- Relato de la guerra entre transportistas
- La vida real supera la ficción, así lo demuestran los hechos
Armando León Lezama
Ya se dijo en la primer parte que desde finales de los años 80,s
Amadeo Murillo Aguilar representa; pero no defiende a los trabajadores
adheridos a la Confederación de Trabajadores de México, en esta parte
del país. Actualmente acaba de reelegirse para un sexenio más.
Que el susto que le propinó el Sindicato Nacional Leonardo Rodríguez
Alcaine, del polémico Pedro Albor Andrade, llevó a sacudir el temple de
Amadeo y recalcar lo que ya se sabe, urge un Nuevo Sindicalismo.
Así lo muestra el pleito entre trabajadores transportistas de
materiales de construcción que durante 2013, en los meses de junio y
agosto, alcanzó un punto inaceptable para los Sudcalifornianos nativos y
de arraigo: La violencia.
La aparición de un grupo de choque, secuestros e intimidaciones telefónicas estuvieron a la orden del día en los derredores de las instalaciones de la SCT, delegación Federal, con sede en la ciudad de La Paz, capital del Estado de Baja California Sur, donde el director, Alejandro Cruz Olivera, acuartelado en su interior, alentaba la operación de desalojo de quienes pedían a Enrique Peña Nieto, lo diera de baja de esta plaza. Así lo relatan entrevistados presentes.
La aparición de un grupo de choque, secuestros e intimidaciones telefónicas estuvieron a la orden del día en los derredores de las instalaciones de la SCT, delegación Federal, con sede en la ciudad de La Paz, capital del Estado de Baja California Sur, donde el director, Alejandro Cruz Olivera, acuartelado en su interior, alentaba la operación de desalojo de quienes pedían a Enrique Peña Nieto, lo diera de baja de esta plaza. Así lo relatan entrevistados presentes.
Cierto que “el choque de trenes” entre la vieja guardia sindical
mexicana en manos de Amadeo Murillo y La CROC y los afiliados priístas,
Cetemistas, Peña Nietistas, del Sindicato Leonardo Rodríguez Alcaine,
solamente relata en los hechos, la indefensión de los trabajadores que
pagan cuotas, no reciben sus estatutos, no son informados, ni
defendidos, no les pagan ni lo justo, ni en el tiempo acordado, entre
una lista de males que llegan hasta sus familias, todo porque urge un
sindicalismo de nuevo tipo u alguna nueva manera de organización laboral
que permita al oprimido trabajador, levantar la voz, ser escuchado y
atendido en positivo por patrones, empresarios, gobiernos, legisladores e
inversionistas.
Otra
verdad, es que los sindicalizados trabajadores de traslado de
materiales de construcción son solamente un grupo de los muchos
sindicatos que “controlan” y “explotan” a cientos y miles de
trabajadores con la mentira de defender sus derechos laborales.
Que el “revolcadero social”, entre Amadeo Murillo y La CROC en contra
de Pedro Albor y su grupo, “la exhibición pública” de ambos lados
representó la defensa de intereses económicos momentáneos, no para
asumir auténtica lucha sindical; solamente para demostrarse fuerza
mutua, nunca para pronunciarse por el trabajador de manera plena, sin
distingos, universal. Fue un pleito casero que se escuchó en las calles
porque actuaron de manera bárbara, insolente, influyente, violenta e
impune.
Se demostró la podredumbre del PRI nacional, la incapacidad del
dirigente estatal del PRI, Juan Alberto Valdivia Alvarado o su juego
peligroso para ganar adeptos ante su aspiración a colocarse entre los
candidateables a la gubernatura Sudcaliforniana, la línea dura
enfrentándose a compañeros de partido, como lo son los Leonardo
Rodríguez Alcaine, quienes creyéndose en el Pasado alegan un priísmo
grupal. Sin embargo los mexicanos de hoy son de línea ciudadana libre y
pensante.
Sea
entonces, la lucha encarnizada al interior del sindicalismo dedicado a
“defender” a los trabajadores del traslado de materiales de construcción
conocidos como “DOMPEROS”, una experiencia de mal talante entre la
vieja guardia de dictadores – CTM y CROC – y Los Leonardo Rodríguez
Alcaine, que inició en esta entidad con Pedro Albor Andrade, un
forastero que al paso de los años por efecto constitucional gana la
ciudadanía en el Estado de Baja California Sur y que en octubre pasará
la secretaría general de este sindicato a su sucesor aún sin rostro, no
presencia. Ya vendrá su tiempo.
Ya en la tercera y última entrega daré a conocer las posturas de
Pedro Albor Andrade, Amadeo Murillo Aguilar, Alejandro Cruz Olivera,
autoridades del transporte, empresarios de la construcción y otros
participantes en las páginas negras del sindicalismo Sudcaliforniano.
(COLECTIVO PERICU/ Armando León Lezama/ septiembre 24, 2013)
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