domingo, 16 de octubre de 2011

LIBERTAD INMEDIATA

Graciana. Justicia… al fin.
 Sale Graciana Meza de prisión después de tres meses

Martín Durán
 Al caer la tarde del miércoles 5 de octubre, el notificador subió las escaleras del primer piso del módulo femenil del penal de Aguaruto y le dio la noticia: “Ya estás libre”, le dijo a la mujer que no creyó que el Tercer Tribunal Unitario había determinado su inmediata liberación.

Así terminaba para Graciana Meza Beltrán la odisea en contra del aparato de justicia, que la culpó y no quiso ver que ella es homónima de la mujer a la buscan por delitos ligados al narcotráfico, y que la llevó a permanecer tres meses y una semana recluida.

Como si fuera una bofetada a las investigaciones de la Procuraduría General de la República (sus ministerios públicos, sus policías investigadores, llámese Juan Manuel Jaime Reyes) y aún para la “miopía” del juez cuarto de Distrito, Meza Beltrán exhibe su hoja de liberación, en donde el tribunal señala que queda en libertad “por tratarse de un homónimo”.

Alegría contrariada Tres horas después de que le avisaron que se iba “con todo y chivas”, pisó los pasillos exteriores de la penitenciaría.

Al llegar Ríodoce pasadas las 19:00 horas, ya su familia estaba con ella, vestidos con ánimo festivo.

“Por fin, al menos ya se dieron cuenta de que no tenía nada que ver”, dice, mientras su hija y su cuñada la abrazan.

La alegría y la impotencia, sentimientos encontrados. Incluso afuera, ya con la hoja de libertad inmediata en las manos, Meza Beltrán señala que aún no cree que ya en pocos días estará de regreso con sus hijos, en la Ciudad de Mexicali.

Y es que a las 16:00 horas que le avisaron que salía, hasta entró en crisis nerviosa y le tuvieron que dar agua con azúcar para bajarle el shock provocado por la noticia.

Meza Beltrán refiere que ni siquiera se quería alistar, pues todo el tiempo pensó que le estaban jugando una broma.

“Ya cuando las muchachas me dijeron que me dejara de cosas, que me bañara, porque sí, ya me iba, y la verdad estoy afuera y sigo sin creerlo”, comenta.

Fue un largo peregrinar, del cual Ríodoce dio cuenta en sus ediciones 443, 449 y 453. Y a pesar de las denuncias, en el caso no hubo visitadores de derechos humanos, luchadores sociales, temerarios libertarios que exigieran que fuera puesta en libertad.

Pero ella no se amilana y asegura que siempre confió en su inocencia, en las pruebas, en los testigos, en que no era ella la mujer que en enero del 2004 rentó una finca en el ejido La Piedrera de Costa Rica, donde seis meses después el Ejército encontró un laboratorio de drogas sintéticas.

Acusada porque la credencial del IFE utilizada para arrendar la propiedad estaba a nombre de Graciana Meza Beltrán, la PGR y sus agentes investigadores la detuvieron, no una sino dos veces. La primera en Mazatlán, en julio del 2009, cuando vivía de regentear una tienda de abarrotes.

 La trajeron a punta de pistola a la delegación de la PGR en Culiacán y después de percatarse que era homónima la soltaron. Pero dos años más tarde, cuando vivía en Mexicali con sus cinco hijos, y vivía de trabajar en una fábrica de celulares, luchando por obtener un crédito de Infonavit, otra vez el mismo agente de la AFI, Jaime Reyes, fue para detenerla, asegurándole que tenía pruebas contra ella.

 “Ahora sí va en serio”, le había dicho el policía en el camino. Por más que era evidente que se trataba de un caso de homonimia, el aparato de justicia se empecinó en no reconocerlo.

El 29 de junio pasado fue puesta a disposición del juez cuarto de Distrito, el licenciado Francisco Saldaña Arrambide. Entonces el abogado, Rubén Martínez García, pidió duplicidad de término para poder mostrar el examen dactilográfico, en donde se comprobó que la huella digital de la credencial usada para rentar el inmueble y la de Meza Beltrán eran distintas.

Se aportaron otras pruebas documentales, según la defensa. El 5 de julio se pensó que el juez dictaría el auto de formal libertad, pero lo que llegó fue la formal prisión, sin posibilidad de salir en varios meses.

Con el paso de las semanas, las pruebas y los testimonios a su favor se fueron acumulando en el expediente 17/2005-III. El IFE reconoció que la credencial con el nombre de Graciana, en cuya foto se observa a una mujer con rasgos indígenas, era apócrifa, pues no tenía registro. Las firmas analizadas tampoco eran iguales.

La Secretaría de Gobernación también informó que no había registro de Graciana, la “mujer oaxaqueña”, en el CURP.Tampoco el IMSS poseía registro de ella, por lo que la defensa infirió que la credencial fue inventada con ese nombre.

Y todo recayó en Meza Beltrán, nacida en Durango, radicada actualmente en Mexicali, donde cuatro hijos esperan siempre.


En entrevista, Graciana refiere que su preocupación ahora es el regreso a la ciudad fronteriza junto con su cuñada y su hija mayor. Sin un centavo en la bolsa, apela a las autoridades que la encarcelaron le den apoyo para marcharse y dejar atrás esta pesadilla que espera no volver a vivir.

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