La apabullante victoria de
Sara Valle Dessens en la alcaldía porteña, vuelve a poner bajo el tapete varios
interrogantes: ¿Quién ejercerá el verdadero poder detrás del trono que ocupará
la dama?
Esta pregunta no es gratuita
dado el carácter de la maestra del Cet del Mar, de quien luego de su
participación en El Barzón, la otrora organización de los deudores de la banca
que en 1997 se convirtió en su plataforma para llegar a la presidencia municipal,
nunca más participó en política, pues ni siquiera se sumó a movimientos y
organizaciones sociales como el Movimiento No al Gasolinazo de principios de
2017, ni mucho menos apoyó a los maestros en su lucha en contra de la reforma
educativa.
Durante el Gobierno de
Ciudadanos, cuando el Peje era presidente nacional el PRD y Sara era apoyada
por la tribu Foro Nuevo Sol de Amalia García y que capitaneaba en Sonora el
diputado perredista Juan Manuel Ávila Félix, la entonces alcaldesa no dejó
sentido a nadie: Armando “Pozole” Saucedo y Lorenzo “Lencho” Ramos Félix,
iconos de la “izquierda que cobra con la derecha”, fueron los primeros en
saltar del barco; luego le siguieron el Grupo Coyota, que eran funcionarios
venidos de la capital como Santiago Luna, Oscar Ramos y Miguel Ángel Haro;
después se peleó con la mayoría perredista en cabildo que coordinaba Santos
Alberto Tarín y hasta con el síndico Baltazar Terrazas; se enfrentó a la prensa
que no le era adicta como La Voz del Puerto, diario que fue tomado en un arranque
de desesperación; con sus huestes cerró el juzgado civil y se echó encima a
todos los partidos políticos, el PRI que dirigía Marcos Ulloa, el PAN que
encabezaba Bernardino Cruz Rivas y hasta el suyo, el PRD.
No bastando con ello impulsó
las asambleas vecinales como forma de gobierno paralelo al legal, lo que le
valió la revocación de mandato en 1999.
La Sara de antaño, que era
azuzada por su exmarido Joel Mendoza, es vista con recelo por amplios sectores
de Morena y de la sociedad, a sabiendas que detrás de ella se mueve la sombra
de Jaime Moreno Berry, su verdadero jefe y patrón, quien juega para él solito.
Moreno Berry, es una liebre
muy baleada en las lides de la grilla y gracias al voto obtenido alcanzó una
diputación pluri, desde donde se alzará como el gran mentor de alcaldes y
legisladores que se la deben.
Debido a esto, el ingeniero
Heriberto Aguilar, diputado federal electo por el 04 distrito y quien liquidó
los sueños el regreso a la política del ex alcalde Otto Claussen Iberri, ha
decidido no meter su cuchara en las cosas que atañen al municipio.
Bajita la mano, Heriberto,
tiene el capital político necesario para convertirse en unos meses en el hombre
fuerte del morenismo en Guaymas y sus alrededores, salvando el escollo que
significa la fidelidad a Jaime Moreno, el dueño del PT en la entidad, de
personas como Rodolfo Lizárraga y la propia alcaldesa electa.
Y como se ve Morena y el PT,
no se diga el PES, caminan en rutas distintas, al menos en corto y mediano
plazo.
La búsqueda de la gubernatura
en 2021, podría volver unirlos y volverían a ponerse ante el juicio de la
ciudadanía por haber ejercido el poder correctamente o terminar convertidos en
flor de un día.
Veremos…
(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ LA VIÑA DE SEÑOR/11 JULIO 2018)
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