La
Sierra de la Laguna se caracteriza por ser considerada “El tinaco” de agua
dulce del Estado de Baja California Sur. Está en peligro mortal.
En
el lugar las precipitaciones son en promedio anual de 600 mm, allí se concentra
el 80 por ciento del agua que se consume durante el año.
Según
estudios fisiográficos, esta región localizada en el extremo meridional de la
península de Baja California sur, es una cordillera compuesta por montañas,
colinas, mesas y llanos con una área de 19 mil kilómetros cuadrados; hacia el
sur están Los Cabos: Pulmo, San José y San Lucas; hacia el suroeste el puerto
de La Paz; entre estos hay otras poblaciones como Las Cruces, Los Barriles,
Miraflores, San Ignacio, Todos Santos, El Triunfo y otros puntos más pequeños.
El pico más alto de esta sierra alcanza los 2 mil 90 metros.
Este
lugar permanece verde todo el tiempo, con árboles diversos entre los que
destacan, por su abundancia, los pinos y encinos, se puede decir que es un
oasis o una isla serrana verde en medio de un desierto; la fauna: lagartijas,
serpientes, gavilanes, águilas, halcones, búhos, lechuzas, conejos, ardillas,
liebres y zorrillos.
En
tiempo de lluvias el descenso deja ver las venas de los arroyos que irrigan la
zona; el agua que cae del cielo se almacena en el subsuelo; sirve
principalmente, para sofocar la sed y las necesidades de aproximadamente 830
mil habitantes. Desde el año de 1950, empresarios mexicanos y extranjeros
iniciaron una dinámica empresarial para convertir estos lugares en uno de los
más importantes destinos turísticos del país, ello produce el 91 por ciento del
PIB del Estado Californio.
La
Baja sur es de una belleza excepcional, gracias a la diversidad de su
composición desértica, de valles y zonas serranas rodeadas por las aguas del
Océano Pacífico y el Golfo de California. La industria turística cobra
relevancia mundial por sus actividades culturales y deportivas de alto rango:
torneos de golf, tenis, triatlón airon man, tirolesas, carreras como la famosa
Baja mil y multi campo traviesa, campismo y excursionismo.
También
hay importantes encuentros teatrales, muestras de cine, infinidad de
expositores y vendedores de la famosa artesanía mexicana que se codean con
creadores famosos en el arte de la pintura y la escultura, todo ello expuesto
en galerías de fama como la del pintor y escultor sinaloense Sergio Bustamante.
Hasta
aquí, la nostalgia es bella y promisoria, pero por desgracia todo esto ahora
está en peligro. La amenaza viene de un descabellado proyecto: La explotación
de una mina a tajo abierto, precisamente para desarrollarse allí: en La Sierra
de la Laguna.
Un
poco de historia. Según estudios —1983— del Centro de Investigaciones
Biológicas del Noroeste, SC con sede en La Paz, el área cuenta con recursos
minerales de los que se pueden extraer 8 gramos oro/ton y 850 gramos plata/ton.
En base a estos estudios y los propios de la empresa canadiense Baja Gold
Incorporated, en el año de 1992 obtuvo la concesión correspondiente por parte
del Gobierno Federal para establecer una mina a cielo abierto en el predio
conocido como “Paredones amarillos”.
Este
predio se encuentra dentro de la zona de amortiguamiento de la Reserva de la
Biosfera. La recomendación de SEMARNAT fue que reforestaran una vez terminada
la explotación. Lo que no se puede hacer por las condiciones en que quedan los
terrenos.
En
el año 2009, la Procuraduría de Protección al Ambiente canceló el proyecto
porque detectaron fallas en el cumplimiento de las condiciones establecidas.
El
Grupo Salinas, fundado por don Ricardo Salinas Pliego, dueño de TV Azteca,
tiene varios proyectos de minería. En Baja California Sur, el Grupo Invecture,
propiedad del señor Salinas, posee la concesión de un proyecto en la Reserva de
la Laguna.
Para
lograr el proyecto de explotación de esa mina a cielo abierto, la Senadora por
el Partido Verde, Ninfa Salinas promovió la aprobación de una iniciativa de Ley
General de Biodiversidad; para tal efecto, fue necesario que primero el Cabildo
del Municipio de La Paz aprobara tal iniciativa, lo cual se realizó en lo
oscurito, por supuesto, y enseguida se envió a la cámara de diputados para su
aprobación, lugar donde permanece “congelada”, mas no cancelada. De ahí que la
amenaza de ponerse en marcha el proyecto, es latente. Otra empresa: Desarrollos
Zepal, S.A. de C.V., es la que obtuvo, mediante la compra del 60 por ciento de
las acciones de la empresa canadiense Gold Incorporated, y fue así que tomó las
riendas del negocio.
Lo
grave de este asunto es que para explotar una mina de cielo abierto, los
expertos afirman que para obtener los resultados que ellos esperan, se hace
necesario usar entre 20 a 40 toneladas diariamente de explosivos y químicos
como cianuro, arsénico, ácido sulfúrico, plomo y mercurio, que se derraman y
penetran en los mantos friáticos que dejan contaminados, envenenados de por
vida, es decir, sin agua para uso humano, en este caso para una población de
830 mil habitantes. Dañando también a la industria turística, ganadera y
agropecuaria.
Un
activista social, un anti-minero: David Sosa Pérez, fue quien estuvo al frente
de la Sociedad Organizada Sudcaliforniana (S.O.S), manifestando y arengando a
la sociedad para defender La Biósfera de la Sierra de La Laguna y otros lugares
como El Triunfo y San Antonio, donde las explotaciones mineras habían
contaminado, causando efectos nocivos en la población.
Este
hombre desapareció en un punto entre San José del Cabo y Cabo San Lucas, el 24
de octubre de 2011. A pesar de que cientos de sus compañeros lo han buscado
desde entonces, nada han sabido de él; su esposa y sus hijos todavía lo
esperan. La S.O.S. consigna: ¡No queremos oro, necesitamos agua: es vida! Y
siguen reclamando la aparición de David.
Los
familiares, amigos y la sociedad en general, siguen exigiendo ¡Justicia!
¡Justicia! ¡Justicia! Para Javier Valdez Cárdenas. Falta detener a los que
ordenaron su muerte, y saber por qué lo hicieron.
*Escritor.
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Fuente
de datos: Wikipedia.
Artículo
publicado el 27 de mayo de 2018 en la edición 800 del semanario Ríodoce.
(RIODOCE/ LEÓNIDAS ALFARO BEDOLLA / 29
MAYO, 2018)
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