La locura y vicios son el
riesgo moderno que ahora enfrenta la juventud, derivado del consumismo que
provocan las redes sociales, sostuvo
José Manuel Castrejón Vacio, veterano promotor de políticas públicas en
control de adicciones.
Reveló que los estudios más
recientes ubican que entre el 25 y 30 por ciento de los adolescentes tienen
trastornos mentales como depresión, ansiedad, insatisfacción, maldad,
inseguridad, desorden alimenticio, baja autoestima y que para controlarlos
desarrollan adicciones al alcohol, estupefacientes pero también a nuevos vicios
como el juego de apuestas y apego a las redes sociales, afirmó.
Invitado a disertar la
conferencia “Prevención, Atención y Reinserción de Conductas Adictivas”,
promovido por el Instituto de Prevención de Adicciones del Municipio de Ahome
(Iprama) dentro del proyecto de creación del Plan Municipal de Desarrollo Ahome
2018-2021 que desarrolló la directora de Planeación e innovación Gubernamental,
Juana Minerva Vázquez González, el ex secretario técnico de la Comisión
Especial de Salud Mental y Drogas de la XLIII Legislatura de la Cámara de
Diputados, aseguró que el nuevo fenómeno se desarrolla a partir de que la
juventud cree que la vida es sólo diversión en antro, convivencia en redes
sociales, cerveza sin límites.
“Crecen con el bienestar
material, tienen un vacío que tratan de llenar con un mundo de diversión, en
una pantalla, en la que sólo reciben atención superficial”.
Aseguró que las nuevas
enfermedades mentales en la juventud son porque los escenarios de convivencia
cambiaron.
“Hay escenarios diferentes
con la tecnología que los jóvenes no están preparados para desecharlos o
aceptarlos mentalmente. No alcanzan a procesar tanta información. Hay un uso
excesivo de redes sociales, hasta seis horas y 10 horas, y eso transforma las
mente, las formas de comportamiento y los orilla al consumismo, orientado al
placer, a una satisfacción inmediata, sin familia ni maestros”.
Dijo que las opciones
individuales para lograr un cambio en la juventud es retomar la unidad
familiar, enseñar valores y crear la posibilidad de ver la vida desde otra
perspectiva. “Enseñar el manejo de emociones (violencia, adicciones) y valores
como confianza, empatía, solidaridad, bien común, responsabilidad, cuidado de
sí mismo, son la base fundamental para prevenir conductas adictivas en los
jóvenes”.
Los problemas mentales
también se están formando en la niñez, en donde los padres se niegan a ver los
problemas de sus hijos. “No se quiere ver los problemas en el hogar, cuando el
niño se pone violento o es aislado, fuma cosas o se corta o manifiesta
pensamiento suicidas. Siete años después
de iniciados los primeros síntomas, detectará consumo de drogas, y se convierte
en un problema de adicción. Entonces, el hijo tendrá muy ocupados a los padres
en tribunales y en centros de adicción, y será tarde para prevenir.
Comentó que padres infelices
producen chicos delincuentes, lo que es una receta para el desastre. “Déle todo
lo que quiera: celulares, ropa, dígale que el mundo le pertenece, celebre los
malos hábitos, que no tienda su cama, que no lave los trastes; afírmele que es
un genio, aléjelo de la espiritualidad hasta que sea mayor de edad; que él sepa
que los demás tienen la responsabilidad de cuidarlo, enséñele sus derechos y no
sus responsabilidad porque se puede traumar; que sea violento, que defienda sus
derechos con violencia, déle dinero pero que no sea el resultado de su esfuerzo
y sacrificio, que no sufra carencias como las que usted padeció, y lo llevará a
las drogas, siempre dele la razón, manténganlo en el internet y entonces usted
será un papá muy ocupado y temeroso del futuro de su hijo, porque estará en
tribunales o en un centro de adicción”.
Castrejón Vacio comentó que
un chanclazo dado con puntería o una nalgada a tiempo no trauma a nadie, y no
es violación a los derechos de los niños ni adolescentes, y en ocasiones da
mejores resultados que un terapeuta sicológico.
“El padre no es amigo, es un
padre con la obligación de formar a los hijos. Hoy, los padres no saben serlo,
porque están rebasados: chicos que golpean a los padres, los amenazas y los
culpan, son muy inteligentes. Llegó la hora de cambiar, de promover reglas,
valores y enseñarles a los padres a ser padres”, concluyó.
Artículo publicado el 27 de enero de 2019
en la edición 835 del semanario Ríodoce.
(RIODOCE/ LUIS FERNANDO NÁJERA/ 29 ENERO, 2019)
No hay comentarios:
Publicar un comentario