Mientras que el Gobierno Federal lanza proyecto tras
proyecto para tratar de rescatar a la vaquita marina, miles de pescadores de
San Felipe se encuentran en la incertidumbre debido a que los apoyos económicos
terminarán en diciembre, la última esperanza podría ser la pesca legal de
totoaba, afirman
Como en una novela
surrealista, la última esperanza para que pueda sobrevivir la vaquita marina
viene de Splash, Fathom, Katrina y Andrea, cuatro delfines nariz de botella
entrenados por la Armada de Estados Unidos para rescatar a la especie en
peligro de extinción.
El gobierno Federal ha
intentado todo para salvar a la vaquita, aunque pareciera que ha sido
tardíamente e inventando sobre la marcha; la última estrategia fueron los
cuatro delfines que tienen como misión localizar ejemplares de la vaquita
marina para conducirlos a un encierro “santuario”, con el fin de evitar la
extinción del cetáceo más pequeño del mundo.
Esta última acción forma
parte del programa de Conservación, Protección y Recuperación, el cual amplía
el polígono de protección en el Alto Golfo de California, de 126 mil a 1 millón
300 mil hectáreas.
Incapaz de contener la pesca
furtiva de la totoaba, otra especie catalogada en peligro de extinción y muy
cotizada en los mercados asiáticos, el gobierno mexicano se ha concentrado en
la prohibición de redes enmalle y la suspensión de la pesca en la zona, con un
alto costo de indemnización, el cual parece no dar resultados, ya que el último
censo revela la presencia de tan solo 30 mamíferos, la mitad de las 60 cuando
inició el programa.
Por otro lado, San Felipe
perdió su atractivo turístico y ante la imposibilidad de pesca, decenas de
negocios han cerrado, dejando una fuerte crisis económica en el área, aunado a
un alto nivel de drogadicción y robos.
La indemnización que otorgó
el Gobierno Federal fue mal planeada y como lo documentó ZETA en su momento,
dejó a cientos de inconformes que fueron dejados de lado en el programa
federal, puesto que los dueños de embarcaciones decidieron inscribir a hijos,
esposas y parientes en lugar de a su tripulación.
Aunado a ello se han
intentado realizar otras artes de pesca sin buenos resultados; por ello,
pescadores de San Felipe se encuentran preocupados ahora que la veda y los
apoyos económicos terminen este diciembre.
Diversos grupos coinciden en
que solo la pesca deportiva de la totoaba podría salvar al puerto y con ello
regular su comercialización, además que se protegería la vaquita marina al no
permitir embarcaciones piratas en el mar.
Sunshine Antonio Rodríguez
Peña, presidente de la Federación de Cooperativas Ribereñas del Puerto de San
Felipe, señaló que aún no se tiene definida un arte de pesca para cuando los
pescadores vuelvan al mar. Coincidió que una opción a la problemática sería la
pesca deportiva de la totoaba, dado que, según los últimos estudios, existe una
buena población del pez en la zona.
“Los permisos van a ser para
el sector pesquero, no solo sería la solución a la ilegalidad, sería la
solución a muchos años de retrasos en el factor pesquero que podría detonar
como el marlín en Cabos San Lucas; con buenos estudios, buenos eventos de pesca
deportiva que dejarán mucha más derrama deportiva que una 250 (carreras fuera
de camino) por la captura de la totoaba”, señaló Sunshine.
El líder de los pescadores
indicó que el proyecto de pesca deportiva se presentó hace más de dos años al
Gobierno Federal, en ese tiempo se realizaron los estudios en los que
comprueban que hay una biomasa saludable, por lo que existe la factibilidad de
hacer una pesca sustentable con cuota, en febrero.
“Siempre hemos dicho que la
red de arrastre que nos impusieron por norma no sirve y ahora Inapesca decreta
que no es sustentable y no es buena para el Alto Golfo porque es donde se
reproducen los alevines y esa red tenía una fauna de acompañamiento de 10 kilos
por un kilo de camarón”, por lo que consideraron inviable utilizar esta arte de
pesca.
El presidente de la
Federación explicó que el gobierno mexicano no tiene la capacidad para cubrir
todo el litoral, por lo que le ha resultado imposible detener la pesca ilegal
de totoaba, por lo que al sacar a los pescadores del agua, les dejó todo el
terreno a los traficantes.
“Lo curioso es que nosotros
en 20 años que estuvimos pescando, jamás encontramos una vaquita marina
flotando, ahora que no estamos trabajando, aparecieron tres, entonces ahí te
dice que es lo que cada quien está haciendo y que tanto está afectando, pero
los ambientalistas ocupaban a un enemigo para convertirlo en un acuario”,
expuso.
Dijo que para principios de
diciembre tienen contemplado regresar al mar con redes prototipo “suriperas” y
dijo estar esperanzados en que funcionen.
Por su parte, Ramón Franco
Díaz, presidente de la Federación “Andrés Rubio Castro”, indicó que el arte de
arrastre denominado “Chango” no funcionó, por lo que, desde noviembre de 2016,
quedó descartada por el sector pesquero.
“Hasta ahorita no tenemos un
arte definida de cómo vamos a trabajar, es muy importante empezar a trabajar
para ver qué pasa con el sector pesquero después del mes de diciembre”.
El líder de pescadores indicó
que la última propuesta es la utilización de redes “suriperas”, que se utilizan
en otras partes del país, en bahías y esteros, por lo que no se ha probado en
una región como la de San Felipe, y buscan realizar un muestreo masivo de 300
pangas, 200 de ellas del Golfo, para que salgan en las mismas fechas y poder
hacer un análisis de la efectividad de la red.
“Nosotros propusimos la
compensación hasta el mes de diciembre para darle tiempo a trabajar en lo que
resta del año con estas suriperas para ver al final del día, para el mes de
diciembre, antes de que los funcionarios se vayan de vacaciones, hacer un
análisis de los tres meses que se trabajen y ver cómo queda la productividad,
para poder sacar un dictamen de decir si funciona o no”, explicó.
El líder de la cooperativa
indicó que desde 2015 empezaron a aparecer las vaquitas muertas, ya que,
afirma, dejaron el mar libre a los ilegales que utilizan las redes
“totoaberas”, las cuales son muy efectivas para que la vaquita se enrede por el
diámetro de las mismas.
“Lo que hace el pescador
furtivo, va y tira su red y se viene y la deja ahí, al día siguiente con el GPS
la localiza y la levanta para revisarla, pero esa red dura toda la noche o
hasta 24 horas en el agua, esa es la trampa mortal para la vaquita”, señaló.
En cuanto a la pesca
deportiva de la totoaba, dijo que se está proyectando con el Gobierno Federal
con la finalidad de que ese producto sea aprovechado por la comunidad
organizada.
“En caso de que no pudiéramos
seguir trabajando con nuestras redes tradicionales, entonces esa sería una
válvula de escape, porque es una pesca con anzuelo, lo estamos solicitando de
una manera equitativa para cada cooperativa, que sea el pescador regulado quien
tiene sus permisos, quienes puedan aprovechar el recurso”, dijo el pescador.
Por su parte, el diputado
local, Eugenio Núñez, dijo que la pesca deportiva de la totoaba está cerca de
ser una realidad, aunque acusó al Gobierno Federal de no entender la región,
por lo que consideró muy tardado el último intento de salvar a la vaquita
marina.
“Ahora con las famosas 30
vaquitas que quedan, ponen este gran esfuerzo y gran cantidad de dinero con muy
poca posibilidad y al final de cuentas, yo hago responsable al Gobierno
Federal. Si no se avanza con esta posibilidad y obviamente perdemos esta especie,
el Gobierno Federal será el responsable por la manera tardía como ha
reaccionado”, indicó el legislador.
Núñez dijo que se han
entregado mil 600 millones de pesos a los pescadores de la zona, cuando se
debieron dar apoyos de desarrollo económico para impulsar el sector turístico y
desarrollo de la región. Señaló que la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos
Naturales mantiene pendiente un estudio de conteo de población de la totoaba
por casi 10 meses, por lo que han exigido y presionado para que ya den el
resultado.
BUSCAN TENER VAQUITAS EN CAUTIVERIO
El último reporte que se
tiene de la vaquita marina es que apenas quedaban 30 ejemplares según el último
censo realizado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales,
expuso un funcionario de comunicación social de la misma dependencia.
El jueves 5 de octubre se
inauguraron las instalaciones terrestres y marinas de la Estación Naval de
Búsqueda y rescate de San Felipe (Ensar), donde buscan mantener a las vaquitas
marinas en cautiverio a fin de protegerlas.
Para la localizaron de los
especímenes se utilizarán delfines entrenados por la Armada de Estados Unidos,
los cuales al localizar al mamífero, saltan para avisar a las embarcaciones que
están guiándolos a las instalaciones terrestres con albercas de aguas saladas.
Personal de Marina y Semarnat
indicaron que al menos cuatro delfines fueron entrenados, los cuales no cuentan
con sensor y solo trabajan por jornadas de dos horas.
En las albercas de aguas
saladas, las vaquitas estarán 48 horas para adoptarse, después serán
depositadas en un encierro natural en el mar, que será vigilado por personal de
la Marina. Indicó que el mamífero es muy nervioso, por lo que en caso de no
adaptarse en esas 48 horas, tendría que ser liberado.
El funcionario federal
explicó que cada hembra de vaquita marina puede procrear una cría cada dos años
y tiene un proceso de gestación de casi 10 meses.
Desde el inicio del proyecto,
el polígono de protección de la Vaquita creció 11 veces, además de que tan solo
en apoyos a la población se han gastado 1 mil 200 millones de pesos en
compensación a pesadores.
Apoyado por personal de la
Marina, indicó que desde el viernes 6 de octubre llegaron investigadores de
Alemania, Países Bajos y México. En cuanto a los apoyos a los pescadores, el
funcionario dijo que aún no se ha definido la fecha de terminación, ya que
dependerá del éxito del proyecto. Además que la pesca ilegal de totoaba es el
mayor peligro para la vaquita marina, puesto que el kilo de buche en el mercado
ilegal puede llegar a costar a 100 mil dólares en China.
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA /CRISTIAN TORRES /LUNES, 16 OCTUBRE, 2017
12:00 PM)
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