En
las últimas semanas, han continuado los asesinatos de policías y ex policías;
los hermanos Arzate expanden su territorio criminal y sus opositores
proporcionan información a corporaciones, en un intento porque sean ubicados y
detenidos. Además, jefes policiales en los distritos de Tijuana han sido
señalados por corrupción
Controlando
el narcotráfico que se comete en Tijuana desde Sinaloa, Alfonso René Arzate “El
Aquiles” y su hermano René, continúan expandiendo sus áreas de influencia
criminal.
Un
investigador explicó a ZETA la premisa criminal:
“Pereciera
que la gente de ´El Aquiles´ está matando a gente de todos los grupos, como a
‘Los Chapitos’, que antes estuvieron con él. Pero también existen antecedentes
de que lidercillos de todos los grupos
se le están uniendo”.
—
¿Eso tiene lógica?
“No
les queda de otra, es eso o los matan”.
El
agente, quien desea guardar el anonimato, ejemplificó:
“Según
datos preliminares de esta semana, el muerto de la Zona Este (Juan Manuel
Esteban, ultimado el 1 de julio) y el muchacho de Otay (Pedro Hidalgo Pérez,
acribillado el 2 de julio) eran trasegadores de la droga de Arzate hacia
Estados Unidos, así que también a él le están pegando”.
Esa
es la conclusión tras el análisis de los recientes hechos criminales, realizada
por dos investigadores.
Por
lo tanto, los homicidios incrementan. En nueve días transcurridos de julio,
sucedieron 18 homicidios, que se suman a los 69 registrados en junio, 70 en
mayo, 54 en abril y los 91 contabilizando en los primeros tres meses del año,
hasta llegar a 312 asesinatos violentos en lo que va de 2015.
Adicionalmente,
el asesinato del ex policía Blas Enrique Leyva Esparza -lo balearon el 2 de
julio y murió en el hospital por la noche- generó entre la Policía Municipal de
Tijuana inquietudes que se acrecentaron la noche del mismo jueves, cuando el
agente ministerial adscrito a Rosarito, Saúl Colmeneros Martínez, fue atacado a
balazos en la delegación de San Antonio de Los Buenos, en Tijuana.
Atentado
que fue seguido la noche del 4 de julio por la agresión con arma larga a
Antonio Díaz Ponciano, agente del Grupo de Operaciones Especiales en la colonia
Obrera. Aunque sospechan que el agresor pudo ser la ex pareja de una novia del
oficial herido, pero igual -argumentaron- se trata de un narcomenudista.
“(El
atacante) Acababa de salir de la cárcel, alguien en la zona donde sirve a los
vendedores de droga debió proporcionarle el arma larga con que intentó matarlo,
y el permiso para hacerlo”, explicaron.
Elementos
de la Municipal manifestaron su inquietud por la forma en que están volviendo a
escalar los niveles de corrupción al interior de la Secretaría de Seguridad
Pública.
“Esta
semana el alcalde (Jorge Astiazarán) declaró ante la prensa que cada vez era
más difícil detectar a los policías infiltrados; que le pregunte a la tropa y
verá si no los encuentra, pero ni se acerca”, reclamaron.
Refieren
como ejemplo las honras fúnebres que el Municipio celebró a Juan Gualberto
Jáuregui Ruvalcaba, de quien sus compañeros sabían, era un agente corrupto.
Familiares cercanos declararon en la indagatoria de su muerte que vendía droga,
e incluso se involucró en planear el homicidio de policías.
Recordaron
cómo en septiembre de 2014, tras el intento fallido de asesinar al agente Marco
Antonio Vidal, quien se negó a liberar a unos narcomenudistas, le daban la
razón al munícipe, porque “los que andaban con la maña eran policías, gente de
la tropa”.
Ahora
asumen que la corrupción alcanzó a los jefes de las delegaciones: “Que
investiguen al jefe de Otay, qué ordena; igual que el jefe de la Presa Rural. Y
el jefe del C4, que no trae broncas, pero hay una persona muy cercana a él que
está bien metida en el crimen organizado en la zona de Otay. Y no nos tienen
que creer, nada más queremos que investiguen”, afirman los agentes.
POLICÍAS, EX POLICÍAS Y NARCOMANTA
A
partir del asesinato del ex uniformado Blas Enrique Leyva Esparza, los policías
decidieron informar de una narcomanta que delincuentes colgaron la mañana del
23 de junio de 2015 en un puente de la delegación La Mesa. Los jefes policiacos
ocultaron la información a la opinión pública, aunque la presentaron ante el
juez municipal, quien les dijo, debían redactar un informe y dirigirlo a la
Agencia del Ministerio Público, vía denuncia.
En
la manta los criminales anónimos mencionaron a otros dos ex policías, “muy
amigos y socios de ‘El Blas’”: Abraham Celis Pillado y Marco Tulio Carrillo.
La
enorme tela blanca, que medía aproximadamente 4 x 2 metros, contenía el siguiente
mensaje:
“VÍCTOR HUGO MEJIA LÓPEZ ‘EL GRIEGO’ O
‘CHEKO’ ESCOLTA DEL AQUILES Y JEFE DE GRUPO DE SICARIOS JUAN CARLOS PARRA
DOMÍNGUEZ ‘EL 30 O KIKO’ ESCOLTA Y SICARIO AL SERVICIO DE LA RANA EXCOLABORADOR
DEL ‘MULETAS¿ RELACIONADO CON MÚLTIPLES HOMICIDIOS FRANCISCO BELTRAN ESPINOZA
‘EL PAKITO’ O LIC DE LA ‘A’ JEFE DE SICARIOS TIENE A SU SERVICIO A VARIOS
MATONES ABRAHAM CELIS ‘EL SILVESTRE O EL GATO’ EX POLICIA AL SERVICIO DE LOS
AKILES DIRIGE GRUPO DE HOMICIDAS Y SE DEDICAN AL COBRE DE PISO Y EXTORCIÓN Y
SECUESTRO Y DE PAGAR A POLICIAS MUNICIPALES CORRUPTOS RAUL MIRANDA ORDAS ‘EL
ALEJO O EL FENIX’ JEFE DE SICARIOS AL SERVICIO DE LA ADUANA PRINCIPAL CAUSANTE
DE LA VIOLENCIA EN LA ZONA CENTRO TJ SE DEDICAN AL NARCOMENUDEO MARCO TULIO
CARRRILLO ‘EL MARIÓN’ SECUESTRO RESPONSABLE DE LA OLA DE VIOLENCIA”.
Tras
las investigaciones sobre las declaraciones del mensaje del narco, se explicó a
ZETA:
Hugo
Mejía fue detenido junto a otro hombre y una mujer en mayo de 2013, en posesión
de dos armas cortas y droga. La Policía Municipal informó que en sus primeras
entrevistas, confesó haber participado en el asesinato del policía municipal
Jesús Alberto Hurtado Estrada, en un aparatoso ataque armado el 29 de marzo de
2012, cuando llegaba a su casa, pero solo fue consignado por las drogas y las
armas; después quedó en libertad.
De
Parra, identificado como escolta y sicario, no existe información de capturas,
ni las áreas de inteligencia tienen reportes de su actividad.
En
cuanto a Francisco Beltrán también “Paco Trokas”, en julio de 2014 lo
consignaron por uso de documentación falsa.
En junio y septiembre de 2009 fue detenido por policías estatales y
municipales con drogas, y por detonaciones; igual fue liberado.
Abraham
Celis Pillado fue señalado como servidor del Cártel Arellano Félix por el
también ex policía Gustavo Adolfo Rodríguez Magaña, detenido en septiembre
2009, quien posteriormente obtuvo su libertad.
Marco
Tulio Carillo fue dado de baja por pérdida de confianza en 2008, por la
presunción de sus nexos con el narco, inició proceso en el Tribunal de lo
Contencioso y en 2013 llegó a un acuerdo con el Ayuntamiento. El año pasado,
policías municipales aseguraron que los estaba reclutando para el Cártel de
Sinaloa y amenazándolos.
De
Raúl Miranda Ordaz “El Alejo” o “El Fénix”, en abril de 2013, el ex secretario
de Seguridad Pública Municipal, Alberto Capella Ibarra, informó que la Policía
lo había detenido como presunto responsable de los homicidios de Alberto Maciel
Pacheco y Luis Orlando Durán Naranjo. Después fue liberado.
CASO “EL BLAS”, SIN INTERÉS
Los
investigadores que trabajan en el caso del homicidio de Blas Enrique Leyva
Esparza, ex policía identificado como servidor del CAF, en la célula de Teodoro
García Simental “El Teo”, no ven este como el caso más importante: “Todos
sabemos por qué lo mataron”.
Dulce,
su esposa, quien reclamó el cadáver, tampoco está interesada en el avance de la
indagatoria, solo quería el cuerpo, no
estuvo interesada en responder preguntas, ni en resolver dudas. Había cámaras de
seguridad en el yonke Nascar, propiedad del ex policía masacrado, pero cuando
la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) solicitó los videos, solo
respondieron que no servían.
Al
ser entrevistados, los empleados que vieron al asesino, aseguraron que no lo
pueden identificar, salvo como un sujeto alto, delgado y cacarizo, que usaba
una chamarra con capucha.
Ninguna
de las partes, ni la familia, ni la autoridad, parecen estar interesadas en el
seguimiento de la PGJE sobre este asesinato. Cuando se les requiere no quieren
cooperar, y al momento, lo único que tiene la autoridad es el primer testimonio
del trabajador que atendió al homicida, quien en bicicleta llegó preguntando por
una pieza para un automóvil y, segundos después, lo amagó con una pistola para
que lo llevara a la oficina, con el dueño del negocio. Cuando estuvo frente a
Leyva Esparza, quien se encontraba sentado en un sillón, le disparó y huyó. El
ex uniformado fue declarado muerto horas después en un hospital particular, a
las 11:10 pm del jueves 2 de julio.
ATENTADOS: COLMENEROS Y DÍAZ PONCIANO
Del
atentado al policía ministerial Saúl Colmeneros, comentaron sus compañeros:
“Fue
un aviso, si lo hubieran querido matar donde lo tenían, lo hubieran matado.
“Es
evidente que tenían rato siguiéndolo, tenían identificadas sus horas de
traslado, conocían el carro y dónde vive, porque sabían que en su traslado
sobre la carretera libre de Rosarito a Tijuana iba a subir al Distribuidor
Morelos para tomar el Libramiento Rosas Magallón, que en la gaza de
incorporación tenía que frenar y era blanco fácil”.
En
sus declaraciones, Colmeneros no reconoce ninguna amenaza ni que el ataque sea
producto de trabajo reciente. Sus compañeros tampoco lo ubican como el
ministerial más comprometido.
Su
primera versión fue que no escuchó los balazos, pero se detuvo cuando sintió
que el auto se le iba de lado -le habían pegado en una llanta- y, cuando bajó,
se dio cuenta de los tiros. Después corrigió y manifestó que escuchó un tiro, y
que en esa noche oscura, se dio cuenta desde su auto con vidrios polarizados,
que le habían disparado desde la zona ubicada a un costado de la gaza de
incorporación al Libramiento, rumbo a Playas.
En
el caso de Antonio Díaz Ponciano, agente del Grupo de Operaciones Especiales,
testigos informaron que su atacante tenía poco menos de una hora esperándolo el
día de los hechos. Agazapado cerca de la puerta de la casa de la mujer con la
que se citó, sabía que el agente tendría que bajarse del auto, caminar un
tramo, y en ese espacio le disparó, dándole en un brazo y en la cara; una bala
le atravesó la mejilla.
Herido
y consciente, el oficial subió a su carro, parientes de la mujer lo bajaron a una vialidad principal y ahí lo
recogieron otros agentes para que recibiera atención médica.
De
las razones del ataque hay tres hipótesis al interior de la corporación: una
que se debió a un operativo que trajo variados decomisos y detenciones en la
Zona Norte en fechas previas al atentado; dos, que fue atacado por el ex novio
de una muchacha a la que estaba viendo, y que era la única que sabía, estaría
en esa zona y a esa hora.
Y
a partir de que una célula al servicio de
“El Aquiles”, dirigida por “El Tragedias” y “El Taxista” haya
participado en su ataque, Luis Osvaldo Barraza Ramírez, Erick Ramírez
Hernández, Jonathan Navarrete Chávez,
Édgar Eduardo Navarrete Chávez y César Urrea Ramírez, son vecinos de la
novia del agente y narcomenudistas; fueron detenidos el 8 de julio y presentados
ayer jueves 9.
En
sus primeras entrevistas, admitieron la participación en diversos homicidios, y
en el caso del policía, solo uno de ellos mencionó haber sido “puntero” y que
quien jaló el arma fue Luis Osvaldo Barraza, que lo balearon porque los
mandaron; sin embargo, esos datos están por confirmarse.
LOS OTROS MUERTOS
En
las primeras indagatorias del asesinato de Pedro Hidalgo y Ana Céspedes,
ocurrido el miércoles 1 de julio, la PGJE aclaró que tanto las autoridades de
Estados Unidos como la familia del muchacho, confirmaron que este pasaba droga
hacia aquel país. Unos tres carros a la semana.
El
día de los hechos, acababa de cruzar un automóvil del otro lado de la línea, y
a su regreso le habló a Ana -joven apunto de egresar de la carrera de Derecho
en la UABC, que hacia su servicio social en un Juzgado del Poder Judicial del
Estado- para invitarla a comer.
La
recogió en un centro comercial localizado a menos de 100 metros del crucero
donde los balearon desde una moto que se les emparejó mientras esperaban el
semáforo. Testigos declararon que Hidalgo intentó escapar de la escena, pasando
por encima del cuerpo de su compañera, pero al bajar del auto cayó muerto; en
ningún momento intentó ayudarla.
Los
muertos en la semana del 1 al 7 de julio sumaron 12, destacó el del señor
Fernando Pusian, asesinado por dos asaltantes en Valle de Las Palmas. Al cierre
de esta edición, las armas usadas en el ataque no habían sido ubicadas en otro
delito.
“Estamos
seguros que van a salir en otros expedientes, por la forma en que actuaron,
este no es su primer delito, además, tenemos la hipótesis de que son
delincuentes de otra zona, porque en esa delegación no han habido asaltos a
transporte”, informaron las autoridades.
En
la semana también fueron asesinados Marlon Francisco Alfar Bautista, Sergio
Trujillo Lizárraga, Aurelio Robles Niebla, Felipe Carrillo Rivera, Noemí Ortiz
Álvarez, un masculino no identificado en
Los Pinos, y otro en Camino Verde.
(SEMANARIO
ZETA/ REPORTAJEZ/ INVESTIGACIONES ZETA /
13 DE JULIO DEL 2015 A LAS 12:00:59)
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