ALMOLOYA
DE JUÁREZ, Edomex. (proceso.com.mx) Un promedio de dos horas, entre su
desaparición de las imágenes del sistema de video vigilancia del penal y el
inicio de la búsqueda exterior por parte de las corporaciones policiacas, tuvo
Joaquín Guzmán Loera para huir del Altiplano I.
Reportes
policiacos internos revelan que la última ocasión en que El Chapo apareció a
cuadro, el reloj marcaba las 20:22 horas de este sábado, después de que le fue
suministrado un medicamento.
“Se
observó que Joaquín Guzmán Loera se aproximó al área de regadera dentro de la
estancia 20 del pasillo 2, donde habitualmente, además de su aseo personal,
lavan sus enseres”, refirió la Comisión de Seguridad Nacional en su comunicado.
La
dependencia reconoce que hasta las 20:52 horas se pudo identificar la ausencia
del narcotraficante, y fue hasta las 22:55 cuando se reportó su evasión y se
activó la alarma interna para proceder a su búsqueda dentro de Centro Federal
de Readaptación Social (Cefereso).
El
apoyo a las corporaciones del Ejército, La Marina, la Policía Federal, la
Estatal y las municipales se solicitó hasta las 22:15 horas, sin la instrucción
precisa de lo que se buscaba, pues se les refirió que el objetivo era un convoy
integrado por tres camionetas negras tipo Suburban.
Fue
alrededor de las 03:00 horas de este domingo cuando arribaron al Centro de
Readaptación, Monte Alejandro Rubido, comisionado de Seguridad Nacional, y su
homólogo estatal, Eduardo Valiente.
El
comisionado de Seguridad Nacional anunció que el túnel por el que escapó
Joaquín Guzmán, inicia en la zona de regadera de su celda y desemboca en un
inmueble de la comunidad Santa Juanita, segunda sección, zona ubicada al norte
del Altiplano.
Al
interior del penal, mientras se concretó la fuga, alrededor de 120 custodios se
encontraban en turno. No obstante, apenas 18, los que integran el sector o
crujía, fueron detenidos y trasladados a instalaciones de la Seido. Ni el
director del penal, Librado Carmona García, ni el supervisor de custodios han
sido requeridos.
El
túnel, en su primera etapa, es cercano a las obras de introducción de tubería
del Sistema Cutzamala, que a su vez son paralelas al penal de máxima seguridad.
Apenas
del 3 al 7 de julio pasado hubo un recorte en el suministro de agua potable,
producto de labores en las que se renovaron los tubos que tienen un diámetro
aproximado de 4 metros, a través de los que con facilidad caben seres humanos o
vehículos automotores pequeños, como la motocicleta que asegura Monte Alejandro
Rubido fue localizada en el túnel.
Para
arribar al inmueble de salida del túnel no existen vías de acceso formales; vía
vehículo, incluso es más sencillo arribar desde la carretera
Toluca-Atlacomulco, sobre la que continúa el operativo de revisión policiaca.
La
casa, de reciente construcción y aún en obra negra, es de un nivel, tiene una
extensión de alrededor de 200 metros cuadrados; se encuentra rodeada por
vegetación silvestre que, dada la época de lluvias, se ha expandido libremente.
Alrededor
del inmueble aún hay bloques de construcción sin usar, lonas que comunican
piezas independientes y un tanque de gas que revela el uso al menos provisional
de las instalaciones.
Elementos
de las citadas corporaciones resguardan la casa, mientras se realizan los
peritajes.
Francisco
N., vecino de la comunidad, refiere que el sonido de un helicóptero, al parecer
pequeño, pues apenas parecía el zumbido de un mosco, fue el único indicio
insólito que percibieron ayer durante la noche, previo a la implementación del
dispositivo policiaco.
Don
Francisco indicó que los pobladores se han acostumbrado al sobrevuelo de
algunas aeronaves, pero todas grandes, tipo black hawk, del Ejército o La
Marina, por lo que la presencia de un helicóptero común o pequeño llama la
atención porque se trata de un área restringida.
También
aseguró que durante el periodo en que presuntamente se edificó el túnel de 1.5
kilómetros no se percibió ninguna anomalía porque todo era parte de las obras
del Sistema Cutzamala, que dota de agua potable a municipios del Estado de
México y el Distrito Federal.
“Sólo
vimos que hace unos dos o tres meses empezaron a construir una casa, pero nos
pareció normal”, dijo. Por tanto, refirió que la entrada o salida de material
de construcción no resultó extraño, ni tampoco la edificación de la casa.
(PROCESO/
VENERANDA MENDOZA/ 12 DE JULIO DE 2015)
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