- Reflexión acerca del estéril enfrentamiento entre Californios (nativos y no nativos)
Cabo
San Lucas, B.C.S.- Como resultado de una nota aparecida en las redes
sociales y presentada como una queja de un educador sanluqueño, me
permito formular algunas consideraciones que por su contenido lastiman a
la sociedad en su conjunto como consecuencia de una diatriba esteril e
inútil entre semejantes.
Frecuentemente a través del medio citado (Colectivo Pericú/Facebook),
nos ofendemos deliberadamente al usar contínuamente epítetos
peyorativos contra nuestros pares, tales como TAHUALILA, CHOYERO,
OAXACO, SHINOLA, CHÚNTARO, etcétera, esto, al dirigirnos a las personas
con las que convivimos diariamente, algunos nacidos en esta bella y
noble tierra, y otros más que han venido a asentarse a este suelo para
convertirse en nuevos californios por adopción.
Quienes convivimos aquí, somos seres humanos, nativos o no, nacionales todos; extranjeros que aquí residen, e innumerables turistas que gozan temporalmente de esta península donde la tierra se une al cielo por dos mares; en consecuencia no se vale ofendernos por el lugar donde hayamos nacido, porque de otra forma nos tendríamos que remitir al continente africano donde se supone se originó, evolucionó y emigró el homo sapiens a todas partes del mundo.
Quienes convivimos aquí, somos seres humanos, nativos o no, nacionales todos; extranjeros que aquí residen, e innumerables turistas que gozan temporalmente de esta península donde la tierra se une al cielo por dos mares; en consecuencia no se vale ofendernos por el lugar donde hayamos nacido, porque de otra forma nos tendríamos que remitir al continente africano donde se supone se originó, evolucionó y emigró el homo sapiens a todas partes del mundo.
Les contaré que soy hijo de una persona que nació en el VIEJO FARO DE
CABO FALSO hace ya casi noventa y seis años, que mi padre se reconocía
como un orgulloso sanluqueño, nacido en la parte más austral de la
península, en el majestuoso monumento histórico (hoy en manos de
particulares), perdido entre las dunas, escuchando siempre el fiero
rugir de las olas rompiendo contra sus acantilados, teniendo como marco
el azul báltico del Océano Pacífico.
El VIEJO decía que él nunca iba a
morir “porque en el lugar donde él había nacido nunca antes había
fallecido persona alguna”. Y me pregunto: ¿habrá alguien más
sudcaliforniano sanluqueño y choyero que la persona que cito?, quizás
no, sin embargo los padres de este auténtico californio eran
tlagualilas, chúntaros o como se desee denostar a otro ser humano.
Mi abuelo era originario de La Higuera de los Monzón, municipio de
Badiraguato y mi abuela orgullosamente nayarita. Sirvieron a esta tierra
en el FARO VIEJO DE CABO FALSO, en el de La Playa en San José del Cabo y
en el de Punta Prieta en la ciudad de La Paz, y lo mismo hizo en el
faro de la Isla del Crestón ahora unida artificialmente al puerto de
Mazatlán.
Mis
abuelos, mis padres y mis mayores los que nacieron aquí y los que
llegaron del Macizo Continental amaron profundamente a la tierra que los
acogió porque desde siempre supieron que sería el lugar donde habrían
de ser sepultados.
¿Será correcto dirigirnos a nuestros semejantes despectivamente como
OAXACOS, CHILANGOS, CHÚNTAROS, TAHUALILAS, CHOYEROS, etc, etc…? ¡De
ninguna manera!, porque los apellidos reconocidos hoy como auténticos
sudcalifornianos (Wilkes, Green, Ceseña, Olachea, Castro, Ritchie,
Payén, Fisher, Burgoin, Aragón, Holmos, Collins, Morgan, Verdugo, etc.)
antes de que termine la primera mitad de este siglo XXI se le habrán
agregado los de otras tantas personas más que se han asentado y que
seguirán llegando a esta tierra como lo hicieron antes nuestros
antepasados.
Por último deseo hacer mención al extraordinario filósofo español, que en sus libros nos da sencillas ideas para vivir felices:
“Respetar al prójimo se nos parece una cosa bastante obvia, porque en
cierto modo equivale a respetarse a uno mismo, dado que somos como él.
Lo complicado empieza cuando tenemos que aceptar al diferente, al
extraño, al extranjero, al inmigrante. Después de todo los humanos somos
animales gregarios y por lo tanto nos gusta vivir en el mismo rebaño,
es decir entre quienes más se nos asemejan”.
Por lo tanto, a todos los californianos, a los nacidos en ella y a
los llegados de otras latitudes, a abonar con su esfuerzo e ideas su
engrandecimiento, bienvenidos sean. “No hagas a otros lo que no quieres
que te hagan a tí, porque todo lo que hagas a otros te lo haces también a
tí mismo”.
Aprovecho la ocasión para enviar mis sinceras felicitaciones a todos
los sudcalifornianos residentes de esta Patria Chica, deseándoles una
Feliz Navidad y un venturoso año nuevo 2014 con salud, dicha y
prosperidad.
EDUARDO R. PAYEN IZABAL
(Fotos de www.faroviejo.com.mx)
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