El saqueo de los recursos del erario y la impunidad de
funcionarios corruptos son la constante en el ámbito deportivo nacional. Desde
noviembre último Proceso documentó operaciones fraudulentas auspiciadas desde
la Conade por el ex velocista Alejandro Cárdenas en beneficio de intermediarios
y amigos. Ahora aflora un nuevo episodio de presunto fraude y malversación: la
compra, por más de 2 millones de pesos y mediante empresas fantasma, de equipo
para halterofilia destinado al Centro Nacional de Desarrollo de Talentos
Deportivos y Alto Rendimiento. Hasta el momento este equipo no ha sido
entregado.
Beatriz Pereyra/Reportaje Especial
MÉXICO, D.F.
(Proceso).- Por instrucciones de Alejandro Cárdenas, subdirector de Calidad
para el Deporte de la Conade durante la pasada administración, el presidente de
la Federación Mexicana de Levantamiento de Pesas (FMLP), Rosalío Alvarado, le
pagó más de 2 millones de pesos a Jorge Tienda, amigo y compadre del ex velocista,
para la adquisición de equipamiento deportivo que hasta ahora no ha entregado.
Ese equipo debería
estar en las instalaciones del Centro Nacional de Desarrollo de Talentos
Deportivos y Alto Rendimiento (Cnar), donde sólo hay cinco plataformas con una
estructura metálica, pero sin barras ni discos, por lo que no pueden
utilizarse. El resto del equipamiento que se adquirió en julio de 2012 aún no
ha sido entregado por Tienda.
Alvarado explica que
el año pasado solicitó a la Subdirección de Calidad para el Deporte y a la
Dirección de Alto Rendimiento recursos federales para la compra del
equipamiento. Asegura que presentó tres cotizaciones y que Cárdenas le dijo que
le comprara a Tienda porque ese proveedor fue el que ofreció mejor precio.
“Le dije a la Conade
que se necesitaba equipo para el Cnar. Recurrí a las empresas que lo venden y presenté
las cotizaciones. Yo no decidí a quién comprarle, la Conade lo decidió. Me
dijeron que era el que daba el mejor precio del equipo turco Werk San que es el
autorizado por la Federación Internacional”, alega el federativo.
–¿A qué empresa se
lo compraron.
–Una de Monterrey
-¿Cómo se llama?
–La verdad yo sé que
es de él (de Jorge Tienda) porque en octubre más o menos entregó parte del
equipo en el Cnar. Llevó unas tarimas y unos racks que ya están instalados.
Cuando llegó la otra parte del material (en enero pasado) le pedí que me lo
mandara a San Luis Potosí para revisarlo. En lugar de enviarme equipo para
entrenamiento me mandó para competencia. Le hablé y le dije que me envió equipo
de competencia del cual yo sólo pedí tres. Parece que ya a mediados de este mes
me entregará lo que solicité y le devolveré el que tengo. Le hablé y le dije:
“ya entrégame lo que te pedí porque debo comprobar el dinero.
“Las condiciones del
trato era pagarlo totalmente para que me lo enviara. Cuando le han comprado en
otros estados así ha sido. Él pone sus condiciones. Ha vendido en otros lados y
siempre ha cumplido; no tengo ninguna duda de que va a cumplir. Bueno, yo nunca
le había comprado. Es la primera vez.”
–¿Por esa razón
usted no ha comprobado los más de 10 millones de pesos que la Conade le dio el
año pasado?
–Sí, porque debo
demostrar que compré el equipo adecuado, para entrenamiento y para competencia.
Si sólo muestro éste, la Conade me va a decir que no me dio el dinero para eso.
–Dice que usted
nunca le había comprado a Jorge Tienda ¿Lo hizo porque Cárdenas se lo dijo?
–La Conade escogió
al proveedor.
–¿Cárdenas le dijo
que le comprara a Jorge Tienda?
–Yo mandé mi
cotización y me dijeron: “a este le vas a comprar”. Me dieron el recurso y yo
se lo di al vendedor. No sé cómo se llama la empresa, pero me he entendido con
Jorge Tienda. La verdad ya me está causando un problema.
–¿Usted no sabía que
Jorge Tienda es compadre de Alejandro Cárdenas?
–No, no lo sé. Yo ni
lo conocía. Apenas lo conocí en el Sinade (que se realizó en octubre pasado en
Monterrey). Ahí fue donde platicamos. Ahí fue donde me lo señaló Cárdenas.
(Tienda) me dijo que había tenido problemas, no sé qué cosa pasó. Pero el equipo
es bueno, está nuevecito, viene debidamente empacado. Cada equipo trae un sello
de garantía de la Federación Internacional. Desde la fábrica le ponen un sello
con el logo de la Federación Internacional para confirmar que cumple con los
parámetros oficiales.
–¿Quiere decir que
usted no cerró el trato con Jorge Tienda? No tiene un contrato firmado y ni
siquiera lo conocía en persona cuando le depositó más de 2 millones de pesos.
–No. A mí sólo me
dijeron a quién debía depositarle el dinero porque esta empresa es una de las
distribuidoras oficiales del equipo Werk San autorizado por la Federación
Internacional. Hay otras empresas que venden equipo pero sin certificación.
–¿Está usted
consciente de que entregó recursos federales al compadre de un servidor público
para una compra fantasma?
–Es que él
(Cárdenas) me dijo que era la empresa que ofrecía el mejor precio y que era
equipo certificado.
–¿Está seguro de que
Jorge Tienda es el distribuidor oficial de la marca Werk San? Él ya le vendió a
Conade suplementos alimenticios contrabandeados.
–Ahí sí no sé.
–¿No teme haber
pagado por equipo importado de manera ilegal?
–Por lo que he visto
el equipo cumple con la certificación, es el oficial.
–O sea que si un
narcotraficante le vende el equipo oficial le paga con recursos federales. Se
debe fijar en todo ¿no?
–Si esta empresa
entró a una licitación es porque tiene todos sus papeles en regla.
–Las compras que se
hacen con dinero de los fideicomisos de Conade no se licitan, son asignaciones
directas.
–Ah, pues tampoco
sé. El equipo está garantizado; si trae defecto se les devuelve y ellos tienen
que mandar otro.
–No le han mandado
ni lo que pidió y ya pasaron meses. ¿Qué garantía tiene de que cumplirán?
–Ninguna ¿verdad?
Intermediarismo
El pasado 12 de
julio, el fideicomiso Fodepar-CIMA autorizó que se liberaran 2 millones 11 mil
872 pesos para que en beneficio de 29 atletas se adquiriera el siguiente
equipo: tres sets de competencia de 190 kilos; tres barras de competencia de 15
kilos; 10 sets de entrenamiento de 185 kilos; 10 barras de entrenamiento de 15
kilos, y cinco plataformas.
La empresa elegida
para vender este equipo fue Grupo Comercial Kardekk S.A. de C.V. con dirección
en Ignacio Allende 306 Poniente, Colonia Apodaca Centro CP 66600, en Apodaca,
Nuevo León, con teléfono 8386-0812 y Registro Federal de Contribuyentes
GCK-111124-RQ0.
El corresponsal de
Proceso en Nuevo León, Luciano Campos, acudió a ese domicilio y no encontró
ningún rastro de la empresa. En ese lugar está la tienda de abarrotes Elizondo.
La dueña le dijo al reportero que ha ocupado ese local desde hace tres años y
que no sabe nada acerca de Grupo Comercial Kardekk.
Esta reportera se
comunicó al número telefónico. Al preguntar por Jorge Tienda la persona que contestó
la llamada –quien se identificó como José Ignacio– dijo que no se encontraba y
que no sabía a qué hora llegaría. Se le dejó un número de teléfono móvil para
que devolviera la llamada. Hasta el cierre de esta edición, Tienda no se había
comunicado.
Vía correo
electrónico, la reportera solicitó a la empresa Werk San una cotización del
equipamiento que Tienda le vendió a la Conade. El responsable de la oficina de
importaciones y exportaciones, Olgu Yoruk, cotizó los mismos productos en 32
mil 381 dólares (410 mil 267 pesos) más los gastos de envío por barco desde
Turquía a México. También ofreció un descuento adicional si el pedido se hacía
a más tardar en una semana.
Lo anterior confirma
que Tienda vendió a sobreprecio el equipamiento deportivo que aún no entrega.
Además, Yoruk aclaró
que Werk San no tiene ningún distribuidor oficial en México, sólo en Estados
Unidos. Negó conocer a las empresas BP Sports y Grupo Comercial Kardekk, pero
dijo que hace tiempo Jorge Tienda le compró algunos productos.
Esta es una muestra
más de que Tienda fue el proveedor más beneficiado con recursos federales de la
Conade durante el tiempo que Alejandro Cárdenas fungió como subdirector de
Calidad para el Deporte. El compadre del ex velocista fue elegido para realizar
a través de las federaciones deportivas un sinnúmero de compras de productos
cuya existencia no está comprobada.
También se evidencia
que Grupo Comercial Kardekk S.A. de C.V. es una de las empresas pantalla que
Tienda utiliza para que en las comprobaciones de los recursos federales no
aparezca el nombre de BP Sports, empresa de su propiedad que opera en
Monterrey.
En noviembre pasado
este semanario publicó que a través de dos empresas pantalla, Tienda vendió a
la Federación Mexicana de Asociaciones de Atletismo (FMAA) 3 mil 900 botes de
suplementos alimenticios y equipo deportivo por un monto superior a los 4
millones de pesos. Hasta hoy, la Conade no ha demostrado que tal número de
botes fueron entregados, ni hay evidencia de que exista el equipamiento deportivo.
El presidente de la FMAA, Antonio Lozano, comprobó el gasto con dos facturas
falsas (Proceso 1882).
A la administración
de Jesús Mena como director de Conade le corresponde investigar esas compras
que denotan un esquema de corrupción y tráfico de influencias mediante el cual
Cárdenas utilizó a las federaciones de distintos deportes para justificar el
ejercicio de recursos federales depositados a su compadre Jorge Tienda, con el
pretexto de comprar equipo deportivo, insumos médicos y suplementos alimenticios.
Desde todos sus
cargos públicos –primero en Veracruz con el cobijo del gobernador Fidel
Herrera–, Cárdenas ha procurado que su amigo y compadre Jorge Tienda obtenga
contratos por asignación directa, lo mismo para la construcción de pistas de
atletismo que para la compra de equipamiento deportivo.
Exponentes de la
corrupción y la impunidad, Cárdenas y Tienda siempre han quedado mal en la
entrega de los equipos deportivos o en la calidad de las instalaciones
deportivas en cuya construcción participaron. Ejemplo de ello es la pista de
Cosamaloapan en la que se dilapidaron más de 10 millones de pesos y quedó
inconclusa, o la de la Universidad de Colima que estuvo mal construida.
Desde su puesto en
la Conade, Cárdenas utilizó el dinero del fideicomiso Fodepar-CIMA para pagar
salarios a sus empleados personales como es el caso de Lenin Sandoval Martínez,
quien cobra 15 mil pesos y no atiende a ningún atleta. Sandoval vive en
Veracruz y se desempeña como fisiatra en la clínica de rehabilitación La Meta
(ubicada en Plaza Veleros, una de las zonas de mayor plusvalía en Boca del
Río), propiedad del ex velocista.
También utilizó
recursos del erario para pagar el salario de Pedro Marroquín, chofer de su
esposa, la ex atleta Romary Rifka. Se le pagaban 12 mil pesos mensuales a
través de la Federación Mexicana de Judo.
(PROCESO/Reportaje Especial/ Beatriz Pereyra/ 17 de
marzo de 2013)
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