Tamales jarochos
Tercia tamaulipeca
Abrir paso al PAN
Julio Hernández López
SOLIDARIDAD CON VÍCTIMAS. El sacerdote Alejandro Solalinde,
el poeta Javier Sicilia y otros activistas guardaron cinco minutos de silencio
durante el lanzamiento de la campaña En los zapatos del otro, con la cual se
busca la solidaridad de la población con quienes han sufrido la pérdida de
familiares debido a la violencia en el país. El acto fue realizado en el Teatro
de la CiudadFoto Carlos Cisneros.
Dos vertientes judiciales de una misma estrategia electoral: exhibir
la podredumbre del priísmo peñanietista para tratar de abrir camino a un
reposicionamiento de la opción de blanco y azul que será definida el próximo 5
de febrero.
Una vez más, el uso instrumental de la procuración de justicia para
propósitos facciosos, pero ahora no contra un gobierno alicaído como ha sido el
de Leonel Godoy en Michoacán, sino contra el cártel de tres colores que se
siente llamado a retomar el poder federal en las urnas mediante operaciones
aplastantes para las cuales fluye dinero de múltiples fuentes.
La primera batalla en forma de esta nueva guerra felipista tomó con los dedos
contra la puerta a la administración de Javier Duarte, el gobernador de Veracruz
que forma parte de la coalición de erarios estatales que apoya la campaña de
Enrique Peña Nieto.
Duarte ha cedido buena parte del poder local a fuerzas
federales, en particular a la Marina, y ha tratado de congraciarse con el jefe
militar del país, Felipe Calderón, pero aun así ha sido exhibido ahora en
trasiegos de dinero que con verdaderos atentados contra la inteligencia ha
tratado de explicar su secretario de finanzas, de por sí siempre embarrado en
oscuras danzas de millonadas.
La transportación aérea de 25 millones de pesos en efectivo solamente sugiere
escenarios de alta corrupción: la versión más extendida habla de que ésa sería
una aportación periódica de uno de los patrocinadores de la campaña encopetada
(los gobernadores priístas han asumido como parte de sus obligaciones la entrega
de efectivo para impulsar los planes electorales peñanietistas desde 2009, en
que arrasaron en comicios federales intermedios e impusieron
triunfosinexplicables en algunas gubernaturas), pero también podría tratarse de una toma de utilidades personales derivadas de la gran corrupción sabidamente instalada en las finanzas veracruzanas (Tomás Ruiz, el secretario del ramo, fue director de Banobras, el SAT y, gracias a Elba Esther Gordillo, de la jugosa Lotería Nacional.
Miguel Ángel Yunes lo mencionó como partícipe de las reuniones con la
cacica sindical en las que supuestamente se exigió al entonces director del
Issste que entregara millones en efectivo al Panal, que también dirigió el
mencionado Ruiz), o podrían destinarse esos recursos al pago de voluntades
capitalinas favorables al proyecto gaviotón.
La sincronía bélica entre Los Pinos y el PAN (con el impresentable Juan
Molinar HorcABCitas en primera línea) topó con una defensa lamentable del
secretario Ruiz, que se atrevió a sugerir que el traslado de millones en maletas
se debía a la premura con que debían atender compromisos relacionados con
fiestas como la Candelaria (¿tamalitos verdes, blancos y rojos, bien
copeteados?), el carnaval y la Cumbre del Tajín (¿artistas o empresas
participantes en estos espectáculos reciben pagos en efectivo, con tufo a
evasión de impuestos, y un gobierno local se presta a esas maniobras?), como si
fuera más veloz un vuelo con maletas que una transferencia electrónica de
dinero. De inmediato cayó el tesorero veracruzano.
Debería seguir el secretario
Ruiz y ellos y el gobernador Duarte habrían de dar explicaciones creíbles de lo
que sucedió en ese movimiento de dinero al clásico estilo de la delincuencia
organizada en el que fueron pillados por el calderonismo que, por lo demás,
desde hace largo rato mantiene la mira en Fidel Herrera, a quien considera
responsable del asentamiento de Los Zetas en la entidad.
El caso de Tamaulipas tiene sello de sangre. Antes de las elecciones que
según todas las encuestas habría de ganar sin problemas fue asesinado el
candidato Rodolfo Torre Cantú, designado por Eugenio Hernández Flores, a quien a
su vez dejó Tomás Yarrington, quien sucedió a Manuel Cavazos Lerma, miembro
destacado éste del salinismo que hoy, con Peña Nieto como parapeto electoral,
cree estar de regreso con tanta fuerza como para imponer a Cavazos Lerma como
candidato al Senado.
En Tamaulipas, cuna y sede del cártel del Golfo y
de su escisión, Los Zetas, no había gobernadores, sino administradores
del
negocio, se solía decir.
Las versiones públicas apuntan a Yarrington
como responsable (al estilo de Fidel Herrera en Veracruz) de la máxima
consolidación de esas actividades delictivas en la entidad, que tuvieron gozosa
continuidad durante el periodo asumido por Hernández Flores.
Pero, a la hora de planear la instalación del siguiente administrador, una
relampagueante y precisa operación lo asesinó a él y a algunos de sus
acompañantes.
En el círculo de Hernández Flores se decía en voz baja que una
acción de ese tipo solamente podría haber sido realizada por personal de alta
especialización y garantizada protección, más allá de las capacidades de los
narcos.
También se hablaba de que Los Pinos exigió al entonces
gobernador Hernández Flores que fueran canceladas las elecciones, pero en lugar
de ello se tomó la decisión de nombrar candidato sustituto al hermano del
difunto, Egidio Torre Cantú, quien ganó sin problemas los comicios y desde
entonces vive en un blindaje permanente, temeroso de lo federal y sujeto a lo
local.
Ahora, la PGR ha planteado una
alerta migratoriapara impedir que viajen fuera del país los tres ex gobernadores que están bajo indagación.
Cavazos Lerma fue el único que dio la cara e incluso dijo que estudiaría la
posibilidad de contrademandar a la administración federal. Detrás de él está
Carlos Salinas de Gortari.
Ya se verá en qué termina este nuevo lance
bélico-electoral del calderonismo que, por lo visto, ha iniciado en forma su
temporada de cacería, en busca de doblegar al puntero de tres colores y generar
condiciones de crecimiento para quien quede como aspirante panista a la
presidencia de la República. Más lo que se acumule.
Y, mientras Calderón recibe críticas de empresarios con los que se reunió en
Guadalajara, y la pregunta de cuántos muertos más habrá en su guerra, ¡hasta
mañana, con Corderín preparando su bazuca y pidiendo que nadie se sorprenda si
él es el ganador de la contienda panista!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio
Astillero
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