EVASIÓN. De cuatro líderes de brazos
armados del Cártel.
El 16 de marzo del año pasado
en el penal de Aguaruto no hubo una fuga, fueron dos y las autoridades de la
Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE) tuvieron tiempo para evitar
por lo menos la segunda.
De acuerdo con expedientes
del juzgado cuarto de distrito, primero escapó Juan José Esparragoza Monzón, el
Azulito o el Negro, hijo de Juan José Esparragoza Moreno, el Azul, quien se fue desde la mañana
de ese día; y luego cuatro operadores del Cártel de Sinaloa, después del
mediodía.
Los que también se fugaron
ese día son Jesús Peña González, el 20; Rafael Félix Núñez, el Changuito
Ántrax; Alfonso Limón Sánchez, el Limón; y Francisco Javier Rosales Zazueta, el
Chimal, presuntos líderes de los principales brazos armados y operadores
financieros del cártel.
Esa fue la primera burla de
la delincuencia al Gobierno de Quirino Ordaz Coppel, y a la administración de
Genaro Robles Casillas como Secretario de Seguridad Pública del Estado.
Desde el primer reporte de
fuga que tuvo la SSPE hasta que activaron el código rojo por la evasión,
pasaron tres horas.
En ese lapso, la Secretaría
de Seguridad Pública del Estado recibió varios avisos, primero una llamada
anónima al 911, luego el Centro de Investigación y Seguridad Nacional los
alertó y los medios de comunicación y redes sociales ya publicaban información sobre
la posible fuga, señalan los documentos de los que Ríodoce tiene copia.
A las 11:00 de la mañana
recibieron una llamada anónima al 911 que alertaba que el Azulito había
escapado y era verdad, ya se había ido; pero los otros cuatro todavía no
salían, se fueron dos horas y media después ocultos en una camioneta que entró
y salió del penal sin ser revisada por los custodios; y el código rojo por fuga
se activó hasta las 14:00 horas.
De hecho, la SSPE supo de un
rumor de que podría haber fuga desde tres meses antes.
Por eso el 21 de enero del
año pasado, la dependencia trasladó al penal de Goros, en Los Mochis, al 20, al
Changuito Ántrax y al Limón.
Una semana más tarde, los
tres estaban otra vez en Aguaruto, ya que tenían en trámite juicios de amparo contra
cualquier traslado y no podían ser llevados a otro penal hasta que el juez de
amparo dictara sentencia.
Y se quedaron ahí, hasta el
16 de marzo cuando escaparon en el doble fondo de una camioneta.
LA FUGA MINUTO A MINUTO
Por la fuga de los presuntos
cinco líderes de brazos armados y financieros del Cártel de Sinaloa, la
Procuraduría General de la República (PGR) llevó ante un Juez a seis celadores
y a un civil por evasión de presos en septiembre del año pasado.
De los expedientes se
desprende la cronología de la fuga del 20, el Changuito Ántrax, el Limón y el
Chimal.
De acuerdo con la imputación
presentada por la PGR en septiembre, hasta ese momento no se tenía establecida
la forma como escapó el Azulito, pero sí había la certeza de que se fue primero
y no salió junto con los otros cuatro supuestos operadores del cártel.
Testimonios recogidos por la
fiscalía señalaron que el hijo del Azul ya no estaba en el penal desde la
mañana del 16 de marzo.
En la investigación que hizo
la fiscalía, por medio de los videos de las cámaras de vigilancia del
reclusorio y entrevistas con custodios y presos, se estableció la mecánica de
la segunda fuga; y los avisos que tuvo la SSPE.
Según los documentos, el
primer aviso de fuga llegó a las 11:00 horas con una llamada anónima al 911, en
la que decían que el hijo del Azul se había escapado y que había disturbios en
el penal.
El Subsecretario de Seguridad
Pública, Cristóbal Castañeda Camarillo se comunicó con el encargado de la
dirección del penal, Víctor Manuel Mauricio Flores Díaz Bonilla y éste envío al
custodio listero del módulo 21 a buscarlo.
El celador volvió y dijo que
sí estaba; y Flores Díaz comunicó a Castañeda que el reo se encontraba en su
módulo.
Después vino la segunda
alerta, una llamada del Centro de Investigación y Seguridad Nacional, y además,
señala el expediente, en los medios de comunicación y redes sociales se
publicaba la posible fuga del Azulito.
De nueva cuenta, a las 12:20
horas, Castañeda Camarillo pidió al encargado del penal que verificara y envió
el jefe de seguridad del reclusorio, quien manifestó que el Azulito sí estaba.
Después de ese momento, el
jefe de seguridad desapareció y la SSPE ya no volvió a saber de él ni ese día
ni en los días siguientes.
A las 12:50 horas, otra vez
el Subsecretario se comunicó al penal y pidió al encargado de la dirección que
personalmente buscara al Azulito.
Alrededor de las 13:20 horas,
el encargado del penal notificó a Castañeda que el Azulito no estaba y que
según sus compañeros de módulo desde la mañana no lo veían.
Hasta ese momento, los otros
cuatro operadores del cártel todavía no salían del reclusorio, pero su fuga
estaba en proceso.
Según la PGR, a las 12:58 horas
entró al pórtico del penal una camioneta de redilas con logotipos de una
empresa con material para el taller de carpintería.
A las 13:12 horas los
custodios le permitieron la entrada sin revisarla y el encargado de revisión de
vehículos se subió a la camioneta.
Ese día, jueves, no debían
entrar vehículos al penal pues hay días designados para el ingreso a dejar
materiales e insumos.
Además, señala la PGR, los
vehículos no llegan hasta ese taller sino que hay personas que trasladan los
materiales.
En el taller la camioneta fue
colocada de manera que las cámaras de vigilancia no captaran lo que estaba
ocurriendo.
A las 13:22 horas, la
camioneta entró al taller, a donde minutos antes ya habían ingresado los cuatro
reos que se fugaron y otros dos más.
Cuatro minutos más tarde, a
las 13:26 horas, llegó al penal un hombre identificado como Julio César y entró
sin que lo revisaran y sin registrarse.
El hombre se dirigió
directamente hacia el área de talleres y en el trayecto se encontró a un
custodio, a quien dio una palmada; y al llegar al taller de carpintería saludó
amistosamente al conductor de la camioneta e intercambiaron algunas palabras.
A las 13:30 la camioneta se
retiró del área de talleres, a las 13:34 llegó al pórtico y a las 13:37 horas
salió del penal sin que la revisaran y justo detrás iba Julio César caminando.
Del video de una de las
cámaras instaladas en una de las torres de vigilancia a simple vista se aprecia
que el vehículo tiene un compartimiento secreto, aseguró la PGR.
El Subsecretario de Seguridad
Pública llegó al reclusorio alrededor de las 14:00 horas y fue cuando se activó
el código rojo.
Hasta esa hora, elementos de
la Policía Estatal Preventiva y el Ejército entraron al penal para hacer una
revisión y pase de lista.
Durante el operativo, la SSPE
confirmó que se habían escapado el Azulito y otros cuatro operadores del Cártel
de Sinaloa.
Durante la audiencia inicial,
el defensor de los involucrados señaló que Castañeda Camarillo también tenía
que responder por la fuga, porque en su calidad de garante no activó la alerta
cuando se tuvo la primera noticia de la evasión.
El juez dijo que no se podía
pronunciar sobre la posible responsabilidad debido a que el ministerio público
no estaba formulando imputación a Castañeda.
La camioneta fue localizada
días después por la PGR y corroboró que los logotipos que tenía de una empresa
eran falsos y que el doble fondo era notorio.
Los custodios que permitieron
la entrada y salida del vehículo y el civil de nombre Julio César están vinculados
a proceso penal por la fuga.
ESCAPE FRANCO
Desde tres meses antes de la
fuga, en el penal ya se corría el rumor de una fuga, pero solo de tres
operadores del Cártel de Sinaloa.
Para evitarla, la SSPE
trasladó al penal de Los Mochis al 20, al Changuito Ántrax y al Limón, pero por
un amparo fueron regresados a Aguaruto el 21 de enero.
Cuando trasladaron a esos
reos a Los Mochis, el Azulito todavía no estaba detenido, su captura fue el 19
de enero; y el Chimal tampoco, pues su arresto fue el 18 de febrero.
Después de que los internos
fueron reingresados al reclusorio de Culiacán, tomó protesta como director del
centro penitenciario, José Francisco Martínez Reyes, pero dos días después
renunció.
En su lugar quedó como
encargado del despacho de la Dirección, el subdirector Víctor Manuel Mauricio
Flores Díaz Bonilla, quien fue destituido un día después de la evasión.
Los delincuentes que se
fugaron son de grupos de Aureliao Guzmán, el Guano y de Ismael Zambada, el
Mayo.
El 20 es ubicado como
operador del Mayo Zambada; el Changuito como líder de la célula Los Ántrax; el
Chimal, como cabecilla de Los Chimallis; y el Negro y el Limón como operadores
financieros y de redes de trasiego de drogas.
Los reos fugados, excepto el
Chimal, tenían orden de extradición a Estados Unidos.
El Chimal fue abatido en un
enfrentamiento con fuerzas federales el 14 de abril del año pasado en la
sindicatura de Tepuche y el resto sigue prófugo.
Artículo publicado el 1 de julio de 2018 en la edición
805 del semanario Ríodoce.
(RIODOCE/ ALEJANDRO MONJARDIN/ 3 julio, 2018)
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