jueves, 1 de septiembre de 2016

GOLPEADO, AHOGADO Y DESAPARECIDO

TORTURA EN SINALOA

Eduardo González Rodríguez fue detenido por venta de drogas, pero torturado para que diera información del grupo criminal Los Mazatlecos. Tras salir libre por buena conducta, fue privado de su libertad junto a su cuñada. Hoy, ambos están desaparecidos y la familia responsabiliza a la PME

La tarde del 12 de diciembre de 2011, Eduardo González Rodríguez, de 17 años, fue detenido por la Policía Municipal de Ahome. Llegaron a su casa, donde estaba con su madre, esposa e hija y, sin una orden de arresto, se lo llevaron a un lugar alejado para torturarlo.

En ese lugar, los policías municipales lo golpearon en diferentes partes del cuerpo, mientras tenía los ojos vendados, trataron de asfixiarlo zambullendo su cabeza en agua, le taparon la nariz con vendas y, al mismo tiempo, le dieron choques eléctricos.

Después de un par de horas, Eduardo fue entregado a un grupo de policías ministeriales que lo trasladaron a Culiacán, dondesiguieron golpeándolo hasta obtener una lista de nombres de personas dedicadas a la venta de drogas en la zona norte de Sinaloa, encabezada por Juan Pablo Osuna Lizárraga, “El 100”, y Miguel Ángel Pacheco Samaniego, “El Pecas”.


Eduardo González Rodríguez fue detenido el 12 de diciembre de 2011, con la acusación de haber sido distribuidor de droga para la organización 'Los Mazatlecos' en la ciudad de Los Mochis.

La Comisión Estatal de Derechos Humanos documentó el caso después de una denuncia que interpuso la madre de Eduardo.

El organismo realizó una serie de investigaciones, entre ellas, un interrogatorio a Eduardo, quien les narró sobre su detención y, a la vez, les enseñó los golpes, las cuales se incluyeron en la recomendación 30/2013 que se emitió a la Procuraduría General de Justicia de Sinaloa.

“En ese lugar me metieron a un baño vendado de los ojos y vendado de las manos hacia atrás, y me quitaron la camisa y me tiraron en un colchón, me vendaron las piernas y se me subieron unas cuatro personas sentadas encima y otro brincaba en los pies”, dijo Eduardo a la Comisión Estatal de Derechos Humanos.

“Consecutivamente me ponían una venda que me cubría la boca y la nariz, y me echaban agua en la boca para que me ahogara, y me pedían información, al mismo tiempo que me daban toques eléctricos con una 'chicharra' en diferentes partes de mi cuerpo”.

En esta declaración, Eduardo aseguró que la intensidad de los golpes fueron tan fuertes que lograron desmayarlo.

“Quiero decir que esto duró como una hora o más, lapso de tiempo en que me desmayé como tres veces y los policías me decían que si me moría que me ponían un rifle y que iban a decir que había muerto en un enfrentamiento”, expuso Eduardo a visitadores de la Comisión Estatal de Derechos Humanos.

“Me golpeaban a patadas, con los puños y con los rifles hasta que me hice del baño. Después de esto me dejaron de golpear y me dijeron que me fuera a bañar, y ya bañado me esposaron, me sacaron y trasladaron los policías ministeriales a la zona militar de Los Mochis, lugar donde me preguntaron datos generales de mi persona y de ahí fui trasladado en camioneta de la Ministerial, a los separos de la Policía Ministerial de esta ciudad de Culiacán”.

Ya en la capital sinaloense, la Policía Ministerial continuó torturándolo con bolsas y agua para asfixiarlo, así como con golpes utilizando tablas con las que le pegaban en la espalda y los glúteos para que diera información sobre el grupo criminal.

De acuerdo con la CEDH, después de golpearlo durante horas, la Policía Ministerial lo presentó ante el Ministerio Público federal, con la acusación de portar un arma de uso exclusivo del Ejército, donde se enteraron de su edad, 17 años, y lo mandaron al reclusorio para menores en Culiacán.

Antes de enviarlo, el Ministerio Público federal lo pasó a revisión médica para atender las lesiones que se le veían a simple vista.Ahí se le preguntó si quería hacer alguna denuncia, pero se negó por posibles represalias, según documentó la CEDH.

Luego de ello, la Policía Ministerial del Estado lo presentó ante los medios de comunicación. De manera visible se le observaban moretones en su cara que quedaron en las fotografías de las notas periodísticas, pero eso no se explicó, sólo que su detención significó un golpe al Cártel de Los Mazatlecos.

La señora Reyna Guadalupe Rodríguez, madre de Eduardo, dijo en entrevista para Noroeste que cuando ocurrió la detención no se le informó a dónde sería llevado y por qué lo habían aprehendido.

Fue hasta tres días después, aseguró, cuando se publicó en la prensa que supo que había sido trasladado a Culiacán, donde lo encontró con lesiones graves.

“Yo batallé mucho para dar con mi hijo, hasta el tercer día di con mi hijo ahí en Culiacán y bien torturado; como loco me lo dejaron, él, de hecho, estuvo viendo psicólogo y lo estuvo viendo un doctor porque él no movía un brazo”, recordó.

“A él lo bañaban con agua y le daban toques, y a él, de hecho, lo presentaron (ante los medios de comunicación) con un pantalón de policía, un pantalón oscuro porque se hizo hasta del baño de lo que lo golpearon... las pompis no se le miraban lilas, se le miraban negras donde lo tablearon mucho y todavía allá adentro en Culiacán, antes de que saliera a declarar, un (policía) ministerial lo amenazó de que tenía que firmar lo que le dieran”.

LIBERTAD DE 9 MESES

En el expediente 413/2013 del Juzgado Cuarto Penal de la Ciudad de Los Mochis, se detalló que luego de que Eduardo fuera llevado al reclusorio para menores obtuvo una sentencia por venta de droga, mas no por uso de arma exclusiva del Ejército, debido a que el Ministerio Público no pudo comprobarlo.

La sentencia fue de 5 años, uno de ellos lo pasó en el reclusorio para menores y después lo trasladaron al penal de la ciudad de Los Mochis, donde estuvo otros 2 años y 9 meses; luego, el 20 de mayo del 2015, obtuvo libertad condicional por buena conducta, según consta en el expediente.

Sin embargo, esa libertad duró 9 meses, pues el 9 de febrero de 2016 volvió a ser detenido junto a Zumiko Lizbeth Félix Ortega, su cuñada, en esta ocasión por personas que no han sido identificadas, pero desde ese día, Eduardo y Zumiko están desaparecidos.

Eduardo González Rodríguez salió libre en mayo del 2015, pero 9 meses después fue desaparecido de manera forzada junto a su cuñada Zumiko Lizbeth Félix Ortega, con quien viajaba de la ciudad de Los Mochis al municipio de Guasave.

La señora Reyna Isabel Rodríguez Peñuelas dijo que una vez que Eduardo salió libre, decidió irse a vivir a la ciudad de Guasave, donde volvió a dedicarse a la venta de narcóticos, pese a que su libertad estaba condicionada.

“Andaba mal, le pusieron muchas cosas, pero sí andaba mal, tampoco le voy a tapar el sol con una mano, yo sé que mi hijo andaba mal, pero como yo les digo, o sea, nadie tiene derecho de quitarle la vida ni privarlo de la libertad nomás porque ande mal”, señaló.

El 9 de febrero, Eduardo habría estado en la ciudad de Los Mochis, donde le dijo por teléfono a un amigo que lo iba siguiendo una camioneta de la Policía Ministerial, por lo que decidió tomar carretera y volver a Guasave.

Antes prefirió entrar a Juan José Ríos, un poblado a 42 kilómetros de la ciudad de Guasave, para tratar de esconderse, pero ahí fue detenido, de acuerdo a la versión de un hombre que le aseguró a la madre de Eduardo que vio cómo se lo llevaron.

“Desde que salió del penal, él se fue a vivir a Gusave y desde allá supuestamente ese día vino para Mochis, y dicen que de aquí de Mochis lo iban siguiendo y se metió ahí en Juan José Ríos, ahí fue la última llamada que él hizo del teléfono de Zumiko a un amigo de él”, expresó.

“Mire, supuestamente, ya ve que ahorita la gente no quiere ser testigo, le da miedo, entonces hubo una persona que miró y por medio de esta persona supimos que supuestamente fue la ministerial los que lo levantaron a él y a Zumiko”.

Sin embargo, en los registros del Ministerio Público no se tiene constancia de su detención.

La señora Reyna dijo no dudar de que la Policía Ministerial los haya detenido y desaparecido, al asegurar que desde que estuvo preso tuvo una serie de amenazas de Jesús Carrasco Ruiz, mando ministerial que en 2011 fue director de la Policía Municipal de Ahome y luego subdirector de Operativos Especiales.

“Él tenía amenazas del Gobierno, porque cuando él cayó en el Tutelar, es cuando estaba Carrasco como director de la Policía Municipal, que le dijo varias veces que podía morirse si hablaba afuera”, acusó.

Eduardo y Zumiko están desaparecidos, sin que se tenga rastro alguno de ellos, salvo la declaración anónima de una persona que asegura haber visto que los detuvieron, sin embargo, eso no es suficiente, según lo dicho por el Ministerio Público a la señora Reyna, que ahora los busca en paraderos de camiones, hospitales y cárceles del Estado.

(NOROESTE/ CUARTA DE CUATRO PARTES/ MARCOS VIZCARRA/ 01 DE SEPTIEMBRE 2016)



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