Los ataques contra personas y colectivos que defienden
los derechos humanos en el país constituyen una práctica generalizada en
México, lo que refleja la falta de voluntad del Estado para proteger a las
personas defensoras. El último caso en salir a la luz pública es el de la
activista y defensora de los derechos humanos, Yndira Sandoval Sánchez, quien
fue sometida por una policía de Tlapa, Guerrero, identificada como Claudia
Juárez Gómez. La oficial le manoseó los senos le bajó el pantalón e introdujo
sus dedos de manera violenta en su vagina.
La defensora de los derechos humanos denunció los
hechos, situación que provocó que su casa fuera allanada y que incluso
recibiera amenazas de muerte, sin embargo, dice, seguirá buscando justicia.
Ciudad de México, 22 de
octubre (SinEmbargo).– La activista y defensora de los derechos humanos, Yndira
Sandoval Sánchez, fue detenida, torturada y violada por policías de Tlapa de
Comomfort, Guerrero, luego de que participara en una conferencia en la
Universidad Autónoma de Guerrero sobre la violencia contra las mujeres.
En entrevista con La Jornada,
Yndira Sandoval, relató que los hechos ocurrieron el pasado 16 de septiembre en
Tlapa. La activista recordó que durante su estancia se accidentó con un clavo
que le lastimó una zona cercana a un seno, motivo por el cual decidió acudir
con un compañero con el que viajaba a la Clínica San Antonio para recibir
atención médica.
La activista contó que en
primera instancia el doctor le cobró 2 mil pesos, pero ante la insistencia bajó
el costo del servicio a 900 pesos. Cuando Yndira intentó pagar con su tarjeta,
el médico le explicó que sólo aceptaba dinero en efectivo y que tenía que
buscar un cajero para poder cubrir los gastos.
Cuando salió de la clínica
recordó que había olvidado su teléfono celular y regresó. Fue en ese momento
cuando se percató de que seis elementos de la policía municipal de Tlapa
intentaban detener a su compañero por supuestamente haberse negado a pagar la
cuenta del doctor.
¿Por qué lo detienen? Soy
defensora de derechos humanos, les dijo, y un agente le contestó: “usted
también está detenida”.
Yndira Sandoval, relató al
medio que se negó a subir a la patrulla, pero una oficial, identificada con el
nombre de Claudia Juárez Gómez, la aventó hacia el interior de la batea de la
camioneta y la apretó de la herida a pesar de que la joven le había dicho que
estaba lastimada.
“Todo el trayecto hacia la
comandancia municipal me tuvo de rodillas, jalándome el cabello hacia atrás,
apretándome la herida y me preguntaba, riéndose: ‘¿Te duele?’”.
Una vez que fue trasladada a
la cárcel municipal de Tlapa, Yndira fue ubicada en una celda, en donde fue
sometida por la policía Claudia Juárez Gómez. La oficial le manoseó los senos
le bajó el pantalón e introdujo sus dedos de manera violenta en su vagina.
“Me penetró con sus dedos, me
lastimó mucho. Luego me soltó, me aventó, me pateó, mientras otra mujer
policía, cómplice, vigilaba la entrada a la celda. Yo ya no sabía qué seguía
después de la tortura”, relató Sandoval Sánchez a La Jornada.
Tras ser agredida
sexualmente, Yndira fue liberada. Pero ese era tan sólo el inicio de un
viacrucis que continúa hasta el día de hoy, pues ha vivido en carne propia las
burlas, la inoperancia de los servidores públicos y la manera en las que son
expuestas las mujeres víctimas destaques sexuales.
Un día después, el 17 de
septiembre Yndira presentó una denuncia ante la Fiscalía General de Guerrero,
en la Unidad de Investigación 1 Especializada en Delitos Sexuales y Violencia Familiar
Región Montaña, con la carpeta número 12080470200090170917, y el 13 de octubre
ante la Procuraduría General de la República (PGR), con la célula de
investigación de la agencia tercera de la Fiscalía Especial para los Delitos de
Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra) y la carpeta
FED/SDHPDSC/FEVIMTRA-GRO/0000634/2017.
Pese a las circunstancias, la
defensora de los derechos humanos ha continuado con las denuncias que ha
provocó que su casa fuera allanada y que incluso recibiera amenazas de muerte,
sin embargo, dice seguirá buscando justicia.
“El hecho que me violara una
mujer me confirma que nos está carcomiendo el propio sistema, que normaliza la
violencia y nos quiere obligar a pensar que este es nuestro destino. Las
instituciones están podridas. Quiero caminar sin miedo; el Estado me pudo haber
quitado la seguridad, pero no me va a quitar ni la dignidad ni mi vocación de
seguir defendiendo los derechos de las mujeres”.
Los ataques contra personas y
colectivos que defienden los derechos humanos en el país constituyen una
práctica generalizada en México, lo que refleja la falta de voluntad del Estado
para proteger a las personas defensoras.
Al menos mil 37 personas (273
indígenas) y 422 colectivos defensores de derechos humanos sufrieron algún tipo
de abuso en lo que va del sexenio de Enrique Peña Nieto, y hasta julio de 2017
se contabilizaban 106 defensores asesinados y 81 desaparecidos, reveló un
informe de la Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos “Todos los
derechos para todas y todos”.
Por regiones, el 69 por
ciento de los casos se concentra en siete entidades: Chiapas, Oaxaca, Ciudad de
México, Guerrero, Veracruz, Estado de México y Puebla.
(SIN EMBARGO/ REDACCIÓN / OCTUBRE 22, 2017, 5:35 PM)
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