Guillermo
Gutiérrez Riestra busca a su hija Raquel, desaparecida desde septiembre de 2011
cuando un grupo de Los Zetas se la llevó “a plena luz del día”. A casi seis
años de búsqueda, con apoyo de otros padres tienen información de que ella fue
vista en Tamaulipas y Nuevo León.
Pero
hoy también busca sobrevivir en “el hoyo negro llamado Tamaulipas”, gobernado
por el panista Francisco Cabeza de Vaca. A su juicio, el estado se encuentra
sumido en “una guerra civil” desatada por los cárteles y que pone en peligro la
vida de los familias convertidas en activistas.
Luchó
y obligó al Gobierno tamaulipeco a brindarle a él y a tres de sus compañeras un
escolta y ahora, en la Ciudad de México, da la batalla para que el Gobierno
federal refuerce su seguridad y evitar sumarse a la lista de padres que
encontraron la muerte en búsqueda de sus hijos.
Ciudad
de México, 2 de julio (SinEmbargo).– Raquel Gutiérrez Ruiz tenía 18 años cuando
desapareció el 1 de septiembre de 2011. “A plena luz del día” un grupo
perteneciente a Los Zetas se la llevó en Ciudad Victoria, Tamaulipas. Han
pasado casi seis años de ese terrible día y su padre Guillermo Gutiérrez
Riestra no ha dejado de buscarla.
“Tamaulipas
es un hoyo negro” dice el padre convertido en activista ante la falta de avance
de la investigación de las autoridades sobre el caso de Raquel. “Las
autoridades nada más levantaron un acta o sea no abrieron una investigación
sino un acta, y con un acta qué es lo que haces: la archivas y la guardas”,
explica el también abogado.
Su
analogía no carece de fundamento. Tamaulipas es el estado con más reportes de
personas sin localizar en el país: 5 mil 657 hasta abril de este año, según los
datos oficiales. Aunque ese “hoyo negro” se ha tragado a más personas, asegura
Guillermo, quien fundó el “Colectivo de Familiares y Amigos de Desaparecidos en
Ciudad Victoria”, mediante el que ha conocido de “más casos”.
Raquel
Gutiérrez, casi seis años desaparecida. Foto: Especial
Guillermo
explica que el plagio de su hija ocurrió en el contexto de la lucha entre Los
Zetas y el Cártel del Golfo por controlar el estado fronterizo del norte. En
esa guerra en la que los cárteles buscaban engrosar las filas de sus ejércitos
antes que un beneficio económico en especie.
“En
esos tiempos en esos meses se la habían pasado haciendo levantamiento de
jóvenes y no era un operativo para sacar dinero porque normalmente no pedían
rescate, sencillamente desaparecían los jóvenes”, rememora.
Esa
guerra se ha mantenido por años y hoy Gutiérrez Riestra asegura que la entidad
está sumida en un tipo de “guerra civil” con “huérfanos, desaparecidos, casas
abandonadas, ranchos abandonados” y donde “las carreteras no se pueden
transitar por la noche”.
Sin
embargo, él como otros tantos de sus compañeros se niegan a salir. “Vivimos en
este estado por la necesidad de encontrar a nuestros hijos, si no desde hace
mucho hubiéramos buscado otro lugar para vivir”.
Pero
el “Colectivo de Familiares y Amigos de Desaparecidos en Ciudad Victoria” no solo
quiere encontrar a sus familiares, también los reclama con vida.
“Nosotros hemos priorizado la búsqueda con
vida a diferencia de otros colectivos, nos solidarizamos con ellos cuando van a
escavar a la sierra o a buscar fosas, pero para nosotros eso significa quitarle
responsabilidad al Estado en la obligación de presentarlos con vida”, explica
el padre activista.
Raquel
tenía 18 años cuando desapareció,. Foto: Especial
Y
esa consigna le dio esperanza. Guillermo tiene reportes de que Raquel está con
vida.
“Hace
aproximadamente un año vieron a mi hija en una casa de seguridad en la ciudad
de Reynosa, por lo menos sé que está viva. Y recientemente esa misma búsqueda
que hacemos los familiares, porque nos comentamos, nos platicamos, alguien
tiene una investigación reciente de que a mi hija la vieron en Monterrey, Nuevo
León”.
Y
explica también explica que la última información fue de una compañera que
también tenía un familiar desaparecido y que lo encontró muerto. Nos asegura
que es mi hija, cómo le hace [para asegurarlo], me dice ‘es que vi la foto mil
veces [de Raquel] y a la que estoy viendo es a ella’ […]. Mi hija tiene una
página y se difunde mucho y donde quiera la foto es la misma“.
Gutiérrez
Riestra detalla que como colectivo intentan verificar que la información que
les llega es real antes de convertirla en una pista. “Ya sabemos una especie de
forma de saber si nos dicen la verdad porque cuando alguien te quiere
extorsionar pues inmediatamente te pide dinero o te habla o te exagera el
caso”.
Esa
lucha diaria de los activistas por indicios sobre el paradero de sus seres
queridos tiene un precio. Autoridades y crimen organizado, denuncia, lo han
amenazado y espiado. No sólo a él sino a otras compañeras de viacrucis.
El
caso de Miriam Rodríguez tal vez sea una muestra del costo de la batalla contra
el olvido a sus familiares en Tamaulipas. Ella fue ejecutada el pasado 10 de
mayo, Día de las Madres, por personas ligadas a la desaparición y asesinato de
su hija Karen Alejandra, crímenes que ella misma investigó y ayudó a llevar a
parte de los responsables a la cárcel.
Hoy
las autoridades del Gobierno de Tamaulipas reconocen que algunos de los presos
que participaron en el asesinato de Karen escaparon en marzo pasado del penal
de Ciudad Victoria también dieron muerte a su madre.
Este
asesinato puso en los medios la situación en la que por años, dice Guillermo,
han tenido que trabajar y sobrevivir. Y en estos últimos días ha fortalecido su
lucha por no sumar su nombre a la lista de padres que mataron en el camino de
encontrar a su hijo, como ocurrió con el caso de José de Jesús Jiménez Gaona
(2016) y Nepomuceno Moreno Núñez (2011).
El
largo camino de Guillermo Gutiérrez por la justicia y por sobrevivir. Foto:
Especial
El
litigante logró que el Gobierno de Tamaulipas asignara un escolta a él y a cada
una de sus compañeras. Y ahora en la Ciudad de México intenta convencer al
Mecanismo de Protección para las Personas Defensoras de Derechos Humanos y
Periodistas, a cargo del Gobierno federal, que le asigne protección también en
su trabajo y traslados, además de cámaras de vigilancia y un botón de pánico.
“La
evaluación que hacen se basa en una entrevista y en una visita de un día de su
personal a Ciudad Victoria, o sea es insuficiente. Yo estuve aquí 20 días para
dar más elementos de los riesgos que se corren allá y si ellos lo evalúan como
riesgos menores, obvio que las medidas van a ser insuficientes. En el caso de
la compañera Miriam, ella fue asesinada llegando a su casa, si ella hubiera
tenidos un escolta o dos le hubieran podido salvar la vida”.
Y
agrega: “los antecedentes de Tamaulipas no son exagerados, y el Gobierno federal
debe otorgar esas medidas”.
(SIN EMBARGO.MX/ ANTONIO HERNÁNDEZ/ JULIO 2, 2017, 8:00 PM)
No hay comentarios:
Publicar un comentario