Chilpancingo— La
devastación causada por la tormenta 'Manuel' en La Montaña y en la Sierra Madre
del Sur –considerada la principal zona de producción de amapola del país–
muestra la precariedad del entorno en el que las comunidades no sólo han sido
olvidadas por el Gobierno, sino que enfrentan cotidianamente la violencia de
las bandas delincuenciales controladas por caciques y políticos ligados al
narcotráfico.
El meteoro no sólo
arrasó con casas –lo que provocó que miles de personas buscaran cobijo y alimentación
en lugares menos inhóspitos–, también afectó las vías de comunicación, así como
cultivos de maíz y un número aún no cuantificado de parcelas dedicadas al
cultivo de enervantes.
Para muchos
campesinos, la extracción de opiáceos es el único medio de obtención de
recursos para sobrevivir en esta región donde no existen medios de producción
alternativos y los programas sociales son considerados como paliativos
asistencialistas que no resuelven la pobreza y la marginación, comentan a
Proceso productores locales.
En La Montaña,
conformada por 19 municipios, muchos de ellos incluso se refieren a la amapola
como la flor dadivosa o maíz bola; a los paquetes de goma de opio les dicen
niños y niñeras. En la región los personeros de los cárteles suelen ir a las
comunidades indígenas a comprar la droga, en algunos casos de manera paralela
al convoy de seguridad que resguarda a los pagadores de los programas
federales, dicen los entrevistados.
Por lo que atañe a
La Sierra –integrada por una franja que incluye 14 municipios de las regiones
Centro, Costa Grande y Tierra Caliente–, la compra de estupefacientes es cada
vez más riesgosa por la confrontación entre los sicarios de las bandas que se
disputan las zonas de producción y trasiego. Desde principios de agosto la
violencia obligó a los pobladores a dejar sus tierras. Se habla de más de 2 mil
desplazados. Pese a la deforestación, los conflictos sociales y los asesinatos,
las autoridades no hacen nada por frenar esa situación.
PRODUCTORES PREFIEREN CULTIVAR OPIO
Y aunque el precio
de la goma de opio se ha devaluado, los productores prefieren sembrar
enervantes para tener dinero porque el precio del maíz y el frijol está más
depreciado y sólo sirve para el autoconsumo.
En el periodo de
esplendor del narcotráfico en la entidad –en las décadas de los ochenta y los
noventa– un kilo de goma de opio se pagaba en 60 mil pesos.
Hoy, los productores
reciben en promedio 12 mil pesos por la misma cantidad: “De 10 a 12 pesos el
gramo, dependiendo de la consistencia de la goma. Si está firme, cuesta más. La
mejor goma es la que se cosecha en tiempo de secas”, sostiene uno de los
entrevistados.
Según él, la
ganancia mayoritaria sigue siendo para los intermediarios –los representantes
de los grupos criminales que controlan las plazas–, así como para autoridades
gubernamentales y algunos mandos castrenses que, aseguran los productores,
forman parte de una amplia red de 'lavado' de dinero.
Los señalamientos
contra el gobernador Ángel Aguirre Rivero acerca de la supuesta protección que
brinda a su sobrino Víctor Aguirre Garzón, presunto líder del 'Cártel
Independiente de Acapulco' (Cida), han sido constantes.
Otro caso es el del
presidente del Congreso estatal, el perredista Bernardo Ortega Jiménez, quien
es hijo de Celso Ortega Rosas, 'La Ardilla', el presunto narcotraficante
capturado el 22 de diciembre de 2008 por agentes federales. 'La Ardilla' fue
ejecutado en 2011 en el poblado de Tlanicuilulco, municipio de Quechultenango,
donde se afincó el grupo que comandaba, 'Los Ardillos', según refirió en esa
ocasión el general retirado Juan Heriberto Salinas Altes, quien estaba al
frente de la Secretaría de Seguridad Pública.
MIEDO, VIOLENCIA Y AMAPOLA
Datos de la
Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) evidencian la importancia de
Guerrero en la geografía del narco en el ámbito nacional.
Un informe de la IX
Región Militar destaca que del 1 de diciembre de 2006 al 7 de julio de 2012 las
tropas destruyeron 48 mil 262 hectáreas de amapola en la entidad. La cifra
representa 61.78 por ciento de las 78 mil 118 hectáreas erradicadas en el país
por el Ejército en casi seis años.
De los 4 mil
kilogramos de goma de opio decomisados por los soldados en ese periodo a nivel
nacional, 2 mil 357 kilos fueron incautados en Guerrero (58.92 por ciento). El
reporte registra una baja en la producción de mariguana en la entidad: de las
92 mil 852 hectáreas de mariguana destruidas por el Ejército en el país, 2 mil
299 (2.47 por ciento) correspondieron a Guerrero.
Hasta ahora el
gobierno estatal ha guardado silencio sobre la magnitud del desastre provocado
por el meteoro 'Manuel' en las zonas emblemáticas de siembra y trasiego de
enervantes que abastecen al norte del país y al mercado de Estados Unidos.
GOBIERNO SÓLO APOYÓ A ACAPULCO
La cohesión de las
comunidades indígenas de La Montaña obligó a las autoridades a voltear hacia
los pueblos originarios cuando la ayuda sólo se centraba en Acapulco y las
zonas urbanas de la entidad. En tanto, las comunidades de La Sierra padecieron
un doble tipo de violencia: el de la naturaleza y el del narco.
Ninguna autoridad
pudo revertir los efectos de 'Manuel'; menos aun pudo garantizar la seguridad
en esta franja donde bandas se disputan los principales corredores de droga que
conectan La Sierra con el Centro, la Costa Grande y Tierra Caliente.
En vísperas de las
lluvias que devastaron la entidad, por ejemplo, en La Sierra más de 2 mil
personas habían dejado sus comunidades por la presencia del narco.
Después del
desastre, los damnificados de La Sierra se organizaron para reconstruir los
caminos. Tres semanas después exigieron ayuda gubernamental porque “la labor
social se perdió por la narcoviolencia”, indica Severo Oyorzábal Díaz, ex
alcalde del municipio General Heliodoro Castillo (Tlacotepec).
La indignación
estalló en La Sierra el lunes 7. Ese día, 500 pobladores de una decena de
comunidades del municipio de Leonardo Bravo decidieron bloquear, cerca del
poblado de Los Morros, la carretera estatal Casa Verde-Puerto Nicolás Bravo
(Filo de Caballos) que conecta la región Centro con La Sierra.
TORMENTA Y CRIMEN, DOBLE CASTIGO
Los lugareños
exigieron seguridad. El nivel de violencia, expusieron, se desbordó al igual
que los ríos. “La tormenta se llevó la milpa y la flor (de amapola). El
Gobierno nos tiene abandonados y todavía policías federales y delincuentes nos
vienen a chingar”, expresa un poblador de la comunidad de Coatepec Escalera.
Luego se trasladaron
al vecino poblado de Campo de Aviación, donde quemaron una decena de viviendas
utilizadas por los presuntos criminales como refugio. Días antes, el viernes 4,
se registró un enfrentamiento armado en esa localidad.
Los pobladores
atacaron a los miembros del grupo denominado 'Los Montaño', que se asentó en el
lugar hace cuatro meses. A ellos se les atribuyen los asesinatos, secuestros,
robos y extorsiones en la región.
La refriega duró una
hora. En su huida, los presuntos delincuentes atacaron a soldados que
circulaban por la zona, lo que desencadenó un segundo enfrentamiento. El saldo
oficial fue de tres pistoleros muertos, dicen a Proceso los pobladores.
El sábado 5, policías
federales arribaron a la población. Catearon varias viviendas en las
comunidades de Los Morros, Filo de Caballos y Coatepec Escalera, de donde
sustrajeron aparatos electrónicos y dinero en efectivo. El operativo desató la
indignación de los habitantes de esta franja de La Sierra.
Durante el periodo
en que Los Montaño sembraron el terror y la muerte en varias comunidades, el
sector productivo se colapsó y los servicios educativos y médicos fueron
suspendidos. Los pistoleros se apropiaron de varias casas y convirtieron en
guarida la primaria Naciones Unidas, comentan los entrevistados. Por eso,
insisten, decidieron destruir y quemar una decena de viviendas de madera donde
se refugiaban los supuestos delincuentes; estaban abandonadas desde el
enfrentamiento del viernes 4.
Los inconformes
exigieron seguridad y demandaron la instalación de retenes militares, así como
la incorporación de sus “policías del pueblo” al esquema oficial de
financiamiento y capacitación denominado “Policía Rural”, que impulsa el gobierno
de Ángel Aguirre.
(Ezequiel
Flores Contreras/Proceso)
(EL DIARIO,
EDICION JUAREZ/ Proceso | 2013-10-12 | 21:41)
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