Inseguridad ahuyentó a compradores de frijol en la
zona norte.
Luis Fernando Nájera/Riodoce
Los productores de
frijol tuvieron tan desastrosa temporada que muchos quedaron con deudas. A
quien mejor le fue apenas sacó los costos, pero lo peor está por venir, cuando
el año próximo no lleguen los compradores masivos que han sido ahuyentados por
los grupos armados.
Y es que solo
durante la cosecha del grano, que no duró ni 20 días, tres cargas de frijol
fueron robadas.
Según el
subprocurador regional de Justicia, Juan Francisco López Leal, de los tres
casos de robo de cosecha solo uno fue aclarado, ya que se atrapó a un
responsable y se recuperó el frijol robado. De Las últimas 90 toneladas no hay
mayores informes, excepto la denuncia presentada por padre e hijo
transportistas, que mientras esperaban desembarque en las bodegas de la zona
industrial Jiquilpan, fueron interceptados por desconocidos armados.
Los maleantes
abordaron el camión del padre y otros al hijo. A ambos los llevaron hasta la
carretera Internacional, en donde las cajas fueron desenganchadas de los
tractocamiones y remolcadas por otras unidades.
Los delincuentes en
cuestión de minutos lograron ganancias millonarias, porque el frijol sinaloense
se cotiza por el doble del resto del país, por ser blanco y de alta calidad.
De acuerdo con los
precios que la Agencia de Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria
(Aserca) publica semanalmente, los delincuentes obtuvieron una ganancia
promedio de 2.6 millones de pesos. Y es que de haber transportado el frijol al
Distrito Federal habrían obtenido 2.7 millones de pesos a razón de 30 pesos por
kilo, en Guadalajara lo habrían vendido en 29 pesos el kilogramo, lo que les
representó una venta de 2.6 millones de pesos, pero si lo colocaron en
Monterrey, la ganancia aumentaría 90 mil pesos, pues el kilogramo del frijol
sinaloense se cotiza en 31 pesos por kilo.
Por el tamaño de la
pérdida, los compradores se retiraron de los campos frijoles del norte de
Sinaloa y podrían no regresar porque la inseguridad es alarmante.
Sin garantías para
la inversión, es seguro que no retornarán, por lo que la nueva comercialización
tendrá mayores problemas. Los productores quedarán a expensas de los
intermediarios regionales, quienes tendrán las mejores ganancias puesto que
serán los que comprarán en el campo, lo transportarán hasta lugar seguro y lo
entregarán a los comercializadores importantes. El frijol tendrá un costo
extra, bajo el rubro de inseguridad.
Ulises Robles Gámez,
presidente de la Asociación de Agricultores del Río Fuerte Sur (AARFS), afirmó
que los despojos de frijol a mano armada afectaron “muchísimo” la etapa final
de la comercialización, pues ahuyentaron a los industriales: “Al final ya no
vinieron y todo se complicó”.
La seguridad en los
campos agrícolas es importante y aunque la autoridad siempre ha mostrado buena
voluntad para resolverla, al final se complica todo.
El presidente
interino del Comité Municipal Campesino Número Cinco, Gilberto Irazoqui
Galaviz, aseguró que los robos de cosecha y en especial el del robo de frijol,
terminó cerrando una cosecha insufrible, que dejó más pérdidas que ganancias.
“La inseguridad fue
el broche de oro, porque sin oferta no hay precio para el producto, y eso
arruina a todos”, afirmó.
Y es que la
temporada de frijol arrancó con lluvias intensas que taponaron los terrenos,
obligando a la resiembra. Luego, el ataque de la mosca blanca siniestró muchas
hectáreas en la zona de Higuera de Zaragoza, y después llegaron las heladas y
el frío pudrió las plantas porque trajo hongos.
Al arranque de la
cosecha, los precios reaccionaron a la alza, pero se cayó la producción. Esta
fue de 600 a mil kilos por hectárea con precio de hasta 29 pesos. Los coyotes
operaron y bajaron el precio a 20 pesos, descapitalizando al productor que
llegó a trillar con pérdidas obligando a la intervención de los fondos de
aseguramiento.
Fue, dice, en
definitiva, una temporada difícil, que no dejó utilidad, sino amargo sabor de
boca para la mayoría de los frijoleros, puesto que hay pocos casos de
productores que han guardado la cosecha en espera de que los precios reaccionen
a la alza. “Pero ahí entras al esquema de especulación, que es cuando afectas
al consumidor final por una escasez ficticia, que algunos lo vemos mal, pero
que para otros es una condición de mercadeo, pues lo venden por arriba de 40
pesos”.
Pese a todo lo malo,
consideró Irazoqui Galaviz, los frijoles se mantendrán en la labor y tenderán a
sembrar el mismo grano en la temporada por venir, solo que esta vez exigirán
mayores garantías de seguridad a la autoridad, cuyo esfuerzo, aunque se ve,
termina siendo insuficiente para garantizar que la comercialización de granos
no sea motivo de robos violentos.
“Primero Dios, aquí
estaremos el año próximo”, afirma el dirigente.
Los problemas de frijoles
En campo: taponamiento de siembras, heladas y mosca
blanca.
En traslado: robos a mano armada.
(RIODOCE.COM.MX/ Luis Fernando Nájera/ marzo 17, 2013)
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