martes, 3 de julio de 2018

AUTORIDAD IGNORA ADVERTENCIA Y CINCO REOS SE FUGAN DEL PENAL DE AGUARUTO



EVASIÓN. De cuatro líderes de brazos armados del Cártel.

El 16 de marzo del año pasado en el penal de Aguaruto no hubo una fuga, fueron dos y las autoridades de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE) tuvieron tiempo para evitar por lo menos la segunda.

De acuerdo con expedientes del juzgado cuarto de distrito, primero escapó Juan José Esparragoza Monzón, el Azulito o el Negro, hijo de Juan José Esparragoza  Moreno, el Azul, quien se fue desde la mañana de ese día; y luego cuatro operadores del Cártel de Sinaloa, después del mediodía.

Los que también se fugaron ese día son Jesús Peña González, el 20; Rafael Félix Núñez, el Changuito Ántrax; Alfonso Limón Sánchez, el Limón; y Francisco Javier Rosales Zazueta, el Chimal, presuntos líderes de los principales brazos armados y operadores financieros del cártel.

Esa fue la primera burla de la delincuencia al Gobierno de Quirino Ordaz Coppel, y a la administración de Genaro Robles Casillas como Secretario de Seguridad Pública del Estado.

Desde el primer reporte de fuga que tuvo la SSPE hasta que activaron el código rojo por la evasión, pasaron tres horas.

En ese lapso, la Secretaría de Seguridad Pública del Estado recibió varios avisos, primero una llamada anónima al 911, luego el Centro de Investigación y Seguridad Nacional los alertó y los medios de comunicación y redes sociales ya publicaban información sobre la posible fuga, señalan los documentos de los que Ríodoce tiene copia.

A las 11:00 de la mañana recibieron una llamada anónima al 911 que alertaba que el Azulito había escapado y era verdad, ya se había ido; pero los otros cuatro todavía no salían, se fueron dos horas y media después ocultos en una camioneta que entró y salió del penal sin ser revisada por los custodios; y el código rojo por fuga se activó hasta las 14:00 horas.

De hecho, la SSPE supo de un rumor de que podría haber fuga desde tres meses antes.

Por eso el 21 de enero del año pasado, la dependencia trasladó al penal de Goros, en Los Mochis, al 20, al Changuito Ántrax y al Limón.

Una semana más tarde, los tres estaban otra vez en Aguaruto, ya que tenían en trámite juicios de amparo contra cualquier traslado y no podían ser llevados a otro penal hasta que el juez de amparo dictara sentencia.

Y se quedaron ahí, hasta el 16 de marzo cuando escaparon en el doble fondo de una camioneta.

LA FUGA MINUTO A MINUTO

Por la fuga de los presuntos cinco líderes de brazos armados y financieros del Cártel de Sinaloa, la Procuraduría General de la República (PGR) llevó ante un Juez a seis celadores y a un civil por evasión de presos en septiembre del año pasado.

De los expedientes se desprende la cronología de la fuga del 20, el Changuito Ántrax, el Limón y el Chimal.

De acuerdo con la imputación presentada por la PGR en septiembre, hasta ese momento no se tenía establecida la forma como escapó el Azulito, pero sí había la certeza de que se fue primero y no salió junto con los otros cuatro supuestos operadores del cártel.

Testimonios recogidos por la fiscalía señalaron que el hijo del Azul ya no estaba en el penal desde la mañana del 16 de marzo.

En la investigación que hizo la fiscalía, por medio de los videos de las cámaras de vigilancia del reclusorio y entrevistas con custodios y presos, se estableció la mecánica de la segunda fuga; y los avisos que tuvo la SSPE.

Según los documentos, el primer aviso de fuga llegó a las 11:00 horas con una llamada anónima al 911, en la que decían que el hijo del Azul se había escapado y que había disturbios en el penal.

El Subsecretario de Seguridad Pública, Cristóbal Castañeda Camarillo se comunicó con el encargado de la dirección del penal, Víctor Manuel Mauricio Flores Díaz Bonilla y éste envío al custodio listero del módulo 21 a buscarlo.

El celador volvió y dijo que sí estaba; y Flores Díaz comunicó a Castañeda que el reo se encontraba en su módulo.

Después vino la segunda alerta, una llamada del Centro de Investigación y Seguridad Nacional, y además, señala el expediente, en los medios de comunicación y redes sociales se publicaba la posible fuga del Azulito.

De nueva cuenta, a las 12:20 horas, Castañeda Camarillo pidió al encargado del penal que verificara y envió el jefe de seguridad del reclusorio, quien manifestó que el Azulito sí estaba.

Después de ese momento, el jefe de seguridad desapareció y la SSPE ya no volvió a saber de él ni ese día ni en los días siguientes.

A las 12:50 horas, otra vez el Subsecretario se comunicó al penal y pidió al encargado de la dirección que personalmente buscara al Azulito.

Alrededor de las 13:20 horas, el encargado del penal notificó a Castañeda que el Azulito no estaba y que según sus compañeros de módulo desde la mañana no lo veían.

Hasta ese momento, los otros cuatro operadores del cártel todavía no salían del reclusorio, pero su fuga estaba en proceso.

Según la PGR, a las 12:58 horas entró al pórtico del penal una camioneta de redilas con logotipos de una empresa con material para el taller de carpintería.

A las 13:12 horas los custodios le permitieron la entrada sin revisarla y el encargado de revisión de vehículos se subió a la camioneta.

Ese día, jueves, no debían entrar vehículos al penal pues hay días designados para el ingreso a dejar materiales e insumos.

Además, señala la PGR, los vehículos no llegan hasta ese taller sino que hay personas que trasladan los materiales.

En el taller la camioneta fue colocada de manera que las cámaras de vigilancia no captaran lo que estaba ocurriendo.

A las 13:22 horas, la camioneta entró al taller, a donde minutos antes ya habían ingresado los cuatro reos que se fugaron y otros dos más.

Cuatro minutos más tarde, a las 13:26 horas, llegó al penal un hombre identificado como Julio César y entró sin que lo revisaran y sin registrarse.

El hombre se dirigió directamente hacia el área de talleres y en el trayecto se encontró a un custodio, a quien dio una palmada; y al llegar al taller de carpintería saludó amistosamente al conductor de la camioneta e intercambiaron algunas palabras.



A las 13:30 la camioneta se retiró del área de talleres, a las 13:34 llegó al pórtico y a las 13:37 horas salió del penal sin que la revisaran y justo detrás iba Julio César caminando.

Del video de una de las cámaras instaladas en una de las torres de vigilancia a simple vista se aprecia que el vehículo tiene un compartimiento secreto, aseguró la PGR.

El Subsecretario de Seguridad Pública llegó al reclusorio alrededor de las 14:00 horas y fue cuando se activó el código rojo.

Hasta esa hora, elementos de la Policía Estatal Preventiva y el Ejército entraron al penal para hacer una revisión y pase de lista.

Durante el operativo, la SSPE confirmó que se habían escapado el Azulito y otros cuatro operadores del Cártel de Sinaloa.

Durante la audiencia inicial, el defensor de los involucrados señaló que Castañeda Camarillo también tenía que responder por la fuga, porque en su calidad de garante no activó la alerta cuando se tuvo la primera noticia de la evasión.

El juez dijo que no se podía pronunciar sobre la posible responsabilidad debido a que el ministerio público no estaba formulando imputación a Castañeda.

La camioneta fue localizada días después por la PGR y corroboró que los logotipos que tenía de una empresa eran falsos y que el doble fondo era notorio.

Los custodios que permitieron la entrada y salida del vehículo y el civil de nombre Julio César están vinculados a proceso penal por la fuga.

ESCAPE FRANCO

Desde tres meses antes de la fuga, en el penal ya se corría el rumor de una fuga, pero solo de tres operadores del Cártel de Sinaloa.

Para evitarla, la SSPE trasladó al penal de Los Mochis al 20, al Changuito Ántrax y al Limón, pero por un amparo fueron regresados a Aguaruto el 21 de enero.

Cuando trasladaron a esos reos a Los Mochis, el Azulito todavía no estaba detenido, su captura fue el 19 de enero; y el Chimal tampoco, pues su arresto fue el 18 de febrero.

Después de que los internos fueron reingresados al reclusorio de Culiacán, tomó protesta como director del centro penitenciario, José Francisco Martínez Reyes, pero dos días después renunció.

En su lugar quedó como encargado del despacho de la Dirección, el subdirector Víctor Manuel Mauricio Flores Díaz Bonilla, quien fue destituido un día después de la evasión.

Los delincuentes que se fugaron son de grupos de Aureliao Guzmán, el Guano y de Ismael Zambada, el Mayo.

El 20 es ubicado como operador del Mayo Zambada; el Changuito como líder de la célula Los Ántrax; el Chimal, como cabecilla de Los Chimallis; y el Negro y el Limón como operadores financieros y de redes de trasiego de drogas.

Los reos fugados, excepto el Chimal, tenían orden de extradición a Estados Unidos.

El Chimal fue abatido en un enfrentamiento con fuerzas federales el 14 de abril del año pasado en la sindicatura de Tepuche y el resto sigue prófugo.

Artículo publicado el 1 de julio de 2018 en la edición 805 del semanario Ríodoce.

(RIODOCE/ ALEJANDRO MONJARDIN/ 3 julio, 2018)

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