La organización no
gubernamental Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) publicó este
miércoles 9 mil archivos desclasificados sobre el expediente del juicio
condenatorio contra Mario Aburto Martínez por el homicidio del entonces
candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la Presidencia de
México, Luis Donaldo Colosio Murrieta, asesinado a balazos el 23 de marzo de
1994, en un acto de campaña que se llevó a cabo en Lomas Taurinas, en Tijuana,
Baja California.
Entre los nuevos datos del
caso revelados por los documentos desclasificados, se encuentra una declaración
del 29 abril de 1994, donde Aburto Martínez relató que un agente -no dijo de
cuál corporación- quien sin ser notado por sus compañeros le dijo al presunto
homicida que el presidente Salinas de Gortari estaba en el teléfono y quería
negociar con él.
Según la declaración de
Aburto Martínez, el entonces presidente de la República le mandaba a decir que
le ofrecía lo que él pidiera, con la condición de que “de preferencia” dijera
que le había pagado un partido político para asesinar al entonces candidato
presidencial priista.
“El declarante [Aburto
Martínez] contestó que aunque lo mataran jamás se prestaría para porquerías de
ese tipo, y que a continuación la persona con la que dialogaba le dio un golpe
en el rostro y le dijo que quién era él para haber dicho lo anterior”, continuó
el relato del inculpado.
Otra revelación indica que
Fernando De la Sota y Alejandro García Hinojosa pertenecientes al Grupo Omega y
entonces escoltas de Colosio Murrieta, cambiaron su versión de los hechos, y
que incluso el juez notó “prepotencia” por parte de los ex agentes durante el
careo con Aburto Martínez.
Además, se reveló que Jorge
Antonio Sánchez Ortega, agente del Centro de Investigación y Seguridad Nacional
de la Secretaria de Gobernación (CISEN), fue detenido por llevar manchas de
sangre de Colosio Murrieta en su chamarra, porque en una primera instancia
aseguró que no portaba armas, sin embargo en la prueba de Radizonato de Sodio se
confirmó que el agente tenía plomo en las manos.
Asimismo, se revelaron datos
como el que la entonces novia y dos primos de Aburto Martínez -Graciela
González Díaz, Mauricio y Marcelino Ortiz- admitieron durante una primera
instancia que el presunto homicida sabía manejar armas y que lo habían visto
practicar. Sin embargo, en una segunda declaración, denunciaron que la policía
del caso los amenazó y condicionó para hacer dicha declaración.
Por otra parte, en su primera
declaración, horas después del asesinato, Aburto Martínez admitió haber creado
un plan para asesinar a Colosio Murrieta y que actuó en solitario. Pero después
denunció abusos físicos y amenazas por parte de la Policía del caso. Después,
en otra declaración se retractó, por lo que fue golpeado y amenazado por los
cuerpos de seguridad.
Aburto Martínez era entonces
un hombre de 24 años de edad que fue atrapado instantes después del crimen.
Según su declaración, cuando era trasladado de Lomas de Taurinas a las oficinas
de la Procuraduría General de la República (PGR) en Tijuana, los agentes que lo
llevaban le dijeron que tenía que declarar que pertenecía a un “grupo armado o
a un grupo político”, y que en caso de no declararse culpable se vería en grave
peligro.
Según la misma versión,
Aburto Martínez contó que fue sacado de las oficinas de la PGR “envuelto en un
colchón”, a un lugar “donde se escuchaban las olas del mar”, en donde aseguró
que lo torturaron. “Me dijeron que mi mamá también estaba siendo torturada”,
dijo en la ampliación de su declaración, en la cual afirmó que querían que
inculpara a alguien.
El expediente de más de 9 mil
hojas que se puede consultar en un micrositio de la página web de MCCI,
contiene careos, testimonios, fotografías y videos ordenados en 10 capítulos.
También aparecen las pruebas presentadas por la defensa de Aburto Martínez, así
como dictámenes oficiales, partes policiales, declaraciones y recreaciones.
Los documentos a los que tuvo
acceso MCCI recorren los siete años de investigación de la Fiscalía Especial para
el caso Colosio, con datos que no fueron incluidos en la versión pública de la
PGR.
La ONG recordó que el único
documento oficial que podía ser consultado eran los cuatro tomos públicos que
contienen un resumen de las investigaciones que se llevaron a cabo para
esclarecer el magnicidio y fueron publicados en el año 2000 por el último fiscal
del caso, Luis Raúl González Pérez.
En noviembre del año pasado
el Consejo de la Judicatura Federal (CJF) revocó la reserva que se mantuvo
sobre el expediente durante 25 años y ordenó hacerlo público, debido a que,
dijo, el asesinato de Colosio Murrieta se trata de un asunto de interés
general.
EL VIDEO DEL TESTIMONIO DE MARIO ABURTO
Junto con el expediente MCCI
compartió un video de casi una hora de duración donde el mismo Aburto Martínez
relata cómo fue el asesinato de Colosio Murrieta. La grabación data del 16 de
septiembre de 1994, casi seis meses después de los hechos, en el Centro Federal
de Readaptación Social (Cefereso) Número 1, ubicado en Almoloya de Juárez,
Estado de México.
Aburto Martínez insistió en
que el homicidio se trató de un accidente y que su intención no era disparar al
candidato presidencial del PRI. Además, contó que acudió al mitin “por
curiosidad”, y cuando parecía acabar el evento, quiso irse del lugar, pero una
persona detrás de él comenzó a empujarlo.
Los empellones, según Aburto
Martínez, provocaron que se intentara salir el arma que traía en el pantalón de
un costado, por lo que la tomó con la mano derecha. Indicó que él intentó salir
de nuevo de entre la multitud para colocarse el arma en el pantalón, pero al
ver un hueco por donde pasar enfrente de él, continuó caminando hasta toparse
con el candidato.
El presunto homicida culpó a
la gente de seguridad del evento, ya que dijo ellos debieron escoltar al
candidato presidencial hacía el frente, en lugar de que caminara en una ruta un
tanto irregular. Asimismo, relató que cuando él caminaba hacía su lado
izquierdo, Colosio Murrieta era empujado por la multitud al lado derecho, y que
ambos se encontraron “por suerte”.
Aburto Martínez aseguró que
él escondió el arma dentro de una de las bolsas de su chamarra, aunque esta no
cabía del todo, por lo que la pistola comenzó a resbalarse. Entonces la tomó de
nuevo y la sacó. Además afirmó que no guardó de nuevo el arma en su pantalón
“por el temor” en que la multitud viera que portaba una pistola en el evento.
El presunto homicida siguió
caminando, pero más aprisa, para taparse con la gente y poder guardar el arma,
entonces así salirse del lugar. Sin embargo, a unos pasos del candidato, Aburto
Martínez recibió un golpe, el cual provocó que su pie se doblara y que él
estuviera a punto de caerse.
Al intentar agarrarse, según
relata, puso la pistola en el hombro del candidato presidencial, activándose
así el arma, disparando contra su cabeza. Como estaba aturdido por el golpe,
Aburto Martínez aseguró desconocer a quién le disparó.
Mientras tanto, Colosio
Murrieta recibió el disparó en la cabeza, dio un giro de 180 grados, exponiendo
su otro costado a Aburto Martínez, quien dijo desconocer de dónde vino el
segundo disparo. Sostuvo que él no fue quien disparó por segunda ocasión, ya
que el tropezó dándole la espalda al candidato, recibiendo el balazo del lado
contrario donde se encontraba él.
(SEMANARIO ZETA/ DESTACADOS CARLOS ÁLVAREZ /MIÉRCOLES, 30 ENERO, 2019
05:25 PM)
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