A
cuatro años de su asesinato, silencio criminal
MIÉRCOLES 24 DE AGOSTO DE 2011
Humberto
Millán siguió su rutina el día que lo mataron: salió de su casa poco después de
las cinco de la mañana y pasó a una oficina en la colonia Canaco —una distancia
menor a un kilómetro, apenas 5 minutos— a leer periódicos y recoger a un
hermano que lo acompañaría a la estación de Radio Fórmula, a su programa
matutino, Sin Ambages, título también de su columna política.
A
las 6:10 salió de la oficina de Canaco y apenas había recorrido 100 metros
cuando le bloqueó el paso una camioneta, justo al girar a la derecha para
circular por la carretera México 15. Intentó evadirlos metiendo reversa pero ya
tenía otra camioneta detrás. Varios hombres armados lo sometieron y lo subieron
a la parte trasera de su propio vehículo —una Tahoe blanca— y dejaron en la
calle al hermano. El convoy de tres camionetas tomo la carretera México 15 al
norte.
El
hermano del periodista llamó a un familiar para decirle lo ocurrido y ésta
llamó a uno de sus hijos, César.
Habían
pasado 10 minutos de la privación de la libertad de Humberto cuando César
Millán se comunicaba con Juan Ernesto Millán, el Secretario de Desarrollo
Social y Humano, para decirle lo ocurrido. Millán le pasó al Gobernador Mario
López Valdez, lo tenía a su lado porque estaban en el aeropuerto. César le dijo
lo que sabía hasta ese momento y Malova respondió que pediría un bloqueo de la
salida de la ciudad y un operativo de inmediato. Con la tercera persona que
habló César Millán fue con Francisco Córdova, entonces Secretario de Seguridad
Pública.
Sabiendo
lo que sucede en Culiacán en un “levantón”, los familiares y periodistas
exigían una actuación rápida de la autoridad. A media mañana de ese miércoles
24 de agosto de 2011, el Secretario de Gobierno, Gerardo Vargas Landeros en
ausencia del gobernador, prometía sobrevuelos y operaciones para ubicar a los
responsables.
Por
la tarde se reportó a una persona asesinada en La Laguna de Canachi, una
comunidad 80 kilómetros al sur de la ciudad de Culiacán. Los informes de
policía señalaban que no podía ser identificado en ese momento, que era del
sexo masculino y que estaba envuelto en una cobija. Oscurecía ese miércoles
cuando se identificó como Saúl Quiñones, un joven de apenas 20 años.
JUEVES 25 DE AGOSTO DE 2011
Cumplidas
las 24 horas de la privación de la libertad de Humberto Millán Salazar se
informó sobre el hallazgo de otro cadáver. El reporte a emergencias señalaba
que el cuerpo se encontraba en las inmediaciones de la granja porcina “La
Cochera”, en el Campo Morelia —por los rumbos del Seminario. Esta vez sí se
trataba del periodista.
La
necropsia integrada a la averiguación previa indica que murió de dos balazos
—no de uno en la nuca como se informó oficialmente por las autoridades— y que
entre la privación de su libertad que se registra después de las seis de la
mañana y el asesinato, no pasó más de una hora. Sin embargo en el lugar del
hallazgo del cuerpo de Humberto Millán solo se encontró un casquillo de pistola
9 milímetros, aunque pericialmente fueron dos disparos hechos en la nuca con
orificio de salida en el rostro.
Al
mediodía el Gobernador Mario López Valdez y su gabinete de seguridad recibieron
a reporteros en el salón Gobernadores en una conferencia-reunión. Ahí, los
periodistas de distintos medios de todas las organizaciones de comunicadores,
coinciden en que lo primero que debe investigar la procuraduría de justicia es
el móvil político, porque el trabajo periodístico de Humberto Millán era en ese
tema.
Berzahí
Osuna, quien colaboró los últimos años con Humberto Millán, pidió a nombre de
la familia del periodista el apoyo del gobierno estatal. Y mencionó que la
autoridad ya tiene en su poder información confidencial y suficiente sobre las
confrontaciones que protagonizó Millán Salazar con personalidades políticas.
Igualmente señaló que concluyeron un libro sobre la contienda política por la
gubernatura de Sinaloa el año pasado, y habló de un video entregado a la
procuraduría para ser integrado a la investigación.
El
Gobernador Mario López Valdez escuchaba sereno cada intervención aquella tarde
del jueves 25 de agosto, respondió durante más de dos horas a los reclamos,
acusaciones y dudas del gremio periodístico. Cuando intervino aseguró que
Sinaloa no declinará a la competencia de la investigación del asesinato de
Humberto Millán. Por el contrario —dijo—, personalmente el procurador Marco
Antonio Higuera se ocupará de ella junto a tres investigadores designados por
la Procuraduría General de la República.
López
Valdez definió a Millán Salazar como un amigo.
En
la misma conferencia, y ante los reclamos de que el operativo policiaco para
cercar el perímetro donde fue privado de su libertad Humberto Millán había
fallado, el Director de la Ministerial, Jesús Antonio Aguilar Iñiguez, explicó
la actuación inmediata de la corporación luego de ser avisados del caso y
comprometió su puesto si no daba resultados.
Aguilar
Íñiguez tomó su placa y dijo que si renunciando se solucionaba el crimen, ahí
mismo renunciaba.
CUATRO AÑOS DESPUÉS…
Cuatro
años después la investigación del asesinato de Humberto Millán Salazar se
mantiene abierta, pero sin resultados de ninguna clase: no hay detenidos, ni
indiciados, ni siquiera una explicación sobre las líneas de investigación que
se mantienen.
El
grueso expediente estuvo dos años y medio en la Procuraduría de Justicia de
Sinaloa, y desde hace año y medio lo tiene la Fiscalía Especializada para la
Atención de Delitos Cometidos contra Periodistas.
Para
César Millán, hijo de Humberto Millán, los dos años y medio que tuvo la
investigación el fuero común fue tiempo perdido. De aquella promesa de Malova
el día del asesinato dice que “queda debiendo a la familia” por el caso sigue
sin resolverse.
La
Fiscalía Federal en este año y medio concluyó que tendrá que empezar desde
cero. Dos principales errores cometió la Procuraduría local: no respetó la
cadena de custodia de las pruebas periciales, especialmente de la computadora
personal de Humberto Millán; y en segundo lugar, los interrogatorios a las figuras
políticas solo fueron una cita para que dijeran lo que quisieran sobre su
relación con el periodista.
La
Fiscalía Especial respondió a este reportero a un cuestionario enviado al
fiscal sobre el caso Millán que la investigación sigue abierta, pero que no se
pueden dar detalles de los avances.
César
Millán, quien ha empujado la investigación, asegura que la Fiscalía tiene en la
lista de interrogatorios a todos los señalados en un principio y que la
Procuraduría local citó pero no los cuestionó. Se trata de los ex gobernadores Jesús Aguilar Padilla y Juan Milán Lizárraga,
del candidato a la gubernatura del PRI, Jesús Vizcarra, del líder del Partido
Sinaloense (PAS), Héctor Melesio Cuen, del Secretario de Gobierno, Gerardo Vargas
Landeros, principalmente. Hasta el momento no se sabe si la fiscalía decida
interrogar al gobernador Mario López Valdez. Tampoco se puede precisar si esas
figuras políticas ya fueron interrogadas en la visita de dos ministerios
públicos a Sinaloa, hace mes y medio.
César
Millán reconoce que seguir cuestionando sobre la investigación de su padre lo
pone en riesgo. Pero dice que seguirá. Más aun, cuando el video acusador que se
refirió Berzahí Osuna, ex colaborador de Humberto Millán en su programa de
radio y en el semanario, no aparece. En ese video, el periodista mencionaba
pruebas y personajes involucrados. Aunque reconoce que desconoce el contenido
exacto del video. Señala que conociendo a su padre no se trataba solo de
palabras, sino de documentos que respaldaban esos señalamientos.
“Quiero
que salga a la luz ese video”, dice César Millán.
El
hijo del comunicador también señaló que otra línea de investigación fue la
relación que Millán Salazar tuvo con Luis Pérez Hernández, ex director de
Gobierno y ex Subsecretario durante el mandato de Aguilar Padilla, quien fungió
como jefe de la policía política del gobierno estatal en la administración de
Juan Millán y fue operador de la campaña de Mario López Valdez.
(RIODOCE/ ANDRÉS VILLARREAL/ 30 agosto,
2015)
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