y eso la enemistó
con la aplanadora guinda que ya empezó a gobernar el país. Olga Sánchez Cordero
y Alfonso Durazo, anunciaron que tumbarán dichas reformas.
Y como al parecer el día 13
de septiembre, dos antes de que asuma la nueva mayoría de la coalición “Juntos
Haremos Historia”, el poder legislativo local, se vence el término para
impugnar vía controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia de
la Nación, las dichosas reformas aprobadas por el PRIAN y se requiere de un 33%
de los integrantes del “Congrueso”, los diputados federales pejistas acudieron
ante Alberto Elías Beltrán, encargado del despacho de la PGR, la otra instancia
autorizada para hacerlo, para que aventara el tiro.
Se habla incluso de
“negociaciones” para que el PRI y el PAN, pues el PRD perdió el registro en el
estado, vayan juntos en el Congreso local, para dar la pelea a la barredora de
la coalición “Juntos Haremos Historia”.
BIENVENIDA A LA REALIDAD SEÑORA GOBERNADORA
En el fondo, el paro
transportista a pesar del endurecimiento del puño claudillero ante el chantaje,
dañó la imagen de la gobernadora, al evidenciar su falta de capacidad política
y operativa para atender un problema que se ha venido agudizando con el tiempo
y que pega en el grueso de la población usuaria de dicho servicio público.
Antes del cale de los
concesionarios, varios eventos de repercusión política que se han venido
presentando uno tras otro, no auguran nada bueno:
En el camino de la transición
cayó en desgracia el cacique político del PT y ave de tempestades, Jaime Moreno
Berry, por decisión de Alfonso Durazo y de Alberto Anaya, el dueño de la
franquicia fundada por Raúl Salinas de Gortari, “el hermano incómodo”, para
competirle y restarle votos al PRD en la izquierda.
El petista estorbaba al
proyecto encarrilado hacia el 2021 y se estaba convirtiendo en una piedra en el
zapato de los morenistas al insistir que sus legisladores irían por la libre en
el Congreso del Estado.
Fuera de la jugada Moreno
Berry, los cañones del morenismo apuntan hacia la enemiga jurada que osó retar
a quienes están a días de asumir el poder en la entidad y que a nivel federal
no tendrá contrapesos reales.
Javier Villarreal, el zorro
jerarca de la CTM estatal, en una maniobra que se vio como de deslinde y de
desmarque del PRI para acomodarse a los nuevos tiempos, anunció hace días que
la central obrera registraría una agrupación política ante el IEE.
El pleito que sube de tono
entre los dos mentores de “La Güerita”, uno del pasado como Eduardo Bours y
otro del presente como Manlio Fabio Beltrones, y cabezas de dos de los más
grandes y poderosos grupos políticos que actúan al interior del PRI y con
espacios en el gobierno claudillero, tampoco es buena noticia, pues en un descuido
la gobernadora podría quedar en medio del fuego cruzado de tales egos.
Tampoco es nada grato el
mensaje que envía el diferendo a muerte entre dos figuras del gabinete de
Claudia como Enrique Claussen y “El Potrillo” Miguel Ernesto Pompa Corella, que
cuentan con sus propios seguidores al interior de la administración estatal, lo
que ya habla de falta de control político sobre quienes tienen la
responsabilidad de sacar avante la tarea de gobierno.
La puesta en duda por parte
de un tribunal federal respecto de la constitucionalidad de la conformación de
la Fiscalía Anticorrupción, el engendro más emblemático del sexenio
claudillero, es un descalabro que causa estragos en la moral pública de quienes
tenían cifradas esperanzas de con el regreso del PRI a poder ejecutivo se
castigarían los excesos del padrecismo.
EL IRREVERSIBLE CICLO DE DECLINACIÓN DEL PODER
Con el inicio del segundo
tramo del período de gobierno empieza la declinación del poder del gobernante
en turno y comienza la lucha por el acceso a este entre los actores políticos
con la fuerza para alcanzarlo en la próxima contienda.
Esa es una regla de oro del
sistema político mexicano que se cumple puntualmente y permite la circulación
de las élites en el poder.
Una muestra patética del
poder que se esfuma entre las manos es el del todavía presidente formal Enrique
Peña Nieto, a quien reportan como el solitario de palacio del que poco queda de
aquel político al que la revista Time calificó como el salvador del país.
El escenario que enfrenta
Claudia Pavlovich, y que amenaza con ponerse peor de adverso ante las carencias
de sus operadores políticos, es solo un indicio de que ya se está quedando sin
poder e influencia, lo cual es percibido por los grupos rivales que actúan en
consecuencia. El irreversible ciclo de eclipse del poder inició con el
resultado electoral.
No fue nada gratuito que los
electores sonorenses hayan decidido cobrar en las urnas las afrentas de la
clase política fallida representada por el PRI, el PAN y el PRD y el gobierno
claudillero.
A mediados de mes el Peje y
los suyos, tomarán el control del Congreso del Estado y 18 alcaldías
importantes, en lo que representará un escenario nada favorable para PRI y su
gobernadora.
La recomposición del poder en
Sonora, quieran o no, se aproxima a pasos agigantados…
(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ LA VIÑA DEL SEÑOR/ 09
SEPTIEMBRE 2018)
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